Rejas y fuego, trampa mortal para una niña

Una nena con discapacidad murió asfixiada al arder su casa en Roca. La madre resultó con serias quemaduras, pero se repone. No pudieron huir al toparse con los enrejados y no encontrar las llaves.

ROCA (AR).- Fue una terrible conjunción entre la desgracia de sufrir un incendio y los riesgos que significa vivir en una casa repleta de rejas por la inseguridad. Se llevó la vida de una nena de 14 años con discapacidad y dejó a su madre con graves quemaduras.

Ocurrió ayer por la mañana en las 250 Viviendas de Roca y seguramente quedará en la memoria de los vecinos como uno de los incendios más lamentables que presenciaron.

Claudia Arriagada tenía 14 años y una discapacidad mental severa, según informó la policía. Alrededor de las 10 estaba junto a su madre Bertina Fuentes, de 50, en la vivienda de Paraná 2371, muy cerca de la esquina con Nicaragua. A esa hora su padre trabajaba en la metalúrgica Río Negro y su hermana estaba fuera de la casa. El otro hijo de la familia se enteró de la tragedia en Buenos Aires, donde estudia.

De acuerdo al relato que la propia Fuentes hizo a la policía en el hospital, todo comenzó cuando quiso encender un calefactor. Eligió papel para provocar la llama que llegaría al gas y daría calor a la casa. Y nunca pensó que ese sería el punto de partida para un camino sin retorno.

Claudia estaba a su lado y en un momento le arrebató el papel encendido. Pasó un segundo hasta que el fuego tomó contacto con un sillón cercano y no paró de extenderse por todo el inmueble hasta que los bomberos llegaron.

Todo fue desesperación y confusión para las dos. Mientras la madre gritaba, trataba de encontrar las llaves de la puerta principal, único escape posible, porque los sucesivos robos registrados en la zona forjaron la decisión de cubrir con rejas todas las ventanas y otros espacios que dan al exterior (ver aparte).

Los segundos pasaban y en la casa había cada vez más fuego, más humo. Acorralada por las llamas, la madre quedó en un sector que no le permitía observar ni escuchar a su hija.

A esa altura, los vecinos ya estaban al tanto del incendio y consecuentemente, policías y bomberos. Sin embargo, tuvieron que trabajar más de la cuenta para romper la cerradura y entrar. Cuando lo hicieron pudieron rescatar de inmediato a la mujer mayor, pero no a Claudia.

La densa humareda negra complicó al máximo su búsqueda. Incluso se llegó a pensar que podría haber escapado por algún lugar. Lamentablemente no fue así.

El padre ya había sido avisado y llegó urgente desde su trabajo. No dudó y entró a buscar a su hija. Y luego de varios minutos en su mente apareció la imagen de ese espacio pequeño que hay debajo de la escalera caracol que comunica la planta baja con el primer piso.

Ahí estaba la nena, que en su intento por refugiarse seguramente pensó que era el mejor lugar. Hubo tareas de reanimación, pero nada hizo variar la peor consecuencia.

La policía informó que sus manos estaban quemadas, presumiblemente por su contacto con el papel encendido y -si bien restaban algunos estudios- el deceso se habría producido por asfixia.

Al mediodía, vecinos y amigos de la familia Arriagada limpiaban los restos de la casa. En el patio estaban todos los electrodomésticos, en gran parte derretidos. Adentro de la casa no quedó nada. Sólo el vacío por una vida perdida sin que nadie pueda explicar tamaña mala jugada del destino.

Entre la seguridad y los riesgos

La tragedia en la casa de la familia Arriagada dejó una horrible sensación a los vecinos de las 250 Viviendas, que seguramente se trasladará a otros hogares de la región: no pueden vivir tranquilos por la amenaza latente de robos y cuando juntan unos pesos para protegerse con rejas no hacen más que construir una trampa mortal ante un posible incendio.

Desde la comisaría 31, que tomó intervención en el caso de ayer, advirtieron que no son pocas las casas del sector con las mismas características de protección que las elegidas por los Arriagada. Por eso el comisario Mario Villalba recomendó a quienes se encuentran en esta situación tomar los máximos recaudos, como por ejemplo que una de las rejas no sea fija y cuente con un candado y su correspondiente llave cerca.

Sobre el hecho puntual de ayer, la información aportada por la policía indica que tiempo atrás Claudia había protagonizado un incidente similar con fuego, aunque no pasó a mayores. El padre y hermanos de la niña muerta no se recuperaban por el duro golpe. Ellos mismos comentaron que Bertina Fuentes, la madre, debe ser trasladada a Buenos Aires a raíz de las quemaduras en la espalda. Para colmo, perdieron gran parte de sus pertenencias. Anoche, a última hora se encontraban en Neuquén 2148, a la espera de ayuda solidaria para recuperar de a poco el ritmo de vida normal. (AR)


ROCA (AR).- Fue una terrible conjunción entre la desgracia de sufrir un incendio y los riesgos que significa vivir en una casa repleta de rejas por la inseguridad. Se llevó la vida de una nena de 14 años con discapacidad y dejó a su madre con graves quemaduras.

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