Claudia, la maestra que se enfrenta a las sanciones por reclamar comida para sus estudiantes en Neuquén

Es vicedirectora del CPEM 98 que funciona en Los Catutos, al cual asisten 38 jóvenes.  Señaló que los refrigerios no son suficiente y temen que algún estudiante "se desmaye por hambre".

Claudia Cabrera es vicedirectora del CPEMº98 de Los Catutos, en el norte neuquino, y hace un tiempo lleva adelante un reclamo por el cual pide viandas para sus estudiantes. Aseguró que solo tienen «pan, queso y fruta» para alimentar a 38 jóvenes que estudian jornada extendida.

En comunicación con RÍO NEGRO, la vicedirectora contó que son varias las situaciones que aqueja a la comunidad educativa, entre ellas la necesidad de que tener un edificio propio, pero lo más urgente a resolver es el pedido de viandas para que sus estudiantes puedan tener una alimentación saludable. «Estamos pidiendo viandas porque tenemos 38 estudiantes y la comida no es suficiente», señaló Cabrera.

Explicó que el colegio funciona con jornada extendida en la que los estudiantes están en la escuela desde las 9 a las 16, y durante esas horas solo reciben una alimentación mínima. «Entiendo que no hay normativa que regule que las escuelas secundarias tengan un comedor, pero también es una realidad que ninguna escuela de la provincia tenga jornada extendida y nosotros funcionamos así, y sin servicio de comedor», sostuvo.

Claudia indicó que reciben partidas para los refrigerios de la mañana y para un refrigerio reforzado al mediodía, pero esto llevó a que los estudiantes tengan que alimentarse todos los días solo con sándwich de fiambre, queso y una fruta. «Obviamente, desde Salud nos dijeron que no podíamos alimentarlos con esto todos los días, pero eso es lo único que hay», comentó.

A partir de este alimento que resulta escaso, la vicedirectora contó que los estudiantes manifiestan quedarse con hambre ya que los alimentos no cubren las necesidades nutricionales de un adolescente. Por su parte informó que enviaron una nota al Consejo Provincial de Educación realizada por los padres, pero hasta el momento no obtuvieron respuestas a su solicitud de viandas. Sin embargo en las últimas horas les llegó una nota informal donde les proponen «partir las horas», brindándoles un lapso de una hora para que los estudiantes vayan a sus casas a comer y después volver a clases, pero la vicedirectora asegura que esto es imposible para quienes viven a más de una hora de Los Catutos.

«Nos dicen que nuestra tarea es solo pedagógica, pero también lo pedagógico se ve afectado porque los chicos con hambre no pueden estudiar, no se concentran. Son las dos de la tarde y les duele la panza de hambre», sostuvo y agregó que es sumamente importante que puedan recibir una vianda. Por este motivo y ante la falta de refrigerios, el martes pasado tomaron la decisión de reducir la jornada escolar, pero cuando se enteraron de esto les llegó un aviso de que «si volvíamos a suspender podríamos recibir una sanción».

Por otra parte explicó que una de las posibles soluciones que le habían ofrecido era la disposición de un comedor, pero esto sería para su edificio que aún no está habilitado, «si esperamos, ¿con qué alimentamos a los estudiantes durante el año?» y agregó: «tenemos miedo de que un estudiante se nos desmaye del hambre». Indicó que están a la espera de una reunión de padres para ver la posibilidad de acercarse al Consejo de Educación para informar en primera persona lo que está sucediendo y esperan poder encontrar una solución inmediata.


Claudia, la maestra que enfrenta sanciones: 38 estudiantes hacinados en un aula minúscula


El anexo rural de Los Catutos funciona con 38 estudiantes, 20 en primer año y 18 en segundo, que deben ir rotándose los días para poder asistir a clases en un aula prestada, según la docente.

Claudia Cabrera explicó que hace un año se inauguró el anexo que funciona como escuela secundaria rural del CPEM 98 y hasta el día de la fecha están esperando que se le entreguen su edificio, por lo que por el momento funcionan en un aula de la escuela primaria 37 de Los Catutos. El edificio que está destinado para este CPEM, no está habilitado porque no cuenta con el cerco perimetral para el zeppelin de gas y además faltan baños.


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