Se necesitan limpieza y obras para evitar las inundaciones

Las precipitaciones del 2016 desnudaron las falencias estructurales que Cipolletti tiene en materia de drenaje. La falta de obras de envergadura y de limpieza del canal y sus colectores son las principales razones por las cuales el año pasado la ciudad quedó bajo agua cada vez que azotó alguna tormenta, especialmente durante las sucesivas precipitaciones ocurridas en octubre del 2016.

El primer sacudón en la gestión Tortoriello llegó con el Año Nuevo del 2016. Aquel primer día de enero bastaron 27 milímetros de agua para inundar la avenida Alem y Naciones Unidas. Fue el presagio de un calendario pasado por agua.

Las tormentas de mayo y especialmente las de octubre volvieron a hacer estragos en la ciudad. Barrios completamente inundados, evacuados y una crítica homogénea golpearon la imagen del intendente que sufrió en ese aspecto, el social, uno de los mayores costos políticos en su primer año de gestión.

Ante esta situación el municipio tomó dos determinaciones. Por un lado le dedicó más tiempo y atención a la limpieza del circuito de drenaje y los desagües pluviales; y por otro decidió invertir 90.000 pesos para que un equipo de ingenieros realice un estudio sobre el circuito del canal PII y todo el sistema de drenaje para conocer en detalle la estructura pluvial y las recomendaciones para evitar las inundaciones. Además tuvo la misión de buscar una respuesta técnica a por qué se inunda Cipolletti.

En la exposición que se realizó en el municipio en febrero pasado, el ingeniero Raúl Rapacioli (director del laboratorio de Geomática Ambiental de la UNC) determinó que “los colectores y desagües en determinado momento” colapsan por “la cantidad de agua precipitada en el ejido y las escorrentías (agua que circula a través de las cuencas pluviales) que aportan las zonas circundantes al mismo al ser evacuadas por la red de colectores y desagües”. También por “el estado de los colectores y desagües evacuadores”.

Rapacioli advirtió que “si no se toman medidas va a seguir sucediendo lo que pasó en las últimas lluvias”, y propuso dos obras para el sistema de drenaje pluvial:

Por un lado realizar tareas para la retención de escorrentías que permitan almacenar, amortiguar y laminar las arroyadas compuestas de agua de lluvias y sedimentos, contribuyendo además a la consolidación de laderas; y por el otro un canal de descarga.

Luego de la presentación, el intendente Aníbal Tortoriello deslizó que las obras requiere n una inversión “millonaria”.

Dos diques y un canal

Específicamente, explicó Rapacioli, se trata de dos diques de contención de cerca de 1 kilómetro de ancho y 10 metros de alto cada uno, en las cuencas aluvionales sobre la zona de bardas hacia el norte del ejido urbano y un canal de unos 15 kilómetros que conduzca el agua de lluvia hasta el principal desagüe de la ciudad.

Por otro lado, planteó la necesidad de obras de inserción y conducción. Estas se encuentran aguas abajo de las obras anteriores, cercanas a los cierres de las cuencas y consisten básicamente en lo que se domina un canal de guardia, más todas las obras que se requieren para su funcionamiento (sifones, puente canal, etc.). La función es interceptar las escorrentías amortiguadas y conducirlas para luego descargarlas en un punto o lugar que se considere conveniente y no genere problemas.

Un aspecto interesante que aportó el análisis es que si bien el ejido cipoleño ocupa una superficie de unos 100 km² y el área de aporte aluvional ronda los 150 km², se observa que el impacto que produce este sector a la hora de su evacuación por el colector PII es muy grande.

La humedad del suelo

El informe concluyó que el límite de acumulación de agua para evitar inundaciones depende de la humedad del suelo. Si el terreno es seco puede soportar hasta 40 milímetros; una zona intermedia 30 milímetros y otra húmeda, 20 milímetros. Es decir que si el sistema de absorción está en forma ideal soporta esa cantidad de agua. Si llueve por encima de ese límite genera problemas y la única posibilidad de evitarlo es con las obras que propone el equipo de ingenieros. Los trabajos requieren de una gran inversión. Además de ser muy costosos, demandarán mucho tiempo.

Hay una carencia en las obras de contención en las cuencas y en la conducción que transportan las escorrentías hacia lugares de descarga en donde no produzcan inconvenientes.

Por otro lado se detectó una insuficiente capacidad de conducción del sistema de drenaje que puede “atribuirse” a la disminución de las selecciones de los divisores desagües y los colectores debido a la presión urbanística y al aporte de sedimentos procedentes de las cuencas aluvionales.

Para que el drenaje sea eficiente y llegue al máximo de su capacidad es primordial que el evacuador principal, colector PII, tenga un mantenimiento permanente. El informe sostiene que “la limpieza en algunos sectores presenta problemas debido a la poca accesibilidad al mismo”. La zona más compleja está sobre el Puente 83 sobre la Ruta Provincial 65. La falta de un mantenimiento adecuado se traduce en desbordes de los canales provocando las inundaciones.

Rapacioli también alertó al municipio sobre el desarrollo urbanístico. Hay sectores que son propensos a las inundaciones y que pueden generar un impacto negativo en el sistema de drenaje.

Las propuestas

de los expertos

Entre las propuestas, los ingenieros sostienen que debe realizarse una obra de retención de escorrentías “para almacenar y amortiguar las arroyadas compuestas de agua de lluvias y sedimentos”.

Además una obra de intersección y conducción. “Consiste básicamente en lo que se denomina canal de guardia y su función es interceptar las escorrentías amortiguadas y conducirlas, luego descargarlas en un punto que no genere problemas”.

La presa de gravedad puede realizarse con un núcleo impermeable de arcilla o con pantalla de hormigón. “Para definirlo se deberá realizar una evaluación económica de más variables”.

Umbrales máximos

Los colectores y desagües que hay en
la actualidad colapsan por la cantidad de agua ante circunstancias meteorológicas determinadas.

“Si no se toman medidas más o menos inmediatas para minimizar los riesgos, Cipolletti
se va a seguir inundando”,

alertó el ingeniero Raúl Rapacioli, de la Universidad del Comahue.

El municipio firmó un convenio con el Consorcio de Regantes