Donde florece el tiempo: cinco años del Jardín Botánico de Plottier
Ubicado en Plottier, en un predio de más de cuatro hectáreas, con 100 especies, cumple un rol fundamental en la conservación de plantas. Recorrer sus senderos es una conexión asegurada con la naturaleza.
—El paisaje nunca es el mismo. En esta época viene lo que llamo “nieve botánica”, que es cuando el álamo empieza a florecer y a dispersar sus semillas.
El Jardín Botánico de Plottier es el segundo de la provincia y uno de los 58 que existen en el país. En sus 4,16 hectáreas tiene 100 especies de todo tipo. Nativas y exóticas. De punta a punta tiene un sendero de 1.900 metros. En el punto de partida está parado su director: Hernán López.
—Inauguramos hace cinco años, un 17 de octubre, porque justamente es el Día de los Jardines Botánicos.
Como cualquier Jardín Botánico, el de Plottier tiene la función de resguardar y fomentar una colección de plantas. Pero éste, en particular, busca mantener viva la flora de Neuquén, plantas típicas de la provincia.
El terreno fue donado a la Municipalidad con destino de espacio verde. En 2017, por convenio, la Universidad de Flores diseñó el Jardín y en 2020 se inauguró. A lo largo de sus hectáreas aún se ven acequias y cortinas rompevientos de lo que alguna vez fue una chacra. Pero, en los terrenos lindantes hay hormigón, cemento y caños. Construcciones en proceso de lo que será un complejo deportivo; viviendas y hasta un restaurante.
—Eso quiere decir que todos esos árboles que se ven allá, alrededor del Jardín, van a desaparecer.
Neuquén tiene cerca de 2.000 especies de plantas nativas, de las cuales 44 aproximadamente se pueden conseguir en viveros especializados. De esas, el Jardín tiene cerca de 30.

Hernán es especialista en plantas vasculares. Estudió en Córdoba hace 20 años y es muy meticuloso con la nomenclatura botánica. Cada vez que puede, da el nombre único, universal y científicamente válido de cada planta que tiene en frente. Así lo hace cuando entra a la primera zona del Jardín donde hay un cartel que dice: Arboretum exótico.
—Arboretum significa colección de árboles. Es decir, en esta zona hay plantas que no son de Neuquén.
Más cerca y más lejos se ven plantas etiquetadas e inventariadas. Un cartel señala: esta planta es un abedul, otro dice algarrobo, otro malvavisco; otro catalpa.
Para un ojo ignorante lo que se ven en la segunda zona del Jardín Botánico son yuyos. Pero, definitivamente, no lo son.
—Eso, acá es mala palabra. Hay una desvalorización de las plantas que tenemos, sobre todo las que están en las bardas.
Frente a Hernán aparece una de follaje plateado.
—El nombre común de esta es olivillo y el científico es Hyalis argentea D. Don ex Hook. & Arn. Argentea proviene de la palabra de latín argentum, qué significa plateado.
A pocos pasos asoma una con espinas, un Lycium.
—¿Ves la flor verdecita que es tubular? Este es el fruto inmaduro. La planta se llama Lycium gilliesianum Miers.
Hernán se adentra en el arbusto, mete la cabeza, afila la mirada y toma una ramita.
—Estos frutos que se ven acá se vuelven rojos. Tienen olor a tomate y las semillas son como las del tomate porque son de la misma familia.

El Jardín Botánico de Plottier tiene renombre internacional, obtuvo la membresía del Botanic Gardens Conservation International (BGCI) y es uno de los tres Jardines que ganó fondos, en agosto pasado, que otorga esta institución para desarrollar proyectos.
—Con ese dinero vamos a reproducir una planta endémica que se llama Frankenia fischeri Hicken que crece en Neuquén. La idea es incorporarla al Jardín.
Los logros del Jardín Botánico no terminan ahí. Desde hace un mes constituye la vicepresidencia de la Red Argentina de Jardines Botánicos.
—Como integrante de la Comisión Directiva quiero proponer hacer una base de datos interna de todos los Jardines Botánicos del país. Y también colaborar para que sean acreditados a nivel internacional.
Hernán habla en plural.
—Cada planta que hay acá, la reproducimos nosotros.
Pero es solo por costumbre.
Además de ser el director, es el administrador, el que da los reportajes, el que publica artículos científicos, el que clasifica, reproduce y riega las plantas. También el guía de las visitas y el que corta el pasto. Hernán es el único trabajador del Jardín.
A más de la mitad del recorrido un pequeño bosque da la bienvenida. Arboretum patagónico, es un área temática de plantas nativas del bosque andino.
—Ahora viene la parte más linda.
Hay madreselvas, manzanos silvestres, lauras y maitenes.
—Ah, eso es una bolsa de basura. La junté yo. También soy basurero.
Hernán sale del sendero. Señala y se acerca a cuanta planta ve.
—Acá tenemos una pañil que está por florecer y da una cabezuela bien amarilla. Esta otra es una maqui, una planta religiosa para los mapuches. Y esto es una araucaria que lo germiné yo hace tres años.
De fondo se ve agua. Es la laguna Elena, un antiguo brazo del río Limay, que se alimenta subterráneamente. Si se tiene paciencia se pueden ver cisnes de cuello negro, gallaretas o macá pico grueso. Hay 80 especies que recorren el Botánico.
—Mira, mira ese es un cardenal. Está tomando agua, que lindo.

La laguna tiene dos metros y medio de profundidad. A medida que se avanza en el sendero se reduce y a mitad de camino tiene un mirador flotante.
—Esos son biguá. Uhhh justo, mirá está comiendo, tiene algo en el pico.
Si se agudiza el oído se puede escuchar el sonido de un martillo neumático. Pero, hay que afilarlo bien para distinguir si es una de las máquinas que trabajan en los terrenos lindantes, o un pájaro carpintero.

Hernán tiene 51 años y un viverito en la casa. Ahí germina lo que trae al Jardín.
—Queremos construir acá una oficia y un lugar para reproducir plantas.
Hernán toma el sendero de vuelta. Repetirá una y otra vez la misma acción: se frenará, se acercará a una planta y regalará un comentario. Ahora lo hace una vez más.
—Mirá esta plantita tenía diez centímetros cuando la plantamos. Ahora ya un metro.

El Jardín Botánico de Plottier está ubicado dentro del Paseo Costero, en cercanías a la casa histórica del Dr. Plottier a cinco minutos desde el centro de la ciudad. Se ingresa por Av. Plottier. Es de entrada libre y gratuita
—El paisaje nunca es el mismo. En esta época viene lo que llamo “nieve botánica”, que es cuando el álamo empieza a florecer y a dispersar sus semillas.
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