Resonador magnético de cuerpo entero
Si bien en Estados Unidos y en Europa su uso está ampliamente difundido, la Resonancia Magnética de Cuerpo Entero (RMCE) no había sido usada hasta ahora en la Argentina.
En la Unión Europea y en los Estados Unidos, el uso de la Resonancia magnética de Cuerpo Entero (RMCE) está ampliamente difundido, básicamente por su precisión (las imágenes obtenidas pueden alcanzar un razonable grado de ampliación) y por su inocuidad, ya que la técnica de resonancia magnética, a diferencia de las técnicas radiológicas y la tomografía, no emite radiación. A este respecto, a nivel mundial hay cada vez mayor consenso en la necesidad de restringir el uso de métodos radiantes en pacientes sintomáticos o asintomáticos.
Esta tecnología abriría un nuevo espectro de posibilidades diagnósticas, como la detección temprana de enfermedades que cursan sin manifestar síntomas (screening), especialmente en pacientes con riesgo cardiovascular (por diabetes, hipertensión o ateroesclerosis) y en pacientes oncológicos.
El mes pasado llegó a la Argentina el primero de estos equipos, traído por el centro de diagnóstico privado Investigaciones Médicas, ubicado en la ciudad de Buenos Aires. Fue construido en los Estados Unidos por la empresa Philips, y costó, al decir de los directivos del centro, «más de un millón de euros».
Arma de prevención
Con la tecnología convencional de resonanci magnética se obtienen las imágenes de las distintas regiones del cuerpo en forma fragmentada, mientras que la RMCE ofrece una imagen panorámica de todo el cuerpo en alta resolución, desde la cabeza hasta los pies, de modo que el estudio completo sólo demanda del paciente 15 minutos de sesión.
«Este criterio diagnóstico integrador es revolucionario en la prevención, en el chequeo en salud, también conocido como screening, para la detección temprana de patologías en personas que no manifiestan síntomas», destaca el Dr. Alejandro Baresñak, Director Médico de Investigaciones Médicas.
«El chequeo en salud es una modalidad innovadora, orientado a personas sanas y mayores de cuarenta años, cuando se busca obtener un diagnóstico del estado general del consultante –explica–. De esta manera s prevé el tratamiento temprano de cualquier anomalía que pudiera presentarse, reduciendo significativamente los costos psíquico-físicos de la enfermedad detectada en estadio avanzado.»
El sistema es aplicable en pacientes con riesgo vascular, especialmente en los que padecen las citadas enfermedades sistémicas, ya que es capaz de proporcionar en 2 minutos una imagen continua e integrada de las grandes arterias, excepto las del corazón. Con esto se podrían descubrir eventuales reducciones de calibre de las arterias de los miembros inferiores, del cuello y de los riñones, pasibles de ser tratadas, preferentemente en estadíos iniciales.
En lugar del «contraste iodado», en la RMCE se utiliza gadolinio, un material que, según explican los médicos del centro, «aumenta la sensibilidad y la especificidad de la exploración, sin causar reacciones adversas o alérgicas».
También es posible, mediante esta tecnología, conocer el contenido graso corporal y su distribución para monitorear problemas de obesidad, cuando ésta está ligada a condiciones clínicas importantes como la enfermedad vascular coronaria, la diabetes difícil de tratar o la hipertensión severa.
Uso contra enfermedades autoimunes
La principal diferencia que existe entre las técnicas de diagnóstico por imágenes se sintetiza en que la resonancia magnética no emite radiaciones, mientras que la radiología general y la Tomografía Axial Computarizada (TAC) usan rayos X, y la Tomografía por emisión de positrones (PET) necesita del uso de isótopos radiactivos.
En el caso de la Ecografía, que tampoco emite radiaciones, la limitación está dada porque no permite el acceso a áreas tales como el cerebro o los huesos.
Por eso es que en cuanto a la oncología, el aporte más importante del método consiste en que permite la búsqueda simultánea de metástasis tanto en los órganos blandos (cerebro, tórax, hígado) como en los huesos con las ventajas propias de la resonancia magnética. Al no utilizar rayos X, la técnica resulta inocua y evita el riesgo de daños en caso de que el protocolo y algoritmo de estudio de una enfermedad conocida requiera seguimientos por imágenes periódicos y específicos.
El método se utiliza también para determinar la extensión de una artritis reumatoidea, que afecta en alto número a la población joven y requiere atención para no tornarse invalidante.
En la Unión Europea y en los Estados Unidos, el uso de la Resonancia magnética de Cuerpo Entero (RMCE) está ampliamente difundido, básicamente por su precisión (las imágenes obtenidas pueden alcanzar un razonable grado de ampliación) y por su inocuidad, ya que la técnica de resonancia magnética, a diferencia de las técnicas radiológicas y la tomografía, no emite radiación. A este respecto, a nivel mundial hay cada vez mayor consenso en la necesidad de restringir el uso de métodos radiantes en pacientes sintomáticos o asintomáticos.
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