El atropellamiento de un gato huiña suma datos cruciales y evidencia su vulnerabilidad en la Patagonia
La muerte de un ejemplar en la ruta 231 volvió a exponer las presiones que enfrenta el felino más pequeño de América, cuya población en Argentina es tan reducida que cada individuo resulta clave.
El 12 de noviembre un gato huiña fue atropellado en el Paso Cardenal Samoré. Se trata de una especie considerada «vulnerable» y que enfrenta amenazas en la Patagonia argentina, la mayoría causadas por el ser humano. Desde el Parque Nacional Nahuel Huapi llamaron a reforzar la prevención.
El atropellamiento del gato huiña ocurrido hace una semana no es un caso aislado. Aunque es una especie rara vez vista por el humano, «ha ocurrido en las décadas anteriores y aunque son eventos esporádicos, son un problema», expuso la investigadora de origen italiano, Ilaria Agostini, quien es parte del Departamento de Conservación y Educación Ambiental del Parque Nacional Nahuel Huapi, en el que se desarrolla el Programa de Estudios Aplicados a la Conservación (Cenac).
El gato huiña es conocido como “fantasma de los bosques” y con un porte de solo dos kilos, el pequeño felino es una especie amenazada de extinción y vulnerable a nivel mundial; que existe y habita en los bosques de la Patagonia, pero que prácticamente no fue estudiada del lado argentino de la cordillera de los Andes.

En Argentina, la especie es extremadamente difícil de ver. Su presencia es tan escasa que cada individuo cuenta. Agostini explicó que además, el ejemplar hallado tenía una particularidad: era melánico.
“Los individuos melánicos tienen pelaje oscuro. O sea, se les ve la mancha en transparencia cuando hay luz del sol, por ejemplo, pero tienen el pelaje oscuro, entonces pueden parecer negros completamente”, detalló. «Son como más raros en una población”.
El ejemplar atropellado llega en un momento clave. “En Argentina no hay casi información sobre la genética de la población de este lado. En Chile sí hay mucha información, donde la especie es naturalmente mucho más abundante”, explicó la especialista.
Por eso, la necropsia realizada en el instituto Inibioma con el Dr. Mauro Tammone permitió tomar muestras de órganos y tejido: datos que pueden revelar si las poblaciones de ambos países están conectadas o si están aisladas, un aspecto crucial para armar estrategias de conservación.
Desde 2022, el equipo de investigación realiza un monitoreo con cámaras trampa en distintos sectores del Parque Nacional Nahuel Huapi. El esfuerzo es enorme, pero los registros, mínimos.
“Hasta ahora tuvimos muy pocos registros en relación al esfuerzo de muestreo. Esto indica que, comparado con lugares de Chile donde es mucho más abundante, acá es muy escasa”, detalló la especialista.
Las razones aún no están claras. Las hipótesis apuntan a la disponibilidad de presas y a una posible competencia con el gato montés, más grande y frecuente en el lado argentino. “Podría ser una competencia por los recursos… Quizás una especie como el gato montés, que es más grande, podría dominar al otro”, explicó Agostini.

A diferencia del gato montés, el huiña está profundamente ligado a los bosques húmedos. “Acá los bosques húmedos son una franja bastante angosta, entonces está restringido en su distribución”, añadió.
Acerca de las amenazas, si bien el atropellamiento es una de las más registradas, la especialista detalló que hay otros factores: «Los perros domésticos constituyen una amenaza muy grande para el huiña, porque los pueden matar y también transmitir enfermedades. Y tanto perros como gatos domésticos también pueden hacerlo”, señaló.
Según la reciente actualización de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, la especie que habita Chile y Argentina pasó de “vulnerable” a “de preocupación menor”. Pero esa categoría global no refleja la situación local. «Existe una categorización también que hacemos a nivel nacional nosotros y la especie está considerada como vulnerable, está amenazada de extinción», detalló Agostini.
La evaluación nacional se actualiza cada cinco o seis años. La última es de 2019 y ya ubicaba al huiña bajo amenaza. «Ahora justamente se está terminando de hacer la evaluación actual y calculamos que los resultados saldrían a principios del 2026″.
Durante los últimos meses, el equipo instaló carteles en distintos sectores del parque para advertir sobre el cruce de fauna. “Colocamos varios carteles en la ruta… uno fue hecho con Educación Ambiental del parque y otros fueron donados”, relató. Este trabajo es una tarea binacional que realiza el equipo Guiña Working Group.
Es un intento por frenar una amenaza que ya dejó varias víctimas. “Ocurren estas cosas que incluso se pierden individuos que son súper valiosos porque son una población pequeña”, subrayó.
Cómo actuar si aparece uno en el camino
Ver un huiña en libertad es un acontecimiento raro. Y si sucede, la recomendación es simple: no intervenir.
«Recomendamos tratar de observarlo a la distancia, no asustarlo, no interactuar. Siempre evitar entrar con mascotas”, la especialista. Y para quienes manejan, el consejo es esencial: “Respetar los límites de velocidad, sobre todo donde hay bosque más cerrado, poca visibilidad y en horarios crepusculares, cuando los felinos están más activos”.
El pequeño felino sigue siendo un animal oculto en el bosque. Cada registro suma y cada ejemplar muerto es una pérdida invaluable. En la Patagonia, donde su presencia es una rareza, un cuerpo tendido al costado de la ruta es un recordatorio urgente de que la conservación es una tarea de todos.
El 12 de noviembre un gato huiña fue atropellado en el Paso Cardenal Samoré. Se trata de una especie considerada "vulnerable" y que enfrenta amenazas en la Patagonia argentina, la mayoría causadas por el ser humano. Desde el Parque Nacional Nahuel Huapi llamaron a reforzar la prevención.
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