Del Garrahan al Castro Rendón: Guido será el primer electrofisiólogo infantil del hospital de Neuquén

"El Castro Rendón es mi segunda casa", expresó Guido Salvi, el pediatra oriundo de Buenos Aires que transitó sus residencias en el hospital de mayor complejidad de Neuquén y entre todas las posibilidades, hoy lo elige como lugar de trabajo.

Guido Salvi tiene 37 años y vivió la mayor parte de su vida entre bisturíes, guantes de látex y también entre sonrisas de niños y niñas. Es que desde que egresó de la secundaria sabia que su labor sería acompañando a las infancias. Lo que no sabía era que 19 años más tarde se transformaría en el primer electrofisiólogo infantil del hospital regional de Neuquén, rompiendo barreras y marcando un precedente en la medicina provincial.

Salvi nació en Buenos Aires, entre el caos de los colectivos y los grandes edificios. A sus 18 años el cariño por las infancias le marcó el camino y mientras estudiaba Medicina en la UBA, trabajó en un hogar de niños judicializados de la ciudad.

Se levantaba bien temprano y se acostaba tarde. Sus días los pasaba entre los apuntes de la facultad, las clases y los exámenes, y el acompañamiento a las infancias en vulnerabilidad. “Esa experiencia me hizo transparentar un montón de sensibilidades para con ellos, como las situaciones particulares que tenían cada uno”, contó. Así aseguró que ese fue el inicio de un camino que lo guió a la pediatría.

“La felicidad de los niños, que por más que tengan una patología o sufran algún tipo de discapacidad lo ven como un juego, realmente te alegra el día”, expresó Salvi.

Cuando terminó la carrera de medicina en Buenos Aires le tocó una de las tareas más difíciles: elegir dónde realizar la formación en pediatría. “Yo me quería ir de acá y quería formarme en un hospital de complejidad. Dentro de los que había en la Patagonia, que además es un lugar que me gusta mucho, estaba el Castro Rendón”, relató.

Así, sin pensarlo, comenzó la residencia en el hospital regional, donde ganó terreno en la medicina oncológica, el traslado de pacientes y guardias externas. “Me brindaba la posibilidad de hacer traslados aéreos sanitarios pediátricos así que también hice eso”, contó. “Junto con Pablo Coletti fuimos los primeros en hacerlo”, agregó.

Salvi junto a Guillermo schvartz y Julieta figueroa en el hospital Garrahan. Foto: Gentileza.

Como un profesional de la salud que día a día se desafía a sí mismo y marca un precedente en distintos sectores de la medicina, decidió también optar por una rama rara vez elegida. “Una vez que terminé pediatría, empecé a formarme como cardiólogo infantil, que es otra residencia”, explicó el médico que eligió por segunda vez el Castro Rendón para transitar esa etapa de su vida. Al tercer año pasó por el hospital Garrahan, el de mayor complejidad del país, donde conoció la electrofisiología infantil.

“Es una especialidad que se encarga del tratamiento de arritmias de manera intervencionista, es decir, quirúrgica”, expuso. Es una rama que hasta hoy cuenta con menos de 12 profesionales en todo el país. El pediatra cardiólogo consideró que el bajo número se debe al largo camino de formación que se debe transitar para llegar a esa especialización. “Primero tenés que ser médico, luego pediatra, después cardiólogo infantil y recién ahí podes meterte en electrofisiología. Es muy prolongado”, detalló.

Salvi junto a Gonzalo Luna electrofisiologo de adultos en el caso de mapeo electroanatomico 3D en Neuquén. Foto: Gentileza.

También existe la rama de electrofisiología de adultos, que está en permanente contacto con la infantil. “Cuando el niño crece y se hace adolescente, en ese momento empezamos a compartir con los adultos… hay muchos más profesionales y nos enseñan un montón”, manifestó el cirujano.

El doctor Salvi está pronto a convertirse en electrofisiólogo infantil. Comenzó esta especialización en el 2023 en el hospital Garrahan después de casi 15 años en el mundo de la medicina. El primero de octubre dejará su rutina en Buenos Aires para ser oficialmente parte del staff de Cardiología Infantil del Castro Rendón. No solo eso, sino que se convertirá en el primer electrofisiólogo infantil del hospital.

“Esto es gracias a los pacientes y colegas que me incentivan a seguir en la formación. Cuando arranqué en Neuquén me encantó y les dije ‘si ustedes me apoyan, me quedo acá’, y acá estoy, me sigo formando para formar parte del equipo”, expresó.

Salvi destacó que su rol permitirá que muchas infancias no deban esperar tanto tiempo para una intervención o viajar largas distancias. Como con su participación en la primera ablación cardíaca pediátrica con mapeo 3D que se realizó en el Castro Rendón. “Fueron pacientes que estaban en la lista del Garrahan para el año que viene y pudimos hacerlo en Neuquén”, dijo.

Salvi junto al equipo que participó del caso de mapeo electroanatomico 3D en Neuquén. Foto: Gentileza.

Para el médico es un desafío dejar parte de su vida en la capital del país, pero sabe que vale la pena. “El hospital de Neuquén es mi segunda casa. A pesar de que estoy mucho en Buenos Aires, yo me siento parte de una gran familia”.

“El Castro Rendón siempre apuesta a tener cada vez más complejidad, desde varios ámbitos, con distintas cirugías, se ve que hay una apuesta en complejizar la atención a la salud y la calidad del paciente”, destacó.

Guido Salvi, un cirujano infantil que desde joven supo que su vínculo con las niñeces sería fuerte, transita sus últimos días en el hospital Garrahan. Un hospital que le dio las herramientas para estar en el lugar que hoy ocupa con orgullo: el del primer electrofisiólogo infantil de Neuquén.