Agrónomos hoy: entre la tierra y los datos

“El respeto por la naturaleza y la producción sustentable de alimentos son, entre otros aspectos, lo que motiva a un ingeniero agrónomo”, afirmó Jorge Toranzo, presidente del Consejo Profesional de Ingeniería Agronómica de Río Negro (CPIA), con más de cuarenta años de trayectoria en el sector agropecuario. En el Día del Ingeniero Agrónomo, compartió su mirada sobre una profesión clave para el desarrollo de las economías regionales.

Día del Ingeniero Agrónomo: Jorge Toranzo, de un test vocacional al campo

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Su vocación nació en los pasillos del colegio secundario, por un test vocacional que arrojó dos caminos posibles: Ingeniería Química o Ingeniería Agronómica. Eligió la segunda, por su afinidad con la biología y sus procesos. “La carrera me abrió la ventana a entender los ecosistemas”, recordó sobre su paso por la Universidad Nacional de Córdoba.

Hoy, los agrónomos se desempeñan tanto en el sector privado como en el Estado. Trabajan en todas las cadenas productivas, desde cultivos extensivos como soja, trigo o maíz, hasta fruticultura y horticultura. También ocupan roles técnicos, de docencia e investigación en organismos como el Inta, el Senasa, el Inase y universidades nacionales.

“Desde que me inicié, los principales cambios se dieron en la importancia relativa de los cultivos -en 1974, la soja no era el principal cultivo-, la incorporación de la siembra directa, de nuevas variedades resistentes, de maquinaria y tecnología para siembra y cosecha, y de servicios que permiten conocer datos instantáneos del rendimiento”, repasó.

En fruticultura, los avances fueron significativos. “Se incorporaron técnicas como el fertirriego por goteo, sensores de humedad en el suelo, mallas para mitigar daños climáticos, control de plagas por feromonas y el uso de plaguicidas de banda verde, más amigables con el ambiente y con las personas”, enumeró. También se migró hacia plantaciones más intensivas, con hasta 2.500 plantas por hectárea, y se incorporaron ayudas mecánicas para poda, raleo y cosecha.

Día del Ingeniero Agrónomo: el rol de los jóvenes profesionales

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Toranzo destacó el impacto de las nuevas herramientas digitales: “Hoy se usan drones, sensores, estaciones meteorológicas, apps que integran toda esa información y permiten planificar el riego, la fertilización, el control de plagas y enfermedades”. Y valoró el rol de los jóvenes: “Los ingenieros nacidos en la era digital se integran fácilmente a las AgTech y son actores clave en esta transformación”.

Sin embargo, el conocimiento tecnológico no reemplaza la experiencia ni el vínculo con el productor. “Con el tiempo uno aprende a hacer diagnósticos y combinar lo que brinda la universidad con la práctica cotidiana. Hoy, la transferencia tecnológica es una práctica más compleja que en el pasado. El objetivo es lograr que el productor y la sociedad se beneficien con la adopción de tecnologías que se complementan con los saberes tradicionales”, explicó.

El trabajo también incluye tareas administrativas, de laboratorio, peritajes, tasaciones, implementación de certificaciones como GlobalGAP, Buenas Prácticas Agrícolas o Comercio Justo. “Depende del rol que uno ocupe. Un investigador dedica más tiempo al laboratorio en tanto que un gerente de producción, a la administración y el trabajo a campo. Es clave desarrollar habilidades blandas, porque trabajamos en equipos multidisciplinarios donde la comunicación y el trabajo en conjunto son fundamentales”, señaló.

“Siempre me apasionó estar al día con las nuevas tecnologías, investigar y transferir los conocimientos. Esa combinación de ciencia, experiencia y contacto con la naturaleza es lo que hace única a esta profesión”, reflexionó.