Tratan sin cirugía a chicos con malformación en el esternón

Antes se corregía con una intervención pero ahora el tratamiento lo pueden hacer en su casa con un sistema que utilizan en el hospital Castro Rendón.

La campana de vacío o de succión es un método para corregir ciertos grados de “pectus excavatum”, que es una depresión del esternón, el hueso ubicado en el centro del pecho, y la porción central inferior de las costillas, los cartílagos costales. Este tratamiento no quirúrgico se utilizó por primera vez este mes en el hospital Castro Rendón en chicos menores de doce años. “Todo el éxito se resume en que un niño pueda sacarse una foto en el río y que nadie le pregunte por qué tiene hundido o salido para afuera el hueso”, indicó el médico Mariano Ojeda, integrante del equipo de cirugía pediátrica del hospital.

“El ‘pectus’ es una malformación de la pared del tórax donde el esternón se va para adelante o para atrás. Se llama ‘pectus carinatum’, cuando se va para adelante, o ‘pectus excavatum’, cuando se hunde”, explicó Ojeda.

Añadió que “es una enfermedad propia de los niños. Esto es porque los cartílagos costales crecen de más, y llegan al medio, y chocan”.

Por lo general se hace visible a los dos o tres años de edad, puede ser más severo durante la infancia y seguir progresando durante la pubertad.

Es más común en los varones que en las mujeres y requiere de un tratamiento multidisciplinario.

“Es un poco más propenso en los niños los pectus hacia afuera, y en las niñas hacia adentro”, indicó el médico.

Problemas psicológicos

Precisó: “trae muchos problemas de índole psicológica al niño, aparte de los respiratorios o cardíacos. En el hospital hay 15 “pectus excavatum” y unos 30 “pectus carinatum”. Y agregó: “Lo novedoso del caso es que la vieja cirugía grande, o la mínimamente invasiva, se hace después de los doce o trece años. Este tratamiento se hace en chicos menores de doce para evitar la cirugía y no pasar la condena de la primaria y la secundaria.”

Ojeda dijo que aún la intervención mínimamente invasiva consiste en una cirugía que incluye la colocación de una barra de níquel en el tórax.

“Ahora tenemos este sistema de succión del tórax . Es una cápsula, como una sopapa, que con compresiones controladas hace que el tórax vaya a su lugar. Hay que dejarlo varias horas por días y esos cartílagos costales se van moldeando. Es muy similar a la ortodoncia de los dientes. Así evitamos que desde los seis años hasta los doce o trece el niño espere su cirugía, y podemos llegar a evitarla”, sostuvo Ojeda.

El primer paciente neuquino que se colocó la “sopapa” en el hospital tiene nueve años. “Se usa durante seis meses o un año, dos o tres horas por día, a la tarde. En este caso le enseñamos al papá y se llevó el dispositivo. Los trabajos publicados dicen que en el 80% de los casos no necesitan cirugía”, señaló el médico.

La campana de succión es de origen alemán y se adapta al tamaño torácico. Al crear el vacío, la elevación del esternón es evidente y se mantiene durante un período de tiempo diferente.

“El tratamiento se hace en chicos menores de 12 para evitar la cirugía y no pasar la condena de la primaria y la secundaria”.

Mariano Ojeda, integrante del equipo de cirugía pediátrica del hospital.

Abordaje

multidisciplinario

El equipo del hospital Castro Rendón asiste a pacientes con la malformación “pectus excavatum” de toda la Patagonia. El médico Mariano Ojeda indicó que “el abordaje es multidisciplinario: se saca una radiografía, se hace un control, se hacen unas mediciones y se lo manda al cardiólogo de niños”. Este profesional “evalúa si trae algún problemita ese pectus a su eje cardíaco o a algunas válvulas cardíacas, porque los pectus han de ser de niños flacos y altos, con problemas de tejido conectivo. Antes de hacer nada hay que ver cómo funciona el corazón y después se deriva al neumonólogo, para que vea cómo funcionan los pulmones para saber si esa compresión no está dificultando algunos volúmenes respiratorios forzados”, afirmó Ojeda.

Recién entonces se evalúa el tratamiento. “Generalmente terminan siendo estéticos, en un 70%. Hay un 30% en los que sí se detectan problemas cardíacos y pulmonares”, planteó.

Datos

“El tratamiento se hace en chicos menores de 12 para evitar la cirugía y no pasar la condena de la primaria y la secundaria”.

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