Riquelme, el que ríe último…

A pleno en la arena política, reveló que hasta Macri lo llamó para que se siente con Angelici. Quedó claro que Román tenía otros planes.

Redacción

Por Redacción

La presencia de Juan Román Riquelme en una de las listas para los comicios del próximo domingo en Boca, ha trasformado la elección en el club casi en una cuestión de Estado. El calificativo no es exagerado.

“Me llamó por teléfono el presidente de mi país y soy un ciudadano más. Son cinco segundos inolvidables porque es el presidente de mi país. Le dije ‘tengo que reconocer que querés al club para llamarme en el lugar donde estás’. Me dijo que tenía que sentarme con Daniel (Angelici). Y le aclaré que yo con Daniel no me sentaba…”

Esto y muchas cosas más dijo ayer Juan Román Riquelme por América TV. Las elecciones están a la vuelta de la esquina y el ídolo xeneize hace campaña, por supuesto. Es política, una arena distinta a la que Román brilló por siempre, aunque antes en el campo y también ahora con un micrófono, Riquelme tiene muy en claro todo el poder que su figura emana. Y lo usa cada vez que cree que es necesario.


Enrolado en la lista opositora que encabeza Jorge Amor Ameal, Riquelme ha empleado su filosa verba e ironía para diferenciarse de su enemigo íntimo, Daniel Angelici. El ídolo coqueteó en el último tiempo con el presidente de Boca, aunque todo pareció ser parte de una estrategia de la que hoy Román goza con tintes de revancha.

En varias ocasiones Angelici quiso domesticar a Riquelme una vez que éste se retiró. El presidente del club en los últimos 8 años buscó siempre salirse de la mira del ídolo y escapar de sus dardos. Intentó sumarlo al oficialismo y en algún momento Angelici creyó que lo había conseguido, que había podido domar a la fiera. En realidad, el cazador resultó cazado.
En marzo de este año, Angelici quiso primerear al resto de las agrupaciones y visitó a Román junto a Christian Gribaudo, el candidato del oficialismo. Le ofreció sumarse. Román dijo ni.
Cuando la elección comenzó a tomar temperatura, Riquelme empezó a jugar. Hace poco menos de un mes, pidió la unidad y Angelici llevó el reclamo a todas las listas. Y dijo: “Bienvenido si Román quiere trabajar. Puede aportar, puede dar mucho. Ve el fútbol de afuera como lo jugaba adentro. Haría un aporte importante al club”.
El pedido de unidad no prosperó, claro está. Riquelme, que ya tenía la decisión tomada de unirse a la lista opositora de Ameal, por un momento le hizo creer a Angelici que estaba de su lado.

Pase de factura

No hay olvido ni perdón por parte de Román. El ídolo tiene bien presente que fue Angelici quien votó en contra cuando tenían que renovarle el contrato. Fue en julio del 2010 cuando el Tano era tesorero durante la presidencia de Ameal, a quien le ganaría la elección un año y medio después.
Tampoco olvida cuando en 2014 Jorge Sánchez Córdova, el tesorero de Angelici en Boca, se opuso a la renovación del ídolo, imitando la postura de actual presidente cuatro años atrás. Al fines del 2014 Riquelme se iría de La Ribera.
Otro de los encontronazos de Román con el Tano fue cuando el ‘10’ jugó seis meses en Argentinos, ascendió con el Bicho y la gente de Boca volvió a pedir por el ídolo para que me retire en el club. Angelici dijo que mientras él fuera presidente, Riquelme no iba a volver.
“Ahora le decís que no y él se enoja. Cuando uno mira para atrás, las cosas hablan por sí solas”, le dijo Román ayer a Jorge Rial.
La venganza es un plato que se sirve frío y Riquelme, como cuando jugaba, hizo la pausa y ya saboreó el primer bocado. Las elecciones del domingo dirán finalmente si el banquete quedó servido en la mesa del ídolo.


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