Sigue la ola de robos violentos a adultos mayores en la región: ahora golpearon en Bariloche
Sorprendieron a dos hermanas de 83 y 77 años. Les pegaron y a una de ellas hasta le cortaron un brazo.
Alfredo Leiva
BARILOCHE (AB).- La seguidilla de asaltos violentos a adultos mayores en diferentes puntos de la región continúa y genera una gran preocupación entre vecinos, familiares y las autoridades policiales. Los delincuentes no tienen miramientos con ellos: los golpean, los amenazan con armas de fuego, los cortan y hasta los dejan atados con tal de llevarse un botín.
Luego de conocerse el caso del chacarero de Mainqué (ver aparte), ayer salió a la luz otro hecho con características similares, pero en Bariloche.
Dos jóvenes encapuchados, con guantes y cuchillos sorprendieron a dos hermanas de 83 y 77 años, mientras dormían en su vivienda, ubicada en Tiscornia al 1100, ayer a la madrugada.
Las mujeres se despertaron al escuchar un fuerte golpe. “¡Esto es un asalto!”, gritó uno de los jóvenes de unos 20 años, ya en el interior de la vivienda, intimidándolas con un cuchillo.
“Entraron por un patio trasero. Saltaron un cerco, hicieron palanca en la reja de la puerta y reventaron la cerradura. El más chico era el más agresivo y nos amenazaba con ahorcarnos a cada rato si no le entregábamos el dinero”, relató una de las mujeres mientras levantaba poco a poco ropa y diversos elementos que quedaron tirados en el piso ya que los delincuentes revolvieron toda la casa.
Según las damnificadas, revisaron, “hasta la heladera y el horno aunque usaban guantes de jardinero”.
Constantemente, uno de ellos colocaba su cuchillo sobre la mano de una de las mujeres y la amenazaba con cortarle los dedos, hasta que en un momento, le tajeó el brazo.
“Insistían con que nos venían siguiendo desde hacía una semana y sabían que teníamos mucha plata. Pero apenas teníamos unos pocos ahorros porque somos dos mujeres grandes. ¿Cuánto estuvieron? Fue eterno porque nos dieron vuelta todo. Lo que no pudieron abrir, lo rompieron, como una valija que era una reliquia de nuestro papá”, relató una de las mujeres.
Los jóvenes encerraron a las hermanas en una de las piezas del fondo y escaparon.
Cuando lograron salir de la habitación, las mujeres se encontraron con que habían roto el cable del teléfono y se habían llevado el tubo.
Las hermanas contaron que viven en esa casa desde hace 18 años y es la segunda vez que les entran a robar, “aunque esta vez, fue mucho más violento”. También creen que esos jóvenes venían observándolas desde los festejos del Carnaval el fin de semana pasada. “El sábado nos llamó la atención porque tiraron una piedra en el techo. Saben que es un barrio de gente mayor”, aseguraron.
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