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Ruta 22 inédita: en ocho meses se hizo más que en ocho años

La construcción de la autopista en los tramos Godoy-Cervantes y Fernández Oro-Cipolletti avanza sin pausa. Vialidad Nacional anticipó que en el 2021 empezarán las obras en la zona de Allen.

Autos, camiones y camionetas van y vienen entre Fernández Oro y Cipolletti. Los rostros cambian en las zonas de ingreso a los desvíos. Respiración profunda, freno, rebaje y paciencia. Mucha paciencia. Los que recorren la zona todos los días pueden dar cátedra sobre la templanza que se necesita para recorrer casi 10 kilómetros a paso lento sin perder los estribos. Lo que no perciben esos conductores es que cerca de ellos, pero unos ocho metros más arriba, el clima es bien diferente. Sonrisas, chistes y saludos amables se cruzan entre máquinas pesadas, cemento y asfalto. Son las sensaciones de un presente inédito para la Ruta 22. Los signos de una reactivación impensada pocos meses atrás, que da trabajo a 380 personas en los dos tramos que se ejecutan actualmente. Y que podría aumentar mucho más ese nivel de ocupación, porque desde Vialidad Nacional anunciaron a RÍO NEGRO que la sección IV, desde J.J. Gómez hasta Fernández Oro, empezará a convertirse en autopista el año próximo.

La pandemia generó un ambiente favorable para la ampliación del principal camino del Alto Valle, un proyecto que tuvo su primera apertura de sobres hace 14 años y que desde entonces pudo ver finalizado apenas uno de sus cinco tramos licitados, entre Chichinales y General Godoy.

Claro que no todo es producto de la menor circulación de vehículos. La inyección de fondos es fundamental para que los trabajos avancen y las empresas contratadas por el Estado nacional aseguran que en este 2020 se vive un clima diferente al que dominó el año pasado.

“Es innegable cómo cambió el nivel de ejecución con la nueva administración”, comentó un directivo que conforma una de las UTE destinada a la ampliación de las secciones II y V de la ruta.

Los datos suministrados por el sector privado definen el cambio de actitud por parte del Poder Ejecutivo al dar prioridad a esta obra tan importante para la región norte de la Patagonia.

“Avanzamos más en estos 8 meses de pandemia que en los últimos 8 años”, reflexionó el ejecutivo que conversó con RÍO NEGRO. Luego acotó que “estamos trabajando codo a codo con Vialidad Nacional y las obras están siendo certificadas y canceladas en tiempo y forma”.

La estadística acompaña también la demanda de mano de obra. En estos dos tramos de construcción las UTE tienen hoy casi un 500% más de trabajadores que en el último trimestre del año anterior, cuando los contratos sólo alcanzaban a 65 personas. Un dato no menor en medio de la crisis económica que vive gran parte de la región. 

En la sección II, que es el tramo de obra entre General Godoy y Cervantes, la UTE CN Sapag-Vial Agro está ocupando hoy 180 trabajadores. A esta misma altura del 2019 había sólo 45 personas.

La sección V muestra esta misma tendencia. Los datos suministrados por la UTE conformada por las firmas CN Sapag-CPC señalan que durante octubre del año pasado trabajaban en este sector 20 personas y hoy ese número alcanza a los 200 trabajadores. En síntesis, se multiplicó por diez la mano de obra ocupada. Los directivos consultados ubicaron el avance de obra de esta sección al cierre de octubre en un 65%, aunque un informe que envió el Distrito Río Negro de Vialidad Nacional a este diario consignó un 50,41%.

Hormigón a pleno en la tarde del jueves, sobre el sector central de la Sección V. (Foto: Juan Thomes)

Más allá de las cifras, el mayor ritmo del proyecto es nítido. Yendo desde Allen hacia Cipolletti, los dos primeros pasos elevados ya forman parte de una obra continua, con tránsito ya habilitado en el sector inicial y expectativas de una pronta apertura del segundo, donde ya hay asfalto en la calzada principal. En el paso más cercano a Cipolletti todavía se trabaja en la preparación del suelo, pero el avance importante para los usuarios en esa zona está del lado de las colectoras, porque ya están asfaltadas.

La colocación y relleno de las defensas tipo New Jersey también es un dato distintivo, con cuadrillas que se desplazan a lo largo del corredor durante toda la semana.

La construcción de defensas en muro tipo TL5 en el puente sobre el segundo acceso a Fernández Oro y la fabricación de escamas para puentes de terraplenes de suelos mecánicamente estables completan el listado de tareas principales con las que se avanza en estos días.

“Los tiradores de asfalto hacen turnos de 11 días, con 3 de descanso. El resto de los obreros, de lunes a sábados. Y el trabajo empieza pasadas las 6 para algunos y termina a las 20 para otros, más en esta época de días más largos. Si te quedás, vas a ver movimiento todo el día”, cuenta uno de los trabajadores durante la recorrida que hizo RÍO NEGRO.

Después de una década de promesas, con expedientes que atravesaron cuatro gestiones de gobierno nacional, nadie se anima a dar certezas sobre el final de cada obra. Lo que se estima es que, si mantienen el actual nivel de ejecución, a mediados del 2021 estaría lista la sección II y un año después el tramo V. Una región completa, con más de 300.000 habitantes, espera que esta vez los tiempos se cumplan.

Precisión puesta a prueba para tres operarios en Fernández Oro. (Foto: Juan Thomes)

Vialidad Nacional tiene decidido avanzar para que el año próximo comience la construcción de la sección IV de la autopista 22, que se extiende desde J.J. Gómez hasta el primer acceso a Fernández Oro.

“Estamos apurando los trámites con Allen. Vamos a avanzar. Después de varias charlas entre los técnicos de allá y los de acá, además de conversaciones con la intendenta, les pedimos que envíen una nota formal, con el interés de empezar esta obra tan importante”, informó el titular del organismo nacional en Río Negro, Gustavo Casas.

El jefe del Distrito 20 detalló que el proyecto “se ha destrabado en principio” y “vamos a hacer gestiones en Buenos Aires para que empecemos el año que viene”.

Según explicó el jefe de la División Obras, Martín Ponce, en los últimos meses se digitalizó el expediente y en la sede central de Vialidad están trabajando los equipos técnicos y políticos para poder reactivar las obras, que fueron licitadas hace diez años.

Desde Vialidad indicaron que esa adjudicación a la UTE Marcalba S.A.-Fontana Nicastro S.A.-Construmex S.A. se mantiene vigente y que se está tramitando la modificación de obras N°1, que contempla el cambio de categoría de autovía a autopista. También confirmaron que antes de poner en marcha las maquinarias deberá realizarse la correspondiente audiencia pública, como ocurrió en Roca en el 2017, para someter al análisis de vecinos e instituciones el estudio de impacto ambiental del proyecto.

Luego de asumir en el Distrito 20, Casas se planteó el inicio de una etapa de diálogo con las intendentas de Cervantes, Claudia Montanaro; de Roca, María Emilia Soria; y de Allen, Liliana Martín, para superar los conflictos planteados por el diseño original de las secciones III y IV.

“Allen está un paso más adelante para que se avance con la obra. Con Roca seguimos conversando para ponernos de acuerdo”, describió el arquitecto durante la entrevista con RÍO NEGRO.

Se está dialogando con el municipio de Roca para buscar soluciones intermedias que no afecten la seguridad de circulación y sean viables tanto desde el punto de vista técnico como económico.

Gustavo Casas, jefe del Distrito 20 de Vialidad Nacional.

En la sección V están trabadas las negociaciones por el cruce elevado de la Isla Jordán, en Cipolletti.

La discusión comenzó a darse por los carriles técnicos, pero ahora esa conversación se amplió a otros sectores. El paso fue diseñado por especialistas hace ya un tiempo y ahora el municipio está pidiendo una revisión.

“Me parece que es muy complicado venir por una autopista y terminar en un embudo a nivel que choca con un semáforo. Esto no es factible y va a generar accidentes. Hay que respetar el diseño inicial, que lo hicieron técnicos prestigiosos. Esto lleva a que haya un 20% de la obra paralizada”, confió la fuente empresarial consultada.

“Estamos llegando a un punto muerto complejo. Es un lugar donde hay mucho tránsito y la problemática urbana no se puede resolver como plantea el municipio, que es algo que no se adapta a la normativa”, finalizó el ejecutivo.


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