Siguen sin ubicar el lugar donde una joven dice que la violaron

NEUQUÉN (AN).- La chica de 14 años que habría sido violada el domingo a la madrugada no pudo reconocer la obra en construcción donde habría sido llevada luego de pasar por un local bailable.

Ayer, un día después de la denuncia radicada por su madre, la investigación se focalizó en encontrar el lugar donde habría ocurrido el abuso contra la menor, y a partir de allí la policía buscaba obtener las precisiones que no aporta el relato de la menor, aquejada por una fuerte conmoción.

La policía informó que había ido al boliche «Mega» en compañía de una vecina de 30 años de edad, que fue localizada ayer por la mañana y a la que se le tomó declaración.

Con ella arribó al local bailable, y luego de mantener una discusión, cada una siguió su rumbo dentro del boliche.

Las fuentes consultadas por «Río Negro» indicaron que la menor admitió que había consumido dos vasos grandes de cerveza. Y que sus últimos recuerdos son adentro del boliche alrededor de las 7 de la mañana.

Lo siguiente que supo fue que estaba en una obra en construcción, alrededor de las 8:30, con la ropa rasgada. A pesar de que no puede ubicar el lugar, declaró que salió caminando en dirección hacia la multitrocha de la ruta 22.

Un grupo de personas se ofreció a llevarla hasta su domicilio, ubicado en el oeste de la capital.

Su madre fue la encargada de presentar la denuncia. La adolescente fue atendida en el hospital Eduardo Castro Rendón, donde se siguió el protocolo médico establecido para este tipo de casos.

Según pudo saber este diario, los peritos que la examinaron el domingo confirmaron la existencia de una relación sexual. Lo que ahora se investiga es el contexto en el que tuvo lugar.

Ayer a la mañana, la chica fue llevada por la policía a recorrer obras en construcción pero no pudo identificar el sitio donde dice haberse despertado.

Como parte de la investigación, ahora se pedirán las cintas de video de las cámaras de seguridad del local bailable. Por otra parte se buscará testigos entre los taxistas, vendedores ambulantes y estaciones de servicio que funcionan en cercanías del boliche, para tratar de obtener datos que guíen a los investigadores.