“Si quieren echarme, háganlo”, dijo el juez Vila
Pidieron su destitución por “desarreglos de conducta”
Emiliana Cantera
ROCA.- Con un pedido de destitución e inhabilitación absoluta y perpetua para ejercer cargos públicos terminó anoche el juicio político contra el camarista penal de Roca Carlos Vila. El procurador general subrogante, Marcelo Álvarez, lo acusó de mal desempeño del cargo por “desarreglos graves de conducta” y dijo que “resulta imposible que la sociedad pueda seguir depositando en él la confianza” que merece la investidura de un magistrado. El acusador consideró demostrado el escandaloso episodio en la Cámara Criminal Tercera de Roca, ocurrido el 17 de septiembre del año pasado. Dijo que ese día el juez acudió a retirar una notebook de su despacho y agredió, verbal y físicamente, a otro juez. También dio por probado el presunto maltrato de Vila a su esposa, afirmando que hubo “maltrato emocional y psicológico así como violencia económica, ambiental, física y sexual”, en el marco de un caso de violencia de género. Los hechos que habría padecido la esposa del juez durante el año y medio que estuvieron casados están siendo paralelamente investigados en una causa penal que tiene a Vila procesado por lesiones y coacción agravada, a punto de ser llevado a juicio. Justamente por eso el magistrado reclamó enfáticamente que esos hechos no sean considerados en la sentencia que dictará el próximo 29 de noviembre el Consejo de la Magistratura al definir este juicio político. Reclamó que se respete el principio de “prejudicialidad” y que se espere la decisión de la justicia criminal antes de resolver el punto en el fuero disciplinario. Contra la extensa enumeración que hizo Álvarez de las cualidades que debe tener un juez para mantener su cargo, el abogado defensor de Vila, Oscar Pineda, ironizó que “de ser así, muchos jueces se tendrían que ir” y aseguró que, según la descripción del procurador, “parece que los jueces tienen que ser dioses cuando en realidad son seres humanos con errores y virtudes”. Sostuvo que el incidente en la Cámara no tuvo, ni siquiera para su principal ofendido, el camarista Aldo Rolando, entidad suficiente para ameritar una destitución, sanción que consideró “absolutamente desproporcionada”. “Creo que el jury está para cosas más importantes”, dijo. En un tramo de su alegato Vila admitió como “un error” suyo el escándalo en Tribunales. Dijo que aquel día estaba “tan indignado” que “no pudo contener” el agravio a Rolando, pues consideraba que tanto él como el otro camarista, Fernando Sánchez Freytes, pretendían perjudicarlo al negarle la entrega de la notebook para que eventualmente el contenido de la misma pueda ser usado como prueba en su contra en la causa penal. “¿Les parece que estando yo en el piso me pateen la cabeza y encima tenga que pedirles disculpas?”, reclamó. “Si eso es causal de destitución, aquí estoy, destitúyanme. Yo me hago cargo de mis errores y esto fue un error, pero no voy a aceptar que tengo que estar arrepentido con quienes me hicieron una cama”, lanzó. Y redobló la apuesta: “Si quieren echarme, háganlo, pero por el hecho de la Cámara, no por el otro”, dijo el camarista. (Redacción central)
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