«Roca puede ser la granja del Alto Valle», entusiasma el productor Gonzalo Ezquerra

Potenciar la horticultura fresca es otra de las claves para el crecimiento de esta ciudad, afirma el creador de la empresa Henos Alto Valle, con sede en Roca.

Solo con empresarios dispuestos a invertir y con trabajadores locales comprometidos, podremos transformar el potencial de Roca y del Alto Valle en una realidad de crecimiento sostenido, inclusivo y con futuro”.

¡Qué lindo es escuchar esto! Por lo esperanzador, por la apuesta fuerte al trabajo y la inversión… Este es el tono con que habla Gonzalo Ezquerra, titular de Henos Alto Valle, una de las empresas fuertes de la región. La firma tiene dos unidades de negocios diferenciadas; una de ellas dedicada a las pasturas y otra al movimiento de suelos. La base operativa funciona en ruta chica en J. J. Gómez (Roca) y la chacra donde producen está frente al INTA de ruta chica, donde trabajan desde Cervantes a Fernández Oro con lo que es alfalfa y nivelación.

Gonzalo Ezquerra, protagonista de una entrevista a propósito del nuevo aniversario de Roca. Foto: Alejandro Carnevale

“El Alto Valle de Río Negro y Neuquén tiene una oportunidad enorme de reconvertirse y aprovechar mejor sus recursos. Tenemos tierra fértil, agua disponible y una infraestructura de riego que ya está construida, pero también una gran superficie en situación de abandono o con producciones de bajo valor agregado. Si logramos poner en producción esas hectáreas, hoy desaprovechadas, con inversiones y una mirada más moderna, podemos generar un nuevo ciclo de desarrollo para la región”, sostiene.

En lo productivo, es clave para Ezquerra pensar qué destino darle a cada cultivo según el mercado. “El Alto Valle tiene un costo de producción alto, lo que muchas veces nos resta competitividad internacional. Sin embargo, ahí aparece la gran chance de orientar parte de la producción hacia el consumo local y regional: horticultura fresca para abastecer ciudades como Roca, Cipolletti y Neuquén, y también otras horticulturas que permitan transporte y conservación”.

Al mismo tiempo, se puede sostener la fruticultura con una visión de mercados externos, pero con foco en nichos donde podamos ser competitivos, argumenta.

Vaca Muerta, un fenómeno que puede capitalizarse aún más

Henos Alto Valle trabaja con henificación en parcelas ubicadas entre Cervantes y Fernández Oro.

Otra ventaja estratégica para él es nuestra cercanía con Vaca Muerta. “Allí existe una industria de enorme escala y una demanda creciente de servicios y piezas que hoy muchas veces se resuelven en otras provincias, como Buenos Aires, Córdoba o Santa Fe. Si en el Alto Valle desarrollamos talleres de mecanización, tornería y servicios especializados, podemos capturar parte de esa demanda y generar empleo local calificado. Esa sinergia entre agroindustria y energía puede ser una de las bases del crecimiento de la zona”.

Previsibilidad, reglas claras e incentivos para invertir y arriesgar

Ahora bien, para que este desarrollo sea posible, se necesita motivar a dos actores clave: el empresario y el trabajador local, desafía Ezquerra. “Al empresario hay que darle previsibilidad, reglas claras e incentivos que lo animen a invertir y arriesgar capital en nuevos proyectos productivos o industriales. Y al mismo tiempo, debemos lograr que la mano de obra local vea en estas oportunidades un futuro concreto. Hoy gran parte de la cosecha de fruta o incluso empleos en Vaca Muerta son ocupados por trabajadores de otras provincias, mientras que la mano de obra local muchas veces no se suma a esos espacios”.



“El desafío es doble, entonces. Por un lado, dar herramientas y apoyo al empresariado para que apueste por el Alto Valle, y a la vez capacitar, motivar y contener a nuestra gente para que pueda y quiera ocupar esos puestos de trabajo. Solo con empresarios dispuestos a invertir y con trabajadores locales comprometidos, podremos transformar el potencial de Roca y del Alto Valle en una realidad de crecimiento sostenido, inclusivo y con futuro”, reflexiona.

Henificación en la región, con rindes de 10 mil a 14 mil kilos por hectárea.






Solo con empresarios dispuestos a invertir y con trabajadores locales comprometidos, podremos transformar el potencial de Roca y del Alto Valle en una realidad de crecimiento sostenido, inclusivo y con futuro”.

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