Santa Fe, Tierra de Cerveceros

Un nuevo circuito turistico que ilustra la cultura cervecera de la ciudad y recorre el legado de Don Otto Schneider: dos plantas de elaboración de cerveza, el museo de la cerveza y sus choperías más destacadas donde tomar el tradicional “liso”.

Turismo

Quienes visitan la provincia de Santa Fe, más precisamente su capital y zonas aledañas, notarán que las choperías trabajan a toda hora sin descansar y proponen una carta con los mejores sabores de la cerveza. Entre bares y restaurantes, la ciudad ostenta más de 130 direcciones que ofrecen el famoso “liso” (vaso liso de 250 cc, en el que los santafesinos acostumbran tomar la cerveza tirada de barril).

Si bien la provincia es muchas veces reconocida como una importante cuenca lechera, la tradición de la cerveza en esta provincia es parte importante de los distintivos culturales de sus habitantes. En casi todas las casas hay barriles y la producción artesanal es la mayor en todo el país.

Ahora en el país se puede recorrer La Ruta de la Cerveza

El territorio cervecero va desde El Trébol hasta San Javier y contempla el recorrido de las plantas elaboradoras de la ciudad, las degustaciones en las más famosas choperías, un recorrido por un museo de la cerveza y, en síntesis, apreciar las características propias de la idiosincrasia cultural de este pueblo que nació unido a su cultura cervecera.

La excursión al museo ilustra sobre cómo los sumerios inventaron esta bebida que luego llegó a Egipto, Europa y se expandió por el mundo. Incluso presente en la Piedra de La Roseta. Herramientas de la época, ollas de cobres para elaborar el mosto, barriles de madera, filtros y otros objetos que recuerdan la elaboración histórica de esta bebida. También reúne objetos de memorabila como fotos de los antiguos patios cerveceros y los primeros inmigrantes, etiquetas antiguas, etc.

En la planta de Cervecería Santa Fe se ilustra el moderno proceso de fabricación a base de malta (de cebada), lúpulo y agua. El recorrido permite conocer todas las etapas: desde la cocina, la fermentación, la maceración, hasta el envasado. La planta envasa mil unidades por minuto y produce 2.600.000 hectolitros por año. Entre otras marcas aquí se elaboran las cervezas: Santa Fe, Schneider, Imperial, Heineken, Budweiser.

La otra cervecera es San Carlos que, fundada en 1884, es la más antigua del país en funcionamiento. Actualmente está atravesando un proceso de puesta en valor y de relanzamiento de su tradicional marca “San Carlos”. Aquí se elaboran además las cervezas Otro Mundo y Duff.

Costumbres

Una cerveza diferente y una forma de degustarla única en el país

La diferencia más clara entre la cerveza santafesina y otras del país es la misma que hay entre la leche fresca y la de larga vida, es que en Santa Fe la cerveza se toma directamente del barril y no se pasteuriza (proceso que somete el producto al calor para garantizarle seis meses de duración, aunque pierda un poco de sabor, color y aroma), y por eso es más sabrosa y tiene la frescura de lo recién elaborado. Basta un ejemplo: sentarse a pinchar un barril y tomar “lisos” es para los santafesinos lo mismo que para los porteños juntarse a tomar un café. Y este hábito, que un porteño confinaría a los bares, en Santa Fe es, ante todo, doméstico: a nivel nacional, Santa Fe lidera el consumo de cerveza en barril y el 70% se toma en casa.

El Liso: es una manera única de disfrutar la cerveza de barril que Don Otto Schneider inventó a partir de pedir en los patios cerveceros que le sirvan la bebida en un vaso liso, de 255cm3, sin rugosidades. Esto, le permitía sentir el frío del líquido, ver su color y evitar que este se caliente rápido. Todo “liso” lleva 2,5 cm de espuma y en Santa Fe casi el 90% de los bares venden cerveza tirada, de barril, en vasos de liso: no existe otra medida.

Un poco de historia

La cultura cervecera llegó a Santa Fe con los primeros inmigrantes europeos a mediados del siglo XIX: italianos, polacos, suizos, croatas, checoslovacos y alemanes, entre otros, no se resignaron a olvidar su cultura cervecera y se aferraron a su tradición. Así comenzó a proliferar la industria cervecera local, la producción artesanal y los patios cerveceros.

Así llegó Otto Schneider y en 1911 se instaló a los pies de la laguna Setúbal, buscando un lugar donde continuar el know how que había aprendido en el establecimiento cervecero de sus padres, en Prusia Oriental. Allí impulsó la fundación de la Cervecería Santa Fe y, 21 años más tarde, brindó su apellido a una marca propia, creando una variedad que guardaba fuertes lazos con las tradiciones alemanas de su pasado. Apenas el teutón probó las aguas blandas del Paraná, con escaso contenido de hierro y sin metales pesados (lo que más oxida la cerveza), notó que las aguas santafesinas eran como las aguas blandas de Pilsen, la ciudad checoslovaca que era famosa por la elaboración de cervezas lagers. Sus escritos de la época, atestiguan el descubrimiento de Otto sobre las propiedades del agua santafesina para la elaboración cervecera. Temperamental, Schneider de inmediato impuso en la capital mediterránea algunas costumbres de su país natal: los patios cerveceros de Europa y el “liso” (el vaso pulcro y sin relieves para beber 255 cm3 de cerveza, lo justo para apreciar mejor las cualidades de la cerveza, mantener el frío y los 2 cm de espuma).

En breve se presentará el libro “Otto Schneider, Tradición alemana en Santa Fe, cuna de la cultura cervecera argentina”. Luciano Alonso y otros. Editado por Universidad Nacional del Litoral, 2010, y de él se desprende que ya en el acta fundacional de la Cervecería Schneider, Don Otto hacía hincapié en los elementos que podían garantizar la elaboración de una bebida de propiedades especiales y así decía: “el mejor punto en el país, para la instalación de una cervecería, debido a la calidad especial de sus aguas, es la ciudad de Santa Fe”.

La provincia de Santa Fe es la única del país que llegó a tener tres plantas cerveceras funcionando. En la localidad de San Carlos, comenzó a funcionar en 1884 la que hoy es la planta cervecera más antigua en actividad. Al tiempo, en un rango de pocos kilómetros, se sumaron Cervecería Santa Fe (1911) y Cervecería Schneider (1932), quienes convivieron durante años en una competencia que alimentó aún más la pasión cervecera de la ciudad. En nuestros días, la Cervecería Santa Fe es una de las plantas más modernas de Sudamérica y elabora no sólo su tradicional Cerveza Santa Fe sino Cerveza Schneider, además de marcas nacionales e internacionales de importante reputación.

Herederos de esta actividad, los santafesinos hoy son fanáticos de la elaboración artesanal de cerveza, con el único fin de compartirla con amigos y familiares. “Se trata de una verdadera pasión”, dijo Daniel Llinás, miembro de la Asociación Somos Cerveceros, que reúne a cerveceros artesanales de habla hispana. Daniel cuenta que se están preparando para un Encuentro de Cerveceros, en el mes de octubre.

Otto Schneider – un pionero de la cultura cervecera del país

Otto Schneider fue un maestro cervecero alemán que logró dejar un legado clave para la industria cervecera nacional. Nacido en Osterode, Prusia Oriental, en el año 1872, Otto provenía de una familia con larga tradición cervecera. Sus padres, Julius Schneider y Wilhelmine Meyke, eran propietarios de un establecimiento productor de cerveza donde Otto dio sus primeros pasos como “maestro cervecero”.

Llegó a la Argentina en el 1906, y un año más tarde recaló en la localidad de San Carlos (Provincia de Santa Fe), como responsable técnico de la “Cervecería San Carlos”.

En 1911, siguiendo la lógica de los procesos de producción cervecera, que aconsejaban la instalación de una empresa en un lugar donde se pudieran obtener fácilmente aguas de excelente calidad y se dispusiera de una salida comercial más inmediata, Otto se mudó a Santa Fe y se acercó al grupo de accionistas que fundaría la “Cervecería Santa Fe”. La fábrica se construyó a pocos metros de un brazo del río Paraná, con aguas de características especiales para la elaboración de cervezas, y comenzó a producir en 1912.

Años más tarde, en 1932, Otto fundó su propia empresa, Cervecería Schneider y creó la receta de “Cerveza Schneider”. La marca es hoy la cuarta más importante del competitivo mercado cervecero argentino en el cual compiten más de 20 etiquetas reconocidas. Sus volúmenes de ventas superaron, en 2009, los 88 millones de litros vendidos. Otto Schneider impuso algunas de las costumbres de su Alemania natal e inventó otras que hoy son marcas registrada en Santa Fe: los patios cerveceros al estilo europeo y el “liso”, una manera única de beber cerveza, en un vaso liso (de vidrio o cristal, sin rugosidades) de 255cm3 que permite percibir el frío de la cerveza, el color y conservar mejor la temperatura.


Turismo

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora