El exbasquetbolista Scolari unió el mar y la montaña para reivindicar el tren

Recorrió los 826 km de vías entre Viedma y Bariloche para valorar el rol que tuvo la red ferroviaria en el desarrollo del país y pedir que se reactive.

“Río Negro tienen la suerte de tener un servicio de trenes de pasajeros que supo mantener la provincia. Y eso es muy bueno. Ojalá se pudieran recuperar los ferrocarriles en el resto del país”, señala Ariel Scolari. Recorrió el ramal ferroviario en territorio rionegrino junto a dos amigos a bordo de dos zorritas. El objetivo: manifestarse a favor de la recuperación de los ramales ferroviarios, que tanta importancia tuvieron para el desarrollo del país hasta los 90.

Junto a sus amigos Carmelo Haag y César Guillén, Scolari recorrió los 826 km de vía uniendo Viedma con Bariloche a una velocidad de 23 km/h, en un viaje que contó con la autorización y el apoyo de Tren Patagónico y de muchos trabajadores del riel.

Partieron el 22 de noviembre y llegaron el 6 de diciembre. La travesía incluyó paradas en cada uno de los pueblos: fueron recibidos por las autoridades y vecinos quienes les dieron su solidaridad y agradecimiento. Dieron charlas en escuelas, entregaron ejemplares de la Constitución Nacional y banderas argentinas y Scolari dejó conceptos y enseñanzas sobre su exitosa carrera deportiva.

“Soy un apasionado del ferrocarril. Este tipo de experiencias son enriquecedoras porque puedo contactarme con exferroviarios, con trabajadores en actividad y nutrirme de historias, anécdotas, vivencias, conocer cada vez más. Te llevás una visión de lo que es que hoy, un ápice de lo que alguna vez fue. Ojalá algún día podamos recuperarlos. Puede ser una utopía, porque hay estaciones que desaparecieron. Incluso hoy no tendrían sentido porque los pueblos que se formaron a su alrededor ya no ya están, pero sería muy importante poder tener un ferrocarril como alguna vez tuvimos. Nos servirían para descongestionar nuestras rutas” señala.

Así como la Región Sur nació y se desarrolló con las vías, en muchas otras regiones ocurrió lo mismo. Scolari escribe un libro sobre los ferrocarriles argentinos con énfasis en la parte humana. Agregó que en estos viajes se encuentra ferroviarios que son cuarta o quinta generación, con historia de vidas ligadas al tren.

Resaltó la sensación de viajar en una zorrita, vehículo que convirtió el viaje en una aventura. “Son muy nobles. Si bien no permiten ir a más de 25 km/h, dan la posibilidad de disfrutar cada kilómetro de recorrido del tendido férreo, del paisaje. Es una sensación muy linda. Además te da la seguridad de llegar y eso es lo más importante. He ido del básquet a las vías con un denominador común que es la pasión. Esa misma que me llevó a jugar 36 años. Hoy esa misma pasión es la que me lleva a hacer estas locuras defendiendo el ferrocarril”, expresó.

Estos tres amigos realizaron la travesía con recursos propios. No tuvo fines políticos, ni gremiales. Solo la motivación de un mensaje claro; pedir por la reactivación del ferrocarril.

Recibimiento. En cada parada, las autoridades municipales.

Los colores del puente. En cercanías de Valcheta.
Municipalidad De Valcheta

Escala en Valcheta. Y a jugar al básquet con los chicos.
Municipalidad De Valcheta

Velocidad

“Un día fui a Corti, la estación cercana a Bahía, por donde tanta gente había pasado y estaba desolada. Ahí empecé a estudiar la historia del tren”.

También la de generar conciencia sobre la importancia que tuvo, que tiene, el cuidado que cada vecino le debe dar a sus bienes. “El ferrocarril tiene, tristemente, más de historia que de presente. La idea no es quedarnos con la parte negativa. La propuesta es hacer algo desde lo más humilde que tenemos para intentar que se reactive”, dice.

De las canchas a las vías

Ariel Scolari fue un gran jugador de larga trayectoria en la Liga Nacional de Básquet, integrando distintos equipos y la Selección Nacional. Comenzó a jugar a los 10 años y se retiró a los 46.

Un año antes de dejar el básquet, hizo un curso de herrería y soldadura y en su empeño por construir un perchero con herraduras llegó hasta la casa de un vecino de apellido Napoli, en Bahía Blanca, a conseguirlas. El hombre, propietario de caballos, dio vuelta una lata y varias herraduras cayeron al piso. Seleccionó una y se la ofreció. Le dijo: “Tomá, llevala, la encontré en Corti” (estación cercana a Bahía Blanca). “Eso me quedó grabado. No sé por qué. Al otro día me levanté temprano, fui hasta Corti y me encontré con una estación abandonada. Era un lugar por el que alguna vez habría pasado mucha gente y estaba desolado. Empecé a interesarme, a estudiar sobre el ferrocarril. Quería conocer esas historias y la pasión me atrapó”.

Hoy tiene 52 años y reparte su tiempo como pintor de obra y su pasión por los trenes: tiene miles de fotografías y reportajes de su recopilación ferroviaria que guarda como un tesoro. “Recién llevo seis años con esta pasión. Me falta tiempo y plata. “Hasta ahora llevo conocidas unas 180 de las 550 estaciones que tiene o tenía el ferrocarril Roca en sus 47.000 km de vías. Alguna día voy a terminar de conocerlas”.

La zorrita es un vehículo ferroviario ligero, diseñado para transportar personal, herramientas y piezas. Aquí, rumbo a Bariloche.
Juan Muñoz

Chivito. En agradecimiento a los viajeros en Jacobacci.
José Mellado

Las chicas se divierten. Aquí, cuando pasaron por Comallo.
Municipalidad De Comallo

Datos

23 km/h
La velocidad promedio de las zorritas en las que viajaron. “Ideales para disfrutar del paisaje”, dice Ariel.
“Un día fui a Corti, la estación cercana a Bahía, por donde tanta gente había pasado y estaba desolada. Ahí empecé a estudiar la historia del tren”.

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