Se quemó a lo bonzo para impedir que lo desalojeny derriben su vivienda

El hombre, de 48 años, está internado en grave estado en el hospital Neuquén. Uno de sus hijos fue detenido por atropellar con un rodado a los efectivos policiales.

NEUQUEN (AN).- Un hombre quedó gravemente herido luego de quemarse a lo bonzo ayer en esta ciudad para tratar de impedir que la policía desaloje y derribe la vivienda que tenía desde hace 20 años y que habitaban sus familiares. En medio del procedimiento ordenado por la justicia provincial, uno de sus hijos fue detenido por intentar atropellar con un rodado a los uniformados, y dos efectivos sufrieron quemaduras al intentar sofocar las llamas.

Los hechos se desencadenaron en el barrio Don Bosco II minutos antes de las 10. En medio de un fuerte operativo que incluyó medio centenar de efectivos policiales, personal municipal y máquinas del Ejército, los hijos de Raúl Guillermo Pili (48) fueron notificados de que debían desalojar la casa ubicada en Gatica y Domene. Antes de que comenzara el operativo, Pili llegó hasta el lugar, rechazó la orden, se metió en una pieza por la ventana, roció su cuerpo con combustible y amenazó con prenderse fuego si lo sacaban, informó ayer a «Río Negro» el comisario a cargo del operativo, Daniel Mellado.

Cuando la policía entró, Pili cumplió la amenaza y encendió la llama de un encendedor. Los uniformados no lograron impedir en forma inmediata que el fuego se propagara sobre su cuerpo porque descubrieron que la pieza no estaba conectada con la parte de la casa por la que habían entrado. Dos policías advirtieron esta situación y tuvieron que ingresar a la pieza por la ventana y apagaron las llamas sobre el cuerpo del hombre con matafuegos.

Ayer Pili permanecía internado en el hospital Castro Rendón en grave estado y con pronóstico reservado. «Tiene el 50% del cuerpo quemado y sufrió serias lesiones en el sistema respiratorio al inhalar calor», indicó a la prensa José Russo, director del nosocomio. «Su estado es muy delicado y permanece en terapia intensiva», agregó.

Después de que lo trasladaran en ambulancia al hospital, uno de sus hijos de 26 años descargó su furia contra la policía. Subió a un pequeño camión y embistió a toda marcha contra el cordón de policías que cercó la casa durante el operativo. Una mujer que también habita la casa, al ver como los uniformados lo bajaban del vehículo y lo reducían sobre la calle, los atacó a golpes.

Ambos fueron trasladados hacia la comisaría del barrio. Antes la policía hizo lo mismo con otros dos hijos del hombre y tres ocupantes más de la casa, todos de entre 19 y 23 años. A la tarde los seis fueron liberados y sólo al mayor se le inició una causa por «atentado».

La orden de desalojo la libró el juez Federico Gigena Basombrío. A instancias de una vieja denuncia presentada por el municipio contra Pili por construir la casa sobre una calle, que derivó en un juicio que la comuna le ganó, el magistrado ordenó el desalojo y la demolición de la vivienda. Hace 30 días, hubo también un intento de desalojo que fue abortado porque en el lugar había alrededor de una docena de personas.

Al mediodía, en la esquina sobre la que estaba ubicada la vivienda y donde el hombre tenía además un taller mecánico en el que trabajaba y departamentos traseros que habitaban sus hijos, sólo quedaron escombros. Todos los vecinos del barrio salieron a las calles para ver como una m†quina del Ejército la derribaba.

El secretario de Tierras del municipio, Carlos Di Camilo, indicó a «Río Negro» que en varias ocasiones Pili fue notificado de que debía abandonar la propiedad y omitió las órdenes.

«La casa fue construida sobre una calle pública y a pesar de las distintas advertencias del municipio desde el año 2000, el propietario siguió construyendo y ampliando la vivienda», sostuvo el funcionario municipal.

Tanto Di Camilo como Mellado también señalaron que Pili no habitaba la casa demolida. Ambos afirmaron que vivía en el barrio Don Bosco III. Aunque desde la comisión vecinal remarcaron que hacía veinte años tenía la propiedad.

El antecedente inmediato de un hecho similar al ocurrido ayer, es el del canillita Rubén Arias quien también se quemó a lo bonzo mientras reclamaba por una vivienda en febrero del 2001.

Para la jornada de hoy, está previsto que continué la demolición del taller y los departamentos traseros ubicados en lugar que hasta ayer permanecían en pie, informaron desde la policía.


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