El churrinche pinta de rojo el cielo de Neuquén y renueva el equilibrio ecológico
Su aleteo anuncia la llegada de días cálidos. Desde la Dirección Provincial de Fauna insisten en la necesidad de la protección de las aves nativas por su rol estratégico en el control de plagas.
El rubí de sus plumas le da elegancia. El antifaz en su cara, misterio. Sus pocos más de 10 gramos, liviandad para mantenerse en el aire. Su presencia en las ramas de los árboles de Neuquén es la confirmación de que el termómetro irá en aumento.
El churrinche, mosquero cardenal o Pyrocephalus rubinus es un ave de plumaje rojo intenso. Con solo 15 centímetros de tamaño cumple un rol fundamental en el control de plagas. “En el verano empezamos a escuchar que tenemos plagas de mosquitos, pero resulta que no tenemos cuidado con las aves que son controladoras de esos mosquitos”, analiza Nicolás Lagos, Director provincial de Fauna y Áreas Naturales.
El churrinche justamente es un ave que come langostas, moscas, mariposas o mosquitos. Percha en una rama y al paso de un insecto, despliega sus alas negras, abre el pico y caza su presa. Así, ésta ave que suele verse en campos y pastizales, patios y caminos, que construye su nido con telarañas, pastos y tallos, que pone entre 3 a 5 huevos cumple un importante papel ecológico controlando la población de insectos.
“Tenemos muchos casos de gente que viene acá a hacer temporada, cazan aves durante el verano y después intentan llevárselas”, cuenta Lagos, “las meten en jaulas y entran en el mercado ilegal”. El churrinche es una de las aves que han logrado liberar en los operativos que montan desde la Dirección provincial de Fauna y Áreas Naturales. “El churrinche no tiene muchas amenazadas naturales, la más peligrosa es el ser humano”, cuenta Lagos.

En los 32 operativos que la Dirección de Fauna y Áreas Naturales montó desde el segundo semestre del 2024 hasta la actualidad ha recuperado, solo de tenencia ilegal, 7 cardenales, 2 loros habladores, 7 tortugas. También rescató un puma en China Muerta, un guanaco en el balneario de Neuquén, y 3 zorros. Todos, fueron reinsertados con éxito en sus habitad.
“Si no hay compradores, no hay tráfico”, explica Lagos, “si no hay mercado, no hay negocio”, insiste. Los vecinos son también una fuente de denuncias. “Muchos nos llaman avisando la situación irregular de algún animal. Al ir pedimos los papeles del animal y si no los tienen, montamos el operativo para después poder reinsertarlos en la naturaleza”, cuenta Lagos.
La caza es otra de las maneras en las que se corta el control de plagas o de depredadores naturales. El halcón peregrino, comúnmente conocido como “caza pollos” es un ave que come gallinas. “Las terminan matando los vecinos para cuidar de su gallinero. Pero, en vez de encerrar y mejorar el gallinero para que el ave no haga daño, las cazan y generan un desequilibrio más grave porque las otras especies, al no tener un depredador, se reproducen con más tranquilidad”. Con la comadreja sucede lo mismo, que se alimentan de huevos. “Las matan y se olvidan que es una controladora natural de garrapatas”.
“El ser humano muchas veces rompe sus propios hábitats naturales”, cierra Lagos, “tenemos que aprender, en definitiva, a convivir”.
Para denunciar, solicitar información y/o hacer consultas sobre caza, pesca y fauna protegida en la provincia podés llamar al 0800-666-6636.
El rubí de sus plumas le da elegancia. El antifaz en su cara, misterio. Sus pocos más de 10 gramos, liviandad para mantenerse en el aire. Su presencia en las ramas de los árboles de Neuquén es la confirmación de que el termómetro irá en aumento.
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