Sería una venganza el homicidio del Centro Cívico  

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Elsa Carballo, la principal sospechosa del bárbaro homicidio ocurrido el martes en el Centro Cívico, es hermana de otro hombre que fue asesinado el 2 de mayo pasado por una patota de menores.

El dato dejó de ser anecdótico cuando el jefe dela comisaría segunda, comisario Alberto Riguero, dijo que «existe una fuerte hipótesis de que se trató de una venganza».

De acuerdo con los testimonios de varios changarines que estaban con Almendra el martes por la tarde, la sospechosa llegó por sorpresa al lugar donde el grupo estaba consumiendo bebidas alcohólicas, tomó por el cabello a la víctima y le pasó un cuchillo por el cuello,

El joven ya estaba herido de muerte, pero la mujer le aplicó otros dos puntazos en el tórax, con decisión y frialdad, sin que ninguno de los testigos llegara a intervenir.

Esos testigos estaban ebrios en su mayoría, pero pudieron señalar a la autora por su apodo, «Chela», y un rato después la estaba buscando la policía. La detuvieron en una cabaña ubicada en Villa Arelauquen, cerca del kilómetro 10 de la ruta 258, y secuestraron prendas, elementos de prueba y el automóvil Fiat 133 que había utilizado para llegar al Centro Cívico.

La circunstancia no quedó reflejada en los informes policiales, pero al llegar detenida a la comisaría la mujer habría manifestado con satisfacción «ojo por ojo, diente por diente», poniendo en evidencia el móvil de venganza según la primitiva ley del Talión.

Ayer la jueza Silvia Baquero Lazcano dispuso el traslado de la mujer a la alcaidía, en tanto que recuperaron su libertad las otras cinco personas que estaban detenidas.

Según confirmó ayer la policía, Elsa es hermana de Claudio Rafael Carballo, quien también fue víctima de una muerte violenta.

El pasado 2 de mayo varios chicos que jugaban en un descampado ubicado en Elordi y Santa Cruz descubrieron en forma casual el cadáver de un hombre casi desnudo debajo de un frondoso sauce. El cuerpo presentaba signos de haber sido sometido a un cruel maltrato y en el cuello tenía ajustado un cinturón que a su vez estaba atado a una rama. Sin embargo, la rama tenía tan poca consistencia que la hipótesis del suicidio fue descartada de inmediato por el médico legista Alberto Caviglia y el juez Jorge Pafundi.

El muerto fue identificado como Claudio Rafael Carballo, de unos 35 años, oriundo de Ingeniero Jacobacci, y se presumía que llevaba allí más de 24 horas, a juzgar por la rigidez que presentaban sus miembros.

Ese crimen nunca fue esclarecido, pese a que la policía lo consideraba resuelto con la identificación de un grupo de menores, muchos de ellos chicos de la calle que solían esconderse debajo de ese sauce para emborracharse o aspirar pegamentos.

Las sospechas más firmes apuntaban a varios menores de apellido Almendra, sin ningún parentesco con el degollado, que tenía 26 años y no registraba antecedentes policiales.

Aunque Elsa Carballo todavía no prestó declaración indagatoria ante la jueza de instrucción, junto con la hipótesis de venganza circula otra, referida a una probable equivocación en la elección de la víctima.