¿Cómo seguir tras el incidente de los caballos enterrados en la barda de Allen?

Con este panorama, lejos del incentivo, estos vecinos de Allen sólo ven trabas. Tras intervención de la fuerza policial, temen que les quiten a sus animales.

El pasado sábado, un grupo de siete caballos quedó atrapado en un cañadón de la zona de bardas, que la empresa NRG había rellenado con arena, para iniciar la construcción de un estacionamiento en el Parque Industrial Norte de Allen. Las tareas no contaban con cerco perimetral y por eso, los animales avanzaron sin saber que era terreno blando, al punto de que no pudieron volver a salir.

Foto: Captura Google Maps.

Si bien el Municipio intervino labrando actas y frenando la obra hasta tanto se cierre el perímetro afectado, sigue sin solución un punto que se extiende a largo plazo: ¿es posible lograr la convivencia de la actividad industrial con el trabajo de los crianceros?

Mariela y Oscar son los dueños de los animales involucrados, entre ellos, un potrillo y yeguas preñadas al momento del incidente. En diálogo con RÍO NEGRO, contaron que cuando todo ocurrió, estaban trasladándolos a la casa de un familiar, pero de pronto los perdieron de vista.

Después del hallazgo, el esfuerzo, el rescate y la amargura, dejaron pasar las horas para que los caballos se tranquilizaran. Los notaban con calambres y muy nerviosos, pero no pudieron hacerlos revisar por un veterinario. Zoonosis tampoco tiene uno. Así que confiaron en el aspecto favorable que fueron recobrando con el correr de los días. Afirman que no querían entrar en problemas con nadie y NRG dijo estar a disposición, pero sólo si se lo ordenaba la autoridad de aplicación, es decir la Municipalidad.

En el medio, hubo un encuentro con Antonio Domínguez, secretario de Gobierno local, a quien le plantearon la situación: la necesidad de que los animales circulen en la barda para comer y tener donde beber. El funcionario reafirmó el intento de garantizar la seguridad, entre otros factores, por el movimiento de suelo propio de la planta procesadora de arenas para fracking y la constante circulación de camiones de gran porte.

Si bien la Ley de Tránsito Nº 24.449 prohíbe «dejar animales sueltos y arrear hacienda», deja exceptuados los casos en que se realice «por caminos de tierra y fuera de la calzada». ¿Cómo se encuadra lo que sucede en la barda?

Temen que les quiten a sus animales


Mientras el diálogo entre autoridades y vecinos sigue abierto, en las últimas horas el área de Gobierno hizo una presentación en la unidad policial encargada de la zona rural, para dejar constancia de la presencia de los animales sueltos y pedir que se constate la «marca» que registran, y así certificar su origen. Aunque Domínguez lo descartó, tras la intervención de la fuerza, los crianceros temen que les quiten a sus animales si no los encierran.

Con este panorama, lejos del incentivo, para el matrimonio sólo aparecen trabas. Las circunstancias hicieron que ya no puedan seguir viviendo en el puesto rural: debieron mudarse al periférico barrio Aeroclub, cerca del ingreso al basural local. Se las ingenian a diario para ir hasta el terreno donde permanecen los animales, al resguardo de un pariente que se dedica a la misma actividad. Al igual que sus colegas, enfrentan las complicaciones cotidianas para mantenerlos en buen estado y evitar que los roben o los lastimen otras especies salvajes. Ahora con el arribo de NRG, que inauguró su predio de 46 hectáreas en 2021, suman otro embrollo. ¿Cómo se cuida la continuidad de esta actividad tradicional que sigue activa, aunque sea a kilómetros del ejido urbano?


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