Cuatro mujeres emprenden una aventura en la montaña
Luego de concluir sus tratamientos médicos, tres pacientes y su médica emprendieron una travesía al Valle de las Lágrimas, donde ocurrió el accidente de la Cordillera de los Andes.
Tres mujeres que concluyeron sus tratamientos oncológicos se propusieron un desafío. Junto a su médica, Florencia Costantino, emprendieron el ascenso al Valle de las Lágrimas en la Cordillera de los Andes, el lugar donde cayó el avión de los rugbiers uruguayos el 13 de octubre de 1972.
Bastó una invitación del médico oncólogo Fernando Petracci, del Instituto Fleming en Buenos Aires, para que Costantino propusiera emprender la travesía. Inés Lange, Paula Rodríguez y Miriam Schiavon accedieron sin dudarlo un segundo.
El primer paso consistió en sacar los pasajes a Mendoza. Sabían que en esa instancia, ya no habría marcha atrás. De inmediato comenzó el entrenamiento de la médica junto a sus pacientes y durante algunas semanas, hubo constantes subidas al cerro Campanario, Otto, al refugio Frey e incluso al Otto Mailing.
La travesía «Desafiando a la vida junto al cáncer» comenzó tres años atrás y fue una iniciativa de Petracci.
«La reacción es bastante parecida en la mayoría de los casos. Cuando llega el diagnóstico las personas piensan: por qué a mi, por qué ahora, qué voy a hacer. Un imprevisto que te pone la vida para lo cual nadie está preparado», contó Petracci, especialista en cáncer de mama, en un documental que se realizó tras la primera edición de la expedición.
El médico entrena desde siempre, corre maratones y se define como un apasionado del deporte. «Fui al Valle de las Lágrimas con un grupo de amigos, el lugar donde cayó el avión. Revivir esas historias de los sobrevivientes me resultó sorprendente y fascinante. Las sensaciones y vivencias que pude rescatar de los protagonistas de esta tragedia me hicieron trazar una analogía entre lo que sucede con los pacientes y el diagnóstico hasta su recuperación. Antes de dejar el valle, le dije a uno de mis amigos: ‘Acá tengo que volver con mis pacientes´», admitió.
La tercera edición del trekking comenzó este viernes desde la quebrada El Sosneado. Desde allí se inició la caminata de siete horas hasta el campamento El Barroso, a 2.500 metros de altura. La segunda jornada incluye un trekking de 10 kilómetros que culmina en el Valle de las Lágrimas, el lugar donde ocurrió el accidente aéreo.
Durante el camino, se atraviesan arroyos y se sube por angostos caminos hasta llegar a los 3.550 metros de altura, un sitio rodeado por glaciares.
En ese lugar, se puede ver una ventana y el tren de aterrizaje del avión y está el monumento que recuerda a los protagonistas de la tragedia. «Unos metros más adelante, aclaran los organizadores de la travesía, se pueden observar los restos de un ala. Depende la época del año, clima, nieve o deshielo es posible ver algunos otros restos del avión. El fuselaje de la nave que dio protección a los sobrevivientes se encuentra incrustado en el glaciar».
Paralelismos
Lange tiene 68 años y después de seis años, continúa su tratamiento contra el cáncer. Es hermana de Santiago Lange, el regatista argentino que accedió a una medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, luego de superar un cáncer de pulmón.
«Si no me llevás, no te hablo más«, cuentan que esta mujer le dijo a Costantino al recibir la invitación al Valle de las Lágrimas. La médica no puso reparos. «Es un poco lo que hacemos en la vida real: acompañamos, contenemos y ayudamos», explicó.
Cuando se le pregunta por la decisión de realizar la travesía, Lange planteó: «Es un poco comparar ese ejemplo de resiliencia y empuje de los jóvenes, cuando cayó el avión, con lo que uno atraviesa con las quimios. El miedo a empezar un tratamiento no es fácil, pero se puede. Y creo que, de esta forma, podemos demostrarle a otras pacientes asustadas -o que piensan que será de su vida-, que sí se puede».
Respecto a la travesía, los organizadores advirtieron a los participantes que era «muy dura». «De todos modos, lo definimos rápido: apenas nos mandaron la invitación, a los dos minutos las chicas dijeron que sí. Y nos estuvimos preparando: cerrito que encontrábamos, lo subíamos. Suponemos que la subida será de una forma tan amena que llegaremos todos y será una experiencia más espiritual que algo tan cansador. Esperamos que nos sorprenda», señaló Costantino.
Lange opinó que el objetivo es ayudarse entre todas dándose fuerza, «como hicimos durante todo el tratamiento».
Desde el primer momento en que a uno le dicen que tiene cáncer hemos sido acompañadas por nuestros médicos. Y es maravilloso tener este cierre. Te empuja a seguir y ayudar a otro»,
Inés Lange, 68 años.
Relación médico-paciente
Rodríguez, de 40 años, terminó el tratamiento de quimioterapia hace un año y atravesó su última cirugía en octubre. Dijo que recibió la invitación de la travesía al día siguiente de ver la película «La sociedad de la nieve». «No pude decir que no. Le dije a Flor: ‘si vos vas, yo voy´. Y me parece maravilloso: hace un año estaba terminando mi quimioterapia y hoy estoy entrenando con una de mis médicas y con personas que no conocía para subir la cordillera«, relató la mujer.
«¿Qué representa semejante compromiso de una médica?, ¿marca otro tipo de relación con el paciente?», les consultó este diario a las mujeres. «Todo mi tratamiento en Fundación Intecnus fue así. Soy paciente también de (Marcelo) Puig Lomez y (Andrés) Anton y durante el tratamiento, hicieron un equipo absoluto. Hay una conjunción entre médico y paciente y esto es como el cierre perfecto porque es real. Todo el mundo me pregunta: ‘¿con quién te vas?´. No pueden creer cuando les digo que me voy con mi médica. Es un plus que no siempre se da», respondió Rodríguez.
Por su parte, Costantino admitió que siente la travesía como «una enorme responsabilidad». «Siento que las tengo que seguir apoyando en todo momento. Uno demuestra a los pacientes que tiene toda la fortaleza, pero realmente nos ponemos como una máscara porque vivimos muy por dentro todo lo que les pasa. Por lo menos a mí me pasa eso», especificó la médica.
Unas 65 personas (entre pacientes, médicos y guías) participan de la tercera edición de la travesía. El sobreviviente Carlos Paez envió un mensaje de aliento. «Nuestra historia es una historia de lucha permanente contra el no. Y el gran mérito fue que al no le dijimos que sí. Ustedes están viviendo la misma historia. A nosotros el 10 nos dejaron de buscar. Todos tenemos un día 10», mencionó el uruguayo en un video que se viralizó rápidamente entre los participantes.
«Paez habla de decir sí a los no. Y esto es lo mismo. Decir sí a los no que pone esta enfermedad. Los pacientes atraviesan una enfermedad muy dura y tener a tus médicos diciendo sí lo es todo porque el mundo se te viene abajo. Esta invitación a la travesía sigue siendo un sí«, consideró Costantino.
El accidente aéreo
El 13 de octubre de 1972, un avión de la Fuerza Aérea Uruguaya que trasladaba a un equipo de rugby de Uruguay hacia Santiago de Chile se estrelló en la cordillera de los Andes debido a las condiciones climáticas.
De los 45 pasajeros (entre jugadores, entrenadores, familiares y amigos), 12 murieron a raíz del impacto. Otras 17 personas murieron durante los días siguientes.
El accidente se produjo a 3.500 metros de altura en el Valle de las Lágrimas, en el departamento de Malargüe, en Mendoza.
El grupo sobrevivió durante 72 días hasta que dos de los jóvenes emprendieron viaje a Chile logrando el rescate en diciembre de 1972.
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