A través de las levaduras patagónicas, elaboran protectores solares más naturales
Un investigador de Bariloche descubrió unas levaduras en lagunas de altura que contienen micosporina, una molécula con propiedades fotoprotectoras, antiage y antioxidantes. El objetivo no es fabricar cremas sino producir los ingredientes activos para ofrecer a los fabricantes de protectores solares a fin de reemplazar los componentes químicos.
Un hallazgo motivó al investigador barilochense Diego Libkind y fue el punto de partida de un descubrimiento más grande aún. Este científico recorrió lagunas de altura, como Ilón (en Pampa Linda), Tonchek (en el refugio Frey) y Azul (cerca del cerro Tronador) donde encontró levaduras con una llamativa característica: micosporina, una molécula con propiedades fotoprotectoras.
Durante su beca doctoral financiada por Conicet en la Universidad Nacional del Comahue, se propuso profundizar en esta levadura patagónica que cuenta con un mecanismo que le permite mitigar o contrarrestar el daño que produce la radiación ultravioleta.
«Hablamos de cuerpos de agua transparentes donde la radiación pega muy fuerte. En ciertas levaduras detectamos estas moléculas que las protegen de la radiación ultravioleta, incluso de la facción ultravioleta UV-B que es la más peligrosa para la piel«, comentó Libkind.
El biólogo Martin Moliné se sumó a la investigación para profundizar en el funcionamiento de estas moléculas que absorben la energía y la disipan como calor, de modo que no dañan las células. Esto quiere decir que actúan como pantalla solar. El próximo paso fue encontrar levaduras que produjeran estas moléculas, pero en gran cantidad.
«Hasta ahí, era un estudio de investigación básica: se estudiaban las moléculas y para qué sirven. Cuando descubrimos sus propiedades -eran muy difíciles de romper y a la vez, fáciles de extraer, sin necesidad de usar solventes nocivos para el ambiente-, vimos que estas moléculas podían ser un componente natural alternativo para fórmulas de cremas solares», describió Libkind.

Trasladar una idea a la industria es un camino largo. Por eso, estos dos científicos formados en la Universidad Nacional del Comahue, junto con empresarios del Grupo Harmony, fundaron Bio H41, una empresa biotecnológica, incubada dentro del Instituto Andino Patagónico de Tecnologías Biológicas y Geoambientales (Ipatec), abocada al desarrollo de ingredientes naturales para la cosmética a partir de levaduras.
«Se trabajó para llevar este concepto de laboratorio a una escala más cercana a la industrial, a través de biorreactores«, añadió. De modo que se cultivaron levaduras en biorreactores durante todo el año con la intención de evitar problemas de estacionalidad y aumentar la productividad.
Los ensayos en humanos fueron alentadores, pero además arrojaron nuevos hallazgos: se detectó que las moléculas tienen también propiedades antioxidantes, son antiarrugas y emolientes -suavizantes de la piel-. «Desplegó otras capacidades que no conocíamos y la vuelven sumamente interesante para la industria cosmética», planteó.

Bio H41 no fabrica cremas sino que desarrolla los ingredientes activos para ofrecer a los productores de protectores solares. «Producimos ingredientes naturales alternativos para reemplazar un cóctel de químicos que hoy tienen los protectores solares. Está comprobado que no son lo mejor en términos de salud humana, animal y ambiental aunque sirven para proteger del sol», aseguró.
De hecho, la tendencia actual en la industria cosmética es buscar fuentes alternativas -no síntesis químicas- que sean inocuas para la salud y el ambiente ya que hoy, los componentes que se usan tienen efectos a nivel endócrino y hormonal. «La gente ingresa a los cuerpos de agua con estas cremas cargadas de químicos y eso queda en el ambiente. Esta molécula, en cambio, es natural y como tal, tiene cero impacto ambiental. Por eso, se convierte en una respuesta a la problemática», dijo.

Actualmente, se preparan muestras del polvo que serán enviadas a los productores de cremas solares a nivel nacional e internacional. La etapa siguiente será pasar de los 8 litros de producción a una mayor escala de 200 litros que permita la comercialización.
«Nuestra propuesta tiene una combinación que la hace única: hoy hay empresas que producen moléculas parecida para la protección de UV-A, pero provienen de algas y la extracción es más compleja. Nuestro productor tiene poco impacto ambiental, es más eficiente y la levadura produce más moléculas que las algas», puntualizó.
-Los investigadores participaron de In-cosmetics Global, una feria de la industria cosmética en Amsterdam donde el producto patagónico despertó gran interés. Sucede que este rubro busca nuevos componentes cosméticos derivados de la biotecnología.
–El desarrollo biotecnológico es reciente en la región. Esto, resaltaron, deriva de una inversión por parte del estado y la comercialización genera a la vez recursos para el Estado.
Un hallazgo motivó al investigador barilochense Diego Libkind y fue el punto de partida de un descubrimiento más grande aún. Este científico recorrió lagunas de altura, como Ilón (en Pampa Linda), Tonchek (en el refugio Frey) y Azul (cerca del cerro Tronador) donde encontró levaduras con una llamativa característica: micosporina, una molécula con propiedades fotoprotectoras.
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