De Neuquén a África e Italia: Teresita, la mujer que participó de la última misa del papa Francisco

Días atrás, Teresita Pelaez, una docente jubilada de Neuquén, emprendió un viaje con su hijo de 17 años a Guinea Bissau, en África, con la idea de conocer la experiencia misionera que llevan adelante los sacerdotes africanos. El viaje concluiría con la misa de Pascuas en Roma, Italia, con la presencia del papa Francisco.

«Teníamos ganas de hacer este viaje con mi hijo Juan que tiene 17 años y está en quinto año del secundario. Una prima fotógrafa que vive en Brasil ya realizó unos seis viajes a Guinea. Y nosotros, como creyentes, queríamos conocer la experiencia misionera de los curas africanos. Quise que mi hijo viviera esa realidad y experimentara esa riqueza cultural», señaló Teresita.

Se alojaron en una casa de la iglesia. «Los curas asisten a organizaciones comunitarias en África y tienen una escuela en la que se respeta la diversidad cultural, se da cultura religiosa, pero sin imponer el catolicismo», expresó la mujer.

Recalcó que ante la ausencia del Estado, la presencia de iglesias católicas y evangélicas es muy fuerte en esa zona. «La idea del viaje fue contactarnos con una realidad social, económica y cultural diferente a nuestra comodidad occidental. La idea era acompañar a la gente, compartir momentos con ellos y con los curas seminaristas. A los adolescentes, por ejemplo, les interesaba conversar con mi hijo», relató.

En una visita al hospital -atendido por un médicos y dos enfermeros-, estos neuquinos conocieron el caso de una niña de 3 años que había sufrido graves quemaduras en su torso y en las piernas. “Se quemó mientras la madre cocinaba. Llevaba puesto un vestido de tela sintética que quedó pegado en su cuerpito. Por 5 días la mantuvieron en su casa intentando curarla con plantas del lugar”, se lamentó Teresita.

Junto a su prima y su hijo, le advirtieron al médico sobre el grave estado de la pequeña y le sugirieron derivarla a la capital ya que ese establecimiento no contaba con medicamentos ni insumos. “El médico nos dijo que la ambulancia no tenía nafta. Le sugerimos entonces trasladarla en barco y aceptó. Acompañamos a los padres. Al llegar a Bissau, nos esperaba una ambulancia muy rudimentaria que nos trasladó al hospital donde tuvimos que pagar todos los medicamentos e insumos«, contó. Advirtió que, por lo general, la gente evita concurrir al hospital porque «no existe el sistema de salud tal como lo conocemos, deben pagar todos los medicamentos, por lo cual optan por implementar sus tratamientos tradicionales”.

En el hospital asistieron a la pequeña con analgésicos y antibióticos, la hidrataron y le colocaron oxígeno. “El médico nos dijo que, sin esa asistencia, la niña hubier afallecido. Su nombre es Esperanza y lo cierto es que todos tenemos mucha esperanza en su sanación”, señaló.

Teresita resaltó la riqueza espiritual, la alegría y dignidad de esos pobladores. Tras este paso por África, el viaje cerraba por Italia. Un sacerdote de Neuquén los había ayudado a gestionar un permiso para participar de las diferentes celebraciones de Semana Santa. «De modo que tuvimos la oportunidad de participar de la Misa Crismal el Jueves Santo en la Basílica San Pedro, el Vía Crucis en el Coliseo, la Vigilia Pascual el sábado y la misa del domingo coronada por la bendición de Francisco», relató.

Comentó que la misa fue encabezada por un cardenal, pero a su fin, el papa Francisco salió al balcón. «Escuchar la fragilidad de su voz y la contundencia del mensaje me partió. Llamó a la paz mundial, al fin de los conflictos bélicos e invitó a transitar el camino a la tolerancia y de respeto a las diferencias. Su lucidez intelectual y su militancia por la vida me conmovió muchísimo», describió.

Dijo que fue un shock amanecer con la noticia de su muerte el lunes. ¿Cómo se enteró del trágico suceso? El día anterior había subido a las redes un video con el saludo del papa Francisco y un familiar le escribió: «Qué privilegiados ha sido. Él ya se fue». «Le pregunté qué estaba diciendo y así fue cómo me enteré. Como estábamos parando cerca de la Plaza San Pedro nos fuimos para allá», dijo esta mujer que calificó el viaje como extremadamente «movilizante». «La palabra que sintetiza es gracias», sentenció.