Agosto y la concientización del cáncer de pulmón: cayó el tabaquismo, pero avanza el cigarrillo electrónico
Definen a la nicotina como una droga peligrosa con un elevado nivel de adictividad. Si bien hay más consciencia sobre el impacto sobre la salud, preocupa el consumo de cigarrillos electrónicos. "Nadie sabe qué aspira", dicen los especialistas.
Según los últimos reportes de tabaquismo, el consumo cayó alrededor de un 10% a nivel nacional. Sin embargo, el uso del cigarrillo electrónico se expande cada vez más especialmente entre los más jóvenes, incluso adolescentes.
Durante agosto, la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR) promueve la concientización sobre el cáncer de pulmón. “Pese a no ser el primer cáncer en frecuencia, es el más letal. En mujeres, el cáncer de pulmón está ligeramente por detrás del cáncer de mama”, especificó el médico neumonólogo Sergio Benítez, del Centro de Medicina Respiratoria de Bariloche y del Hospital Ramón Carrillo.
La prohibición de fumar en espacios cerrados de uso público o privado y las múltiples campañas de concientización impactaron favorablemente. Benítez recalcó que históricamente, el 30% de la población en Argentina resultó ser fumadora, aunque según las últimas encuestas la cantidad de tabaquistas ronda el 20%: “En las curvas de muerte por cáncer de pulmón nos encontramos con un descenso entre los hombres; en las mujeres subió, alcanzando un plateau. Esto se debe a que comenzaron a fumar bastante después que los hombres en forma masiva”.
Advirtió que hay otros aspectos vinculados al cáncer de pulmón y al género, por cuestiones culturales. “Si una mujer en la Patagonia se encuentra expuesta a humo en la cocina de su casa, tiene mayor riesgo de desarrollar cáncer de pulmón. De modo que también se involucran aspectos culturales con la enfermedad. En Taiwan, registraron una alta cantidad de cáncer de pulmón en mujeres no fumadoras, pero que cocinan con aceites a altas temperaturas en wok”, comentó Benítez, que fue director del Departamento de Oncología Toráxica por la Asociación Latinoamericana de Tórax.
Advirtió que “de 100 fumadores, 95 mueren por enfermedades vinculadas al tabaco”. Más allá del cáncer de pulmón, el Epoc (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) afecta a una tercera parte de los grandes fumadores. Pero además cuentan las enfermedades cardiovasculares, como el ACV, el cáncer de vejiga, renal y de laringe. “El hecho de dejar de fumar no solo reduce la muerte por cáncer de pulmón y Epoc sino la muerte global por cualquier otra causa”, subrayó.
Cómo dejar de fumar
Benítez calificó a la nicotina como una droga extremadamente peligrosa con un elevado nivel de adictividad. “Toca el inconsciente. Es un químico en una región muy primitiva del cerebro que se confunde cuando pasamos al plano consciente como una costumbre. La sustancia tiene un efecto farmacológico. Si uno fuma se tranquiliza, por ejemplo”, mencionó.
Sin embargo, aseguró que una persona puede dejar de fumar por sus propios medios. Lo conveniente es fijar una fecha para cortar esta práctica. “Para un fumador no hay chance de dejar despacito. Por otro lado, la estrategia es encontrar motivos relacionados con cosas placenteras. Si el fumador no puede dejar por sí solo, los médicos pueden ayudar con algunas estrategias farmacológicas. Pero no existe una pastilla que uno tome para dejar de fumar”, dijo.
Cigarrillos electrónicos: nadie sabe qué se aspira
Los cigarrillos electrónicos ingresaron al mercado en 2003 y en 2014, explotó el consumo. Si bien la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) los prohibió, se consiguen con facilidad. Y están de moda entre los más jóvenes.
“Los efectos a largo plazo no son conocidos. Lo que podemos decir con certeza es que el uso no es inocuo y de hecho, se han reportado muertes por inflamación pulmonar que se conoce como ‘el pulmón del vapeador‘”, describió Benítez.
“Sucede que eso tiene metales pesados, nanopartículas, productos carcinogénicos. En nuestro país no está regulado, de modo que nadie sabe qué aspira”, dijo y añadió: “Para demostrar los daños del tabaco tardamos 50 años en los que murieron millones de personas. Las tabacaleras hicieron tabacos más adictivos y dañinos a medida que pasó el tiempo. Si pasan otros 50 años para probar el impacto del cigarrillo electrónico no hemos aprendido nada”, señaló.
No solo se perjudica el fumador
Benítez recalcó que los riesgos no solo están asociados al fumador: “El conviviente o aquel que está expuesto tiene un riesgo mayor de desarrollar enfermedades respiratorias. El tabaquismo de primera mano se refiere al que fuma, el de segunda mano es el que aspira el humo y existe un tabaquismo de tercera mano que es el depósito de sustancias nocivas en el ambiente que se desprenden lentamente”, explicó.
De modo que destacó que el tabaco también aumenta el riesgo para quienes están en contacto con fumadores, ya sea «por aspiración directa del humo y por estar expuestos a partículas sin olor ni color que se liberan lentamente desde los ambientes que estuvieron expuestos a los productos de combustión del tabaco”.
Insistió en la necesidad de dejar de fumar en tanto «permite mantener niveles normales de presión arterial, mejora la función pulmonar, disminuye la tos y la dificultad para respirar y, sobre todo, mejora la calidad de vida de quien deja el tabaco y de las personas con las que convive”.
Según los últimos reportes de tabaquismo, el consumo cayó alrededor de un 10% a nivel nacional. Sin embargo, el uso del cigarrillo electrónico se expande cada vez más especialmente entre los más jóvenes, incluso adolescentes.
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