Catalina sembró su futuro en Neuquén y cosecha frutillas que venderá en el frutazo de este miércoles
Catalina Marino Paco es de Bolivia y cosecha frutillas en una chacra de Plottier.
Catalina Marino Paco llegó desde Bolivia a la Argentina con un sueño claro: tener su casa, su propio lugar, su vida armada con sus manos. Su camino en el país comenzó en Jujuy, pero el destino la trajo al sur y se radicó en Neuquén. Hoy vive en Plottier, donde desde hace más de una década cosecha frutillas y mañana llevará su producción al frutazo de la Universidad Nacional del Comahue. «Lo quiero vender con el precio anterior porque estoy muy agradecida con la gente que ya me compró».
Hace más de 30 años, una joven partió de Bolivia buscando prosperidad. Catalina llegó a Argentina cuando apenas tenía 19 años. No pensaba en surcos ni en plantas ni en frutillas. Soñaba con ser costurera.
Hizo cursos, entró a fábricas, trabajó. Pero ese trabajo no le daba la vida que ella imaginaba. “No era como esto que gano, me hago mi casa y soy autónoma”, expresó.
Es que después de intentarlo en el norte del país llegó a Neuquén. Desde el 2013 alquila una chacra en Plottier donde produce frutillas. No fue algo que planificó, sino que surgió de una necesidad.
“Yo prestaba trabajo como empleada doméstica, después como obrera… y nunca llegué. No podía hacer mi techo. No hay ahorro”, dijo. Y entonces, un día, decidió cambiar la historia: “Para que no pase eso, dije: no, yo algo tengo que hacer”.
La chacra fue primero un espacio de prueba. “Empezamos con la verdura, pero nos fue mal… no sabíamos guiarla”, contó. Entonces se animó a las frutillas. Primero 2000 plantas. Luego 4000. Después 6000.

Así, año a año, fue construyendo algo propio, junto a sus hijos de 16 y 26 años, que la acompañan siempre que pueden. “Ellos estudian uno secundaria y el otro terciario, pero cuando pueden, están”.
Desde octubre hasta que llega la primera helada, Catalina cosecha frutillas. “Estamos ya mermando. Ahora estamos sacando de la planta una vez a la semana. Demora más en madurar, y ya cayó helada y mermó mucho. Vamos a seguir hasta que venga el frío y queme las frutas”, detalló sobre el proceso.
Este martes, Catalina participará por segunda vez del Frutazo, la feria organizada por la Universidad Nacional del Comahue donde productores venden directamente al público, sin intermediarios. En la edición anterior, vendió todo. “No me quedó nada. Vendí todo, está muy bueno”, dijo.
Para esta edición, llevará entre 30 y 40 kilos. “Estoy seleccionando para que vaya la fruta buena todavía, pero creo que vamos a llevar esa cantidad”, contó.
Hoy a sus 53 años, lo más significativo para Catalina no son los kilos que produce, sino el significado que le da a esta venta. “Estoy pensando en no subir el precio, aunque hay poca fruta y todos suban el precio», expresó. «Lo quiero dejar con el precio anterior porque estoy muy agradecida con la gente que compró, terminé vendiendo todo, y quiero respetar eso», agregó.
Por último, expresó que tampoco quiere subir el precio porque para ella, la generosidad de la gente es lo más importante. «Es generosa Argentina. La gente es generosa. Ustedes son generosos. Es algo que nunca terminaría de agradecer».
Frutazo: frutas a 1000 pesos el kilo en Neuquén
La Facultad de Turismo de la Universidad Nacional del Comahue en Neuquén volverá a ser el escenario del tradicional frutazo este miércoles. La feria busca fortalecer el vínculo entre la comunidad educativa, los productores del Alto Valle y la sociedad.
El tradicional frutazo es impulsado por el frente estudiantil Encuentro Comahue de la UNCo y ofrece alimentos frescos, saludables y accesibles. Según explicaron desde la organización, la cita es el miércoles 16 desde las 11.00 a las 16.00.
El lugar donde se realizará es en la sede de la Facultad de Turismo, en la UNCo. A dicha feria se podrá ingresa por Entre Ríos, Buenos Aires o Avenida Argentina.
En esta nueva edición, se podrán adquirir peras, manzanas y se sumarán productores de ciruelas y huevos. Además, si el tiempo lo permite, se incorporarán verduras de estación.
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Catalina Marino Paco llegó desde Bolivia a la Argentina con un sueño claro: tener su casa, su propio lugar, su vida armada con sus manos. Su camino en el país comenzó en Jujuy, pero el destino la trajo al sur y se radicó en Neuquén. Hoy vive en Plottier, donde desde hace más de una década cosecha frutillas y mañana llevará su producción al frutazo de la Universidad Nacional del Comahue. "Lo quiero vender con el precio anterior porque estoy muy agradecida con la gente que ya me compró".
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