El hospital de Neuquén, referente nacional en donación de órganos: un trabajo incansable del día a día

El Castro Rendón fue reconocido por el Incucai como uno los principales centros donantes del país. Este año llevó adelante 56 procesos de procuración. La Unidad de Procuración de Órganos y Tejidos trabaja a contrarreloj, acompaña a familias y realiza una tarea clave para quienes esperan un trasplante.

Dentro del hospital Castro Rendón de Neuquén, un equipo interdisciplinario trabaja día a día para que la donación de órganos y tejidos sea una posibilidad concreta, aun en los momentos más difíciles. Se trata de la Unidad Hospitalaria de Procuración de Órganos y Tejidos (UHPROT), un servicio que articula profesionales con un objetivo común: detectar a tiempo posibles donantes y acompañar a las familias en el proceso, con respeto, empatía y compromiso.

La labor incansable convirtió al hospital en un referente nacional. El reconocimiento llegó por parte del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai), por su sostenido compromiso y los resultados alcanzados.

La distinción llega en un contexto en el que Neuquén muestra una trayectoria extensa. “Neuquén tiene una historia larga en procuración, de compromiso con la actividad”, explicó la jefa del área UHPROT, Unidad Hospitalaria de Procuración de Órganos y Tejidos, Mariela Fumale.

Fue en 2023 cuando el hospital formalizó la organización del servicio como uno más dentro de su estructura. “Desde ese año nos organizamos. La idea fue reforzar la tarea y que cada hospital haga la actividad de procuración”, detalló. La tarea, sin embargo, va mucho más allá de los procedimientos técnicos. La jefa del área remarcó que fue clave generar conciencia dentro del propio sistema de salud. “Hemos logrado concientizar al equipo para que se entienda que la actividad no termina cuando lamentablemente un paciente fallece, sino que hay un paso más que dar: ver si ese paciente es donante”, sostuvo.

Ese “paso más” es crucial para las miles de personas que esperan un trasplante en el país. “Hay muchísimas personas en lista de espera que su única posibilidad de mejorar su vida o de salvarla es un trasplante. Y si nosotros no detectamos los donantes y no trabajamos para que el donante pueda llegar a hacerlo, ellos pierden esa oportunidad”, advirtió.

El trabajo de procuración también está atravesado por el tiempo. Es un trabajo a contrarreloj. “Tenemos un tiempo limitado. Hay muchos avances tecnológicos y de conocimiento, pero no es un tiempo infinito”, explicó.

Es por esto que el abordaje con las familias resulta central. Aunque la Ley Justina establece la presunción de donación, el equipo del Castro Rendón prioriza el consenso y el acompañamiento. “Hoy en día no necesitamos la autorización del familiar, pero lo hacemos con consenso de la familia, con el acompañamiento de la familia. Ellos están totalmente partícipes y en conocimiento de todo lo que se está haciendo”, señaló.

El trabajo se vuelve aún más sensible cuando se trata de donación pediátrica. “Cuando el donante es un menor de 18 años, ahí sí se necesita la autorización de la familia. Todas las muertes son terribles, pero cuando es una persona joven, mucho más”, expresó.

Uno de los casos más resonantes sobre la donación pediátrica en el país es el de Felipe, el bebé de Neuquén que recibió un corazón este 2025. Pero tal como recalca la jefa del área, se dio gracias a la insistente tarea del equipo de salud en el acompañamiento y a la familia del donante que tomó una decisión crucial en un momento difícil.

Fumale explicó que el abordaje siempre se realiza desde el acompañamiento en el duelo. “La comunicación que hacemos es de ayuda, de acompañamiento. Si logramos que la familia pueda transitar ese duelo lo mejor posible y aceptar la muerte, después nos acompaña en el proceso de donación”, dijo. Además, remarcó que es un abordaje que se realiza tanto en las donaciones de adultos como en las pedíatricas.

Durante el último período, el hospital llevó adelante 56 procesos de procuración, de los cuales 12 fueron multiorgánicos y 4 en asistolia controlada, y se posicionó nuevamente entre los 10 establecimientos que más donantes aportan en todo el país.

Gracias a esta labor, 91 personas que se encontraban en lista de espera pudieron acceder a un trasplante, de las cuales 49 recibieron órganos y 42 tejidos. Entre los beneficiarios se encontraron 2 niños y 4 adolescentes, lo que refleja el impacto directo de la tarea en distintas etapas de la vida. “Este año tuvimos menores de edad, jóvenes, que necesitamos la autorización de las familias y ellos no saben exactamente a quiénes fueron esos órganos, pero posiblemente haya sido para niños. Afortunadamente los niños se mueren menos, pero también hay menos donantes y hay mucha gente en lista de espera”.

La profesional reconoció que la donación pediátrica plantea desafíos particulares. “Cuesta más aceptar la muerte de un niño, es más doloroso para todos. Imponer una ley es muy difícil, para los adultos lo es, para los niños mucho más. Por eso el camino es el acompañamiento y hacerlo desde el corazón”, sostuvo. El reconocimiento del Incucai, destacaron desde el hospital, no apunta únicamente a los resultados cuantitativos, sino a la forma de trabajo construida. No es solo un número de donantes, es un reconocimiento a cómo se trabaja y cómo se acompaña a las familias.

La jefa del área resaltó que el logro es colectivo y que fue clave el compromiso de los servicios críticos, especialmente las terapias intensivas. “Se logró que los equipos de salud nos acompañen en esto, porque entienden que es una tarea que beneficia a todos. No al hospital, sino a la sociedad”, afirmó.

Finalmente, subrayó el sentido profundo de la donación de órganos. “Es el acto de nobleza más grande que hay: dar sin saber a quién, beneficiando a muchas personas. En ese reconocimiento hay mucho de eso, porque se trabajó desde el respeto, la confianza y el acompañamiento”, concluyó.



Dentro del hospital Castro Rendón de Neuquén, un equipo interdisciplinario trabaja día a día para que la donación de órganos y tejidos sea una posibilidad concreta, aun en los momentos más difíciles. Se trata de la Unidad Hospitalaria de Procuración de Órganos y Tejidos (UHPROT), un servicio que articula profesionales con un objetivo común: detectar a tiempo posibles donantes y acompañar a las familias en el proceso, con respeto, empatía y compromiso.

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