Secuestraron a un hermano de Riquelme y piden 300.000 dólares

Cristian tiene 16 años y fue interceptado cuando charlaba con tres amigos.

BUENOS AIRES (Télam y DyN).- Uno de los hermanos del futbolista de Boca Juniors Juan Román Riquelme, fue secuestrado en la localidad bonaerense de Don Torcuato, partido de Tigre, por una banda que exigió el pago de un rescate de 300.000 dólares para liberarlo sano y salvo, informaron fuentes de la investigación. Anoche, dos sospechosos fueron detenidos y trasladados al juzgado Federal, donde el juez Roberto Marquevich les tomaba declaración.

Se trata de Cristian Riquelme, de 16 años y uno de los nueve hermanos de la familia del astro boquense, quien fue secuestrado antenoche cuando se encontraba junto a otros tres amigos en la puerta de la casa de uno de ellos, a pocas cuadras del centro de esa localidad del norte del conurbano.

Cristian, apodado «El Chanchi», es también futbolista, al igual que su hermano mayor, y juega en las divisiones inferiores del club Platense, actualmente en la B Nacional.

La policía bonaerense aseguró en reiteradas oportunidades que los familiares del joven secuestrado no efectuaron la denuncia ante la comisaría de la zona, sino que directamente se dirigieron a la Justicia para contar lo sucedido.

Ante la gravedad de lo ocurrido, el juez federal de instrucción a cargo de la investigación, Roberto Marquevich, solicitó la colaboración de distintas fuerzas de seguridad para intentar localizar al joven jugador.

Fuentes judiciales aseguraron que la pesquisa está centrada en la Delegación de Investigaciones de San Isidro, aunque colaboran expertos de la Policía Federal y de la Secretaría de Inteligencia del Estado, quienes intentar rastrear las comunicaciones recibidas hasta el momento.

De todas formas, los investigadores aseguraron que la familia mantiene un contacto permanente con los secuestradores sin la intervención de la policía .

De acuerdo a los voceros cercanos a la causa, el hecho se produjo antenoche, cerca de las 21, cuando Cristian se encontraba junto a tres amigos en la puerta de la casa de uno de ellos, en Don Torcuato.

El lugar está ubicado a pocas cuadras del centro de esa localidad y de la comisaría local, y a unos 500 metros de la villa San Jorge, el lugar donde vivió toda su vida la familia Riquelme.

En cierto momento, entre tres y cinco hombres llegaron en un automóvil Peugeot de color oscuro, detuvieron su marcha frente a la puerta de la casa del amigo de Riquelme y bajaron con armas cortas y largas.

«Todos al piso. Boca abajo», gritó uno de los hombres a los cuatro chicos, mientras los apuntaba con su arma.

En tanto, otro de los secuestradores comenzó a identificar a los chicos uno por uno hasta que llegó a Cristian Riquelme, a quien le gritó: «Vos, subite al auto».

«Les miraron las caras para identificarlos», dijo a Télam uno de los comisarios que participa de la investigación).

La familia Riquelme se enteró del secuestro a los pocos minutos, cuando los amigos de Cristian llamaron a su casa y contaron lo sucedido.

En tanto, Juan Román Riquelme, quien se encontraba en esos momentos en la concentración en el Hotel Los Dos Chinos a la espera del partido de anoche contra Huracán, abandonó a sus compañeros del plantel y se fue de inmediato con rumbo a Don Torcuato.

Cerca de la medianoche de ayer, los secuestradores se comunicaron por primera vez con la familia del futbolista.

«Decime cuánto querés. Lo único que quiero es que liberen a mi hermano», dijo el astro de Boca a los secuestradores en esa primera comunicación.

Allí se habría pactado el pago de entre 200.000 y 300.000 dólares como rescate, aunque hasta ayer a la tarde no se había confirmado oficialmente si se concretó la negociación.

El presidente de Boca Juniors, Mauricio Macri, pidió ayer «cuidado» en el manejo de la información sobre el secuestro del hermano del jugador xeneize.

«Hay que dejar trabajar a la policía con tranquilidad; hay que tener cuidado porque hay una vida en juego», reflexionó el empresario, quien fue víctima de un secuestro en 1991.

Toda la familia Riquelme se mantenía ayer a la tarde encerrada en la casa del jugador en el barrio privado «El vivero» a la espera de una definición.

Macri revivió la pesadilla que lo afectó en la década del «90

BUENOS AIRES (DyN).- El secuestro del hermano de Juan Román Riquelme hizo revivir al presidente del club xeneize, Mauricio Macri, los fantasmas de su propio secuestro, perpetrado en la década del «90.

Así, desde su propia experiencia, Macri aconsejó a los medios manejarse con prudencia para no complicar las negociaciones en torno al secuestro de Cristian Riquelme.

«Cuando me secuestraron, ni yo ni mi familia éramos muy conocidos y por ese motivo pasó una semana hasta que la noticia tomó difusión», dijo Macri a la prensa, marcando una diferencia con el caso de ayer, que salió a la luz pocas horas después de ocurrido.

Macri fue secuestrado en la noche del 23 de agosto de 1991 por la después conocida como la «banda de los comisarios», cuando conducía su auto por la exclusiva zona de Barrio Parque, y fue interceptado por una banda de delincuentes.

Los secuestradores llevaron al hoy dirigente deportivo, por entonces un joven y promisorio empresario del rubro automotor, a una vivienda de la calle Garay y Chiclana, entre Parque Patricios y Boedo, donde permaneció en un sótano durante 14 días en poder de sus captores.

«No me maten, soy el futuro presidente de Boca», fue la frase anticipatoria que lanzó Macri a sus secuestradores en ese momento.

Mientras la información estuvo guardada herméticamente, Franco Macri, el padre de Mauricio, contrató a expertos norteamericanos para participar en la investigación.

Finalmente, el hoy mandamás boquense fue liberado el 5 de setiembre de 1991 en el partido de Lomas de Zamora, sin que hasta ahora se sepa el monto que se pagó por su rescate.

Macri recordó que el del secuestro «es un momento desagradable y a veces hasta la pasa peor la gente que está afuera que la que está adentro. La impotencia de no saber qué hacer y tener las cosas fuera de control es muy grande».

Años después se detuvo a un grupo de policías conocido como «la banda de los comisarios», acusada de cometer varios secuestros extorsivos, entre ellos el del joven Macri, por los que fueron condenados el 9 de agosto del año pasado por el juez federal Rodolfo Canicoba Corral. Las penas mayores recayeron en los ex policías José Ahmed, Juan Carlos Bayarri y Miguel Angel «Jopo» Ramírez, a quienes se les impuso prisión perpetua.

«Todos al piso y boca abajo»

BUENOS AIRES (Télam).- La banda que secuestró a uno de los hermanos del jugador de Boca, Juan Román Riquelme, exigió a su víctima y a sus amigos que se arrojaran al piso y se quedaran boca abajo, tras lo cual le pidieron al joven que subiera al auto.

Fuentes de la investigación aseguraron que los secuestradores eran entre tres y cinco personas, quienes llegaron hasta el lugar donde se encontraba Cristian Riquelme, de 16 años, a bordo de un Peugeot 504 de color oscuro.

«Todos al piso y boca abajo», gritó uno de los delincuentes, mientras amenazaba con un arma a sus víctima.

Tras la amenaza, otro de los secuestradores comenzó a mirar una por una las caras de los chicos, hasta que llegó a la del hermano del jugador xeneize, a quien le gritó: «Vos, subí al auto».

A partir de entonces, desaparecieron de ese barrio de la localidad de Don Torcuato.

Fuentes policiales aseguraron que los secuestradores tenían armas cortas y largas y admitieron que no parecían «ningunos improvisados».

Dos personalidades muy diferentes

BUENOS AIRES (Télam).- Juan Román y Cristian Riquelme tienen puntos en común en lo que hace a su compartido amor por la pelota, pero sus personalidades difieren en mucho en los campos de juego y sus vidas transitan por carriles opuestos a la hora de relacionarse con los demás.

Juan Román tiene 21 años y Cristian 16, pero más allá de esos cinco años que a esa altura de la vida marcan a fuego las personalidades de los adolescentes y los jóvenes más hechos, cuando de fútbol se trata las barreras generacionales se levantan automáticamente.

«Cristian juega igual y es diestro como yo. Está mal que lo diga justamente su hermano, pero es un talentoso que puede llegar lejos en el fútbol porque tiene muchas condiciones», elogió Juan Román meses atrás.

El joven Cristian juega en la cuarta de Platense y según su entrenador, Alejandro Suárez, «es un futbolista notable que con mucho trabajo bien podría llegar a niveles parecidos a los de su hermano. Aunque claro, este es un juego y nunca se puede determinar algo como eso con precisión».

Y sobre sus virtudes personales, Suárez apuntó que «siempre está de buen humor y es muy cumplidor. Por eso hoy (por ayer) nos extrañó cuando no llegaba al entrenamiento matutino, ya que no es de venir tarde».

Suárez y los compañeros de equipo de Cristian recién se enteraron del secuestro ayer al mediodía, vale decir doce horas después de producido.

Sin embargo Juan Román difirió aquella vez con estos conceptos de Suárez en algunas apreciaciones sobre su hermano. «Así como digo que juega parecido a mí, también tengo que aclarar que en el resto de su vida es muy distinto».

«Por ejemplo, a Cristian no le gusta entrenar y vuelta a vuelta llega tarde a las prácticas. Digamos que él es un vago y yo soy un trabajador», bromeó la estrella xeneize.

«Amigos por todos lados»

«Además yo soy bastante huraño y él no. Es muy extrovertido y tiene amigos por todos lados. Es muy entrador y se hace querer enseguida. No sé, será porque usa pelo largo y arito», siguió comentando risueñamente Román sobre su hermano.

Hoy Cristian tiene la libertad truncada y Román sufre junto a su familia en el barrio cerrado Viejo Vivero, en Don Torcuato, a apenas una cuadra de la villa de emergencia donde nació y todavía viven los suyos. Un contrapunto en el que se mezclan el destino, los miedos y una situación límite que pone a prueba a todos.

Imagen 2: una foto más actual. El pelo largo y el arito lo hacían «más entrador», según palabras de su propio hermano.


BUENOS AIRES (Télam y DyN).- Uno de los hermanos del futbolista de Boca Juniors Juan Román Riquelme, fue secuestrado en la localidad bonaerense de Don Torcuato, partido de Tigre, por una banda que exigió el pago de un rescate de 300.000 dólares para liberarlo sano y salvo, informaron fuentes de la investigación. Anoche, dos sospechosos fueron detenidos y trasladados al juzgado Federal, donde el juez Roberto Marquevich les tomaba declaración.

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