Ciro, Eruca y Kapanga entre tijeras y guitarras: la peluquería de Neuquén que le corta a rockstars

La peluquería Dalí, ubicada a metros del monumento de San Martín, es reconocida entre grandes artistas musicales. Pablo Barros lleva en el rubro 23 años pero en Neuquén encontró, junto a su familia, el lugar que lo llevó a cumplir el sueño de "conocer a tu ídolo".

Dali Style es una peluquería que se encuentra en Avenida diagonal 25 de mayo al 40, y hoy es reconocida como el hogar de paso para muchos iconos de la música que, en sus largas giras arriban a la ciudad de Neuquén. 

Pablo Barros, quien está al mando de esta peluquería, es mendocino y trabaja en el rubro hace 23 años siguiendo una generación familiar. Su llegada a la Patagonia empezó hace más de 15 años, cuando con su compañera de vida se adentraron a un viaje por distintas partes del país.  

Instalados en Neuquén hace siete años, la vida de Pablo y su familia dio un giro que núnca imaginaron. Iniciaron un nuevo proyecto llamado Dali Style, una peluquería que se ubicó primero en el Bajo de Neuquén y que hace un año, se trasladó más cerca de la Avenida, un punto estratégico que los benefició. 

La peluquería ubicada en el primer piso del edificio, más allá de ser el trabajo de Pablo, es también el hogar de su familia, actualmente integrada por sus dos hijas de 13 y 4 años.  

El lugar que, fue reformado completamente por la familia Barros, adopta características de cabaña en su interior y está adornada con imágenes de Salvador Dalí, revistas El Gráfico, más un par de guitarras que forman parte del ambiente. Además, en sus paredes se despliega una galería de fotos de todos los músicos que pasaron y fueron clientes en lo que va del año.  

El Piti Fernández y Kapanga son algunos de los músicos que visitaron Dali Style. Foto: Matías Subat.

El tamaño de los cuadros va variando, pero el más grande es del Piti Fernández de las Pastillas del Abuelo, quien fue el primer cliente de Dalí en su nueva ubicación. En este sentido Pablo contó: “cuando alquilamos esto, empezamos a armarlo de cero porque no estaba en condiciones. Con mi señora empezamos a lijar, pintar y de repente, recibí el mensaje de un amigo diciéndome que Piti venía a Neuquén de solista, los chicos de la banda son amigos míos de Mendoza y me propusieron traerlo al local, les pedí que me den dos días, pero ellos tocaban al otro día, así que sin pensarlo empezamos a meterle día y noche pintando y dejando todo listo. Cuando llegó el Piti estaba todo hermoso pero media hora antes teníamos la frente manchada”. 

Sin saberlo, ésta sería una de las primeras anécdotas de encuentro con artistas que Pablo iba a tener, el Piti fue el que abrió un poco la puerta a los próximos encuentros porque dos semanas después se acercaron al lugar los integrantes de Kapanga. “Van llegando porque se empiezan a pasar los contactos entre ellos, viste como es el mundo del rock son como los futbolistas, todos se conocen”, comentó Pablo. 

Pablo se refiere a estos primeros encuentros como “una prueba de fuego” porque para él significó un desafío no demostrar hacia afuera que era fanático: “me decía a mí mismo, tengo que estar tranquilo y no abalanzarme para que me firme todo junto”. A su vez expresó “por ahí me di cuenta que hablaba más de lo normal y le preguntaba diez veces las mismas cosas, no quería quedarme callado, quería que este todo armonioso, todo perfecto”.  

Sobre la visita de Kapanga comentó que, el primero en visitarlo fue Miguel «Maikel» De Luna Campos junto a Claudio Maffia y el manager, y en una segunda tanda se acercó el resto de la banda.  

Con los Kapanga nos pasó algo muy raro porque es una banda que también nos gusta mucho, entonces con mi señora los agasajamos, vimos que estaban cómodos, ni bien se van, subí con mi señora, nos abrazamos y nos largamos a llorar. Me emociona hasta ahora porque son los Kapanga y me da la sensación de decir: mira lo que estamos logrando”, expresó Pablo y a su vez agregó “Maikel de Kapanga es ahora el padrino de la peluquería, pegamos muy buen vinculo y cada vez que vienen por la Patagonia, que son se venir mucho, pasan por la pelu”. 

Para Pablo quien solo había comenzado su negocio con la idea de seguir en el rubro y continuar la tradición familiar, atender a famosos y ser parte de sus charlas fue algo inesperado. “Pensé que iban a venir una o dos bandas y ya con dos bandas pensaba quedarme tranquilo para el resto de la vida y morir tranquilo, por eso hicimos fotos grandes pensando que iban a ser los únicos y ahora, empezamos a hacer más chicas porque no nos queda más lugar”.  

Las redes para Pablo se fueron tejiendo casi de forma involuntaria, de un momento a otro pasó de escuchar su música mientras hacia su trabajo o conducía, a cortarles el pelo él y encontrarse con distintos artistas en conversaciones típicas o compartiendo una comida. “Vos sos fanático de una banda, los ves y no te lo imaginas, pero después empezás a charlar y son personas tan simples”.  

La peluquería Dalí, nombrada así porque Pablo es un fanático de Salvador Dalí, se terminó por instalar entre los músicos, el recibimiento cálido y la comodidad que les brinda la familia Barros conquistó tanto a los artistas que entre ellos se recomiendan el lugar. Tal es el punto que Pablo cuenta que después de la visita de los integrantes de la Bersuit recibió la llamada de Cóndor Sbarbati avisándole “Pablo te armé los Pérez García”, y así le pasó también con otros artistas que le escriben porque quieren conocer el lugar.


Entre cortes y ‘zapadas’


Pablo Barros, dueño de la peluquería Dalí Style. Foto: Matías Subat

Eruca Sativa, Joaquin Levinton de Turf, 2 Minutos, La Bersuit, El mató a un policía motorizado, Ella es tan cargosa, y los integrantes de Ciro y los Persas, son algunos de los grandes artistas que pasaron por las manos de Pablo Barros quienes mientras esperaban su momento en la silla, deleitaban a los presentes tocando algunos de sus mejores clásicos.

Pablo contó que por este motivo forman parte de la peluquería una guitarra eléctrica y una guitarra criolla, que se pueden ver apenas se ingresa al lugar porque «por ahí se arman zapadas y eso es algo que ellos te dejan de regalo».

Al mismo tiempo Pablo comentó que «las guitarras están por ellos porque vimos que empezó a venir gente y empezaba a mirar si había alguna viola», y agregó «yo no sé tocar nada, recién hace dos semanas aprendí porque me daba vergüenza que venían y me preguntaban si sabía tocar algo».

La trayectoria de la peluquería Dalí recién está comenzando, para el futuro tienen muchos proyectos pensados como abrir otra sucursal en Mar del Plata pero según lo manifestado por Pablo, por ahora esperan seguir por mucho tiempo más en Neuquén «acá echamos raíces y no queremos descuidarlo».


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