De Roca a Milán: tres generaciones de carpinteros unidos por el amor a la madera
La carpintería de los Zurita fue parte del Salón del Mueble de Milán 2025, la feria internacional más importante del mundo en mobiliarios de madera y diseño. “Para nosotros fue un orgullo muy grande haber estado en la Feria representando a Río Negro", afirma Maxi Zurita, tercera generación de madereros.
Cuando un incendio convirtió en cenizas la carpintería de los Zurita en el año 1997, las llamas no sólo se devoraron la fuente de trabajo de toda una familia sino que también se evaporaron en un puñado de horas, más de 30 años de esfuerzos y sacrificios. Había que empezar otra vez porque en verdad, no había quedado nada.
¿Pero cómo se hace para volver a arrancar de cero? ¿Dónde se busca la fortaleza para intentarlo una vez más? ¿Qué fibras íntimas hay que activar para dejar atrás el dolor y transformarlo en energía superadora?
Cuatro años después de aquel incendio, la carpintería que había levantado don Mario Zurita se mudó de su espacio original y refundó sus sueños en una parcela del Parque Industrial de General Roca, al norte de la ciudad. Se levantaron cuatro paredes, se compraron un par de máquinas elementales para trabajar la madera y sobre un piso de tierra alisado, Edgardo – el hijo de Mario -, se comprometió a continuar con el legado.
Con humildad, sacrificio y mucho trabajo, el nombre Zurita de a poco volvió a estar asociado a la nobleza de la madera. Edgardo, que fue el motor de esa resurrección, junto a su padre emprendieron la dura tarea de levantar todo aquello que el fuego se llevó.

Quizás sea por eso (y seguramente mucho más) que a Maxi Zurita se le humedezcan los ojos cuando habla de los orígenes de esta historia que ya lleva tres generaciones. Casi un cuarto de siglo después de la mudanza obligada, Maxi – hijo de Edgardo- es hoy uno de los responsables de esta empresa maderera que acaba de ser invitada al Salón del Mueble de Milan, la feria internacional más importante del mundo en mobiliarios de madera y diseño. La edición 2025 tuvo más de 300 mil asistentes, con 2.103 expositores de 37 países de todo el planeta.

“A mí me tocó hacerme cargo de esto en el 2017 y para nosotros, fundamentalmente, la carpintería no deja de ser un arte…”, nos dice Maxi, y su afirmación se justifica apenas uno ingresa a las instalaciones, dominado por un gran salón con trabajos notables en madera maciza y una ambientación acorde. “La intención es hacer un show room en este espacio el día de mañana”.
El punto fundacional de los Zurita fue en 1968 y a medida que nos metemos en su historia comprendemos el sentimiento, el espíritu familiar y el amor por la madera. También la satisfacción. “Para nosotros es un orgullo haber estado en la Feria del Mueble de Milan. La invitación nos llega a través de Marcelo Catavorello, representante en Argentina de SCM, una empresa de maquinarias dedicada a la industria de la madera. Fuimos a Italia representando a Río Negro. Estamos muy contentos con la experiencia que vivimos allá y también por haber traído nuevas tendencias”, nos cuenta Maxi sobre el viaje a Milán, en una feria donde abundan las interacciones entre la artesanía y el diseño industrial.

“En Europa están muy enfocados en el diseño. Nosotros fuimos a eso, a nutrirnos en la elaboración detallada del mueble y también en la innovación de las maquinarias”, apunta el menor de la dinastía, que deja una revelación sobre el punto que más les llamó la atención a los expositores de otras latitudes.
“No es común para ellos que una carpintería mantenga su integridad a través de tres generaciones. Fue por eso que a nosotros y otra empresa de Buenos Aires, que también es tercera generación, nos hicieron un reconocimiento. Uno no se da cuenta, pero a ellos les sorprende esta tradición que tenemos por ejemplo aquí, en el interior, en la Patagonia. Para nosotros es normal, incluso acá mismo en nuestra misma ciudad, hay varias empresas que son tercera generación. Para mí es un orgullo poder seguir con esto que es su momento fundó mi abuelo”.

Los Zurita no esquivan su origen humilde, para ellos es una bandera. “Nosotros no éramos partidarios de ir a las ferias, a exposiciones, a capacitaciones de las máquinas… Si a veces cuando teníamos que ir a Buenos Aires, íbamos en colectivo porque el avión no era lo nuestro. Pero con mi papá nos empezamos a animar a ir por más, a industrializarnos. Con mucho esfuerzo compramos una máquina, después otra… Siento que el crecimiento ha sido grande en los últimos años”.

A pesar de las nuevas olas, Maxi deja en claro que el servicio de madera maciza sigue “más vigente que nunca. Nos fuimos metiendo en el diseño porque esto no deja de ser un arte. La verdad es que te abre la cabeza. Nos basamos mucho en el origen de la carpintería, y la madera maciza lo es y no se compara con cualquier versión de placa o melamina. Por más que haya tendencias más industrializadas como vimos en Milán, no queremos que nuestra tradición se corte”.
Si hablamos de madera maciza, las preferidas de hoy son lenga, petiribí o paraíso, que llegaron para reemplazar al cedro, favorita en otros tiempos. Las opciones también son varias si la placa es la elegida. Maxi nos invita a un piso superior de la carpintería, donde un gran muestrario domina la sala principal. “La idea es que el cliente, junto al arquitecto o diseñador, puedan ir conjugando los colores del mueble. Los enchapados llevan tratamiento de lustre, a diferencia de los melamínicos que ya están preparados. Incluso algunos vienen con un acabado de ‘brillato’, una superficie con extra brillo y muy suave al tacto, que reemplaza al laqueado”. Una breve pero precisa master class de Maxi sobre todas las opciones, texturas y composiciones de la madera.

El recorrido termina con la explicación de cómo es el proceso de la madera, desde que baja del camión hasta que la tabla está cortada, cepillada, pulida y con los cantos redondeados. “Me hubiese encantado que mi abuelo, que fundó esta carpintería, pudiera disfrutar lo que estamos viviendo. Hoy me toca a mí llevarme las felicitaciones y halagos por el presente que vive la carpintería, pero siempre destaco que sin el apoyo de mi papá nada hubiera sido posible…” Maxi hace una pausa, su voz se apaga de repente. Se toma un tiempo para reiniciar la charla y jura que no es de llorar. “Él me dio la posibilidad de venir con nuevas ideas, nuevos pensamientos. Yo viví junto a mi viejo situaciones muy fuertes donde igualmente pudo salir adelante, eso me da fuerzas para seguir creciendo”.


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