25.000 litros para cargar los camiones cisterna

Luis Guillermo -bombero, sargento, con 25 años de servicio- ingresó a la fuerza con tan solo 15 años. Luego de dos intensos años de estudios y prácticas se incorporó al equipo activo. Hoy presta servicio en el Cuartel Central de Río Colorado, que junto con el que funciona en la Colonia Juliá Echarren cuenta, entre bomberos voluntarios y personal rentado, con 38 personas, entre ellas la única mujer, Soledad Vilchez (aunque se espera que sean varias más las que se sumen a la fuerza en el corriente año.) La flota de camiones cisterna preparados para llevar agua a los incendios es de seis unidades. La más grande cuenta con una capacidad superior a los 4.000 litros, mientras que los restantes pueden llevar algo más de 1.500 litros de agua cada uno. Teniendo los equipos adecuados, se estaría tardando un poco más de media hora para llenar las cisternas, descargar en seis minutos y volver a cargar para un segundo ataque y liberar así unos 25.000 litros en total. Ante un siniestro de proporciones esa sería la cantidad necesaria inicial para combatirlo.

A lo largo de su carrera como bombero en el cuartel central de Río Colorado, con innumerables incendios de viviendas, chacras, campos, vehículos, señala que varias veces se ha utilizado esa doble carga para sofocar los incendios.

En su memoria Luis aún tiene el recuerdo del incendio ocurrido en la empresa “Cotravi” a mediados del año 1997. Se encontraba en pleno corazón del barrio de Villa Mitre, en un predio donde funcionaba un aserradero con acopios de maderas; ese fue su debut y el primer incendio de magnitud cuando solo tenía 17 años.

“Cuando llegamos al cuartel con los toques de sirenas que nos convocaban, nos dijeron que se trataba de un incendio de pastos naturales al fondo de la calle Italia. Pero a medida que íbamos llegando al lugar, se veía que se trataba de otra cosa mucho más importante.”

“En ese entonces solo contábamos con un camión que transportaba 5.500 litros de agua y tuvimos que pedir al municipio la colaboración de los camiones regadores para que nos abastezcan de más agua porque el incendio era inmenso”.

“Ese día comenzamos a trabajar cerca de la una de la tarde y terminamos después de las 23, pasamos todo el día tirando agua en ese siniestro. Arrojamos unos 25.000 litros para salvar dos viviendas, equipos, vehículos y varias propiedades que estaban alrededor de donde funcionaba ese aserradero. Fue una larga jornada”, rememoró.


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