Día Internacional de la solidaridad: Dar sin esperar nada a cambio

En Alta Barda y en el Centro Este de la ciudad funcionan dos guardias que brindan terapia ZEN de forma libre y gratuita. Su base es la solidaridad ya que no se cobra a quien desee recibirla.

La terapia “ZEN y larga vida” nació en la India y desde 1999 que se practica en Neuquén bajo el formato de “guardias” ya que siempre está abierto para recibir a todas las personas con dolencias físicas, emocionales y mentales. Se trata de una terapia de activación energética y quienes la realizan lo hacen de forma gratuita y libre dos veces a la semana.

“Es dar sin esperar recibir nada a cambio, de hecho la base de la filosofía ZEN es la solidaridad: cuando vos brindás esta terapia, indefectiblemente te la estás brindando también a vos mismo”, aclaró Ana Lorena Schulz, quien es facilitadora y a la vez capacitadora. Todos los martes las guardias funcionan en el barrio Centro Este mientras que los viernes están en Alta Barda de Neuquén.

La terapia no se ofrece como medicina ni como sanación o curación, si no como un acompañamiento a diferentes síntomas y tratamientos de enfermedades previamente diagnosticados por la medicina tradicional. El ZEN consta del trabajo directo del facilitador a traves de sus manos sobre los puntos energéticos (conocidos como chackras en la filosofía hindú) y la búsqueda del “destrabe” de esos centros a partir de la activación de la energía. Se asemeja al ya conocido reiki pero tiene otra filosofía y otra formación.

“Cuando controlás el sistema nervioso central y logras equilibrarlo, podes prevenir y también sanar. Es un acompañamiento que se le hace a las personas sobre todo cuando tienen un problema físico, emocional o mental. De hecho, hemos trabajado con psiquiatras algunos casos de psicosis y esquizofrenia con buenos resultados”, agregó.

Al no ser considerada una medicina si no un acompañamiento, los facilitadores aclaran que se les pide a las personas que no dejen sus tratamientos, que acompañen la medicina que cada médico indica y que busquen en nosotros el acompañamiento. “Tuvimos una chica que llegó sin poder caminar, babeando, y al tiempo me la crucé trabajando y me contó que vivía sola, pudo armar su vida sin depender de nadie. Uno no cura, uno no sana, si no que es la energía del paciente que se despierta y lo cura. Al calmar su sistema nervioso la persona hace mucho por sí misma”, enfatizó Schulz.

La base de la enseñanza del ZEN indica que el facilitador no debe cobrar para realizar esta terapia. Dicen que si lo cobras o pedís algo a cambio para realizarlo, perdés la capacidad. “Es dar sin esperar nada a cambio. Cada vez que uno ayuda se está ayudando a uno mismo. Por eso nuestra base es la solidaridad”, enfatizó Schulz.

¿Por qué lo hacen? “Ayudar me hace feliz”, agregó Schulz y “el Zen es amor y servicio”, concluyó otra de las facilitadoras.


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