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Cada vez son más las jóvenes que optan por la ligadura de trompas

El procedimiento se realiza en el sistema público de Río Negro desde hace 23 años y la provincia fue pionera a nivel nacional. Lo consideran el método de anticoncepción más seguro. Los registros de este año ponen a la cabeza al Alto Valle.

Unas 698 ligaduras tubáricas, comúnmente conocidas como ligaduras de trompas, se realizaron durante los primeros nueve meses del año en el ámbito público de Río Negro.

El Alto Valle encabeza la estadística, con 323 procedimientos; seguido por la Zona Andina (Bariloche y El Bolsón), con 173; la Zona Atlántica, con 108 y, el Valle Medio y la Línea Sur, con 50 y 44 respectivamente.

Los médicos aseguran que es el método de anticoncepción más seguro y la intervención arroja un pequeño margen de error que no llega a 2 cada 1000 procedimientos.

El médico ginecólogo especialista en Endocrinología Ginecológica y Medicina Reproductiva, Fabian Gómez Giglio, confirmó un aumento en las consultas vinculadas a ligadura tubárica por parte de mujeres cada vez más jóvenes. Muchas corresponden a mujeres en la década de los 20 años que aún no han sido madres.

«De 130 consultas que se recibieron en el consultorio de evaluación prequirúrgica en los últimos cinco meses, 52 responden a ligadura de trompas. No hablamos de consultas médicas sino de quienes ya planificaron una determinada cirugía. Acá englobamos a todas las patologías quirúrgicas ginecológicas», expresó el médico del hospital Ramón Carrillo de Bariloche.

¿Por qué cada vez más mujeres deciden someterse a la intervención? Gómez Giglio lo vincula al decrecimiento de la tasa de natalidad que alcanza un 28% en Argentina. «Notamos una disminución en el deseo de ser madre. Esto está vinculado también con una mayor inserción laboral«, opinó el profesional.

Paralelamente a la decisión de avanzar en la ligadura de trompas, Gómez Giglio destacó un aumento en la búsqueda de embarazos en mujeres mayores de 40 años. «Hay un fuerte impacto de la edad. La edad puede condicionar la fertilidad, pero a su vez, condiciona los resultados obstétricos y perinatales. La tasa de complicaciones se incrementa», advirtió.

¿Cómo es el mecanismo para acceder a la ligadura tubárica? En la consulta al ginecólogo, la paciente solicita el procedimiento como método anticonceptivo. El profesional explica la metodología y las consecuencias. «Es una cirugía -aclaró Gómez Giglio- y como todo acto quirúrgico puede tener complicaciones. Son riesgos bajos, pero riesgos al fin«.

También se explica a la mujer sobre las consecuencias de una metodología que no es reversible. «Estamos notando también varias consultas por reanastomosis, una reversión de la ligadura de trompas. En el primer mundo, la tasa de arrepentimiento varía entre 3 y 20%. Pero lo cierto es que nuestra experiencia de recanalización en el servicio no ha sido exitosa», advirtió.

Si la paciente decide avanzar con el procedimiento, se le brinda un turno en el consultorio prequirúrgico y finalmente, se la cita para la práctica en el quirófano. «En la enorme mayoría de los casos, se puede realizar una laparoscopía. Es una intervención simple y la mujer vuelve a su casa, en general, en el día», concluyó.


De Río Negro al país


Río Negro fue pionera en la ley de Anticoncepción Quirúrgica Voluntaria allá por el año 2000 que permitió a todas las mujeres y hombres acceder a una ligadura de trompas o una vasectomía en los hospitales públicos. Eso motivó que durante muchos años, pacientes de otras localidades visitaran los hospitales rionegrinos. Recién en 2006, se logró la sanción de una ley nacional.

«Hasta ese momento, el ámbito privado cubría las cirugías sin problemas. Pero en la parte pública, se dependía de la voluntad de quien operaba. Formaba parte del folklore hospitalario. La ley produjo un cambio radical», recordó el médico tocoginecólogo Mario Mas.

Años atrás, Mas trabajaba en el hospital público de Villa Regina, pero a la vez, desde 1991, recorría países como Nicaragua, Cuba y México, junto a una fundación, fomentando la anticoncepción. «En un momento, me di cuenta que el problema estaba a tres cuadras de mi casa», recordó.

Este médico logró incorporar el concepto de «consejería» en salud reproductiva, algo que no existía en el país. En 2000, abrió un registro y solo en un mes, 70 mujeres se anotaron para ligarse las trompas: la mayoría era pobre y tenía muchos hijos. Meses después, Mas presentó un recurso de amparo a fin de autorizar la intervención a 20 mujeres que tenían un total de 128 hijos. Fue rechazado, pero finalmente se aprobó una ley provincial que garantizó el acceso convirtiéndola en pionera del país. «No había políticas públicas en Salud Reproductiva y logramos impulsarlo. Esta ley salió por la lucha de las mujeres. Nosotros fuimos los vectores», advirtió Mas.

«No inventamos la pólvora -acotó-: blanqueamos una situación. En ese momento fue revolucionario porque fue el despertar de la salud reproductiva de nuestro país. Cambiaron los paradigmas reproductivos. Se empezó a hablar públicamente de algo que estaba en el ámbito privado»

Mas consideró que Río Negro tiene las leyes más innovadoras aunque, «sin recursos, termina siendo un tratado de buenas intenciones». La ley nacional llegó en 2006.

«Fueron seis años de lucha. Mientras tanto, la gente venía a operarse a Río Negro. La ley tardó seis meses en ser reglamentada cuando, a los 30 días de ser sancionada, debe entrar en vigencia. Las creencias religiosas jugaron un rol importante».

Unos 17 años después, Mas consideró que hoy la ley se aplica aunque «sin consejería». «La gente pide ligadura de trompas. Hay pacientes de 20 años y después vuelven porque quieren tener hijos. Eso habla de la falta de políticas públicas en asesoramiento. La anticoncepción quirúrgica debería ser el furgón de un tren de salud reproductiva. La locomotora debería ser la educación sexual. Pero se ha convertido en una ambulancia de la pobreza», subrayó.


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