El «palacio» del papa Francisco: cómo es la Casa Santa Marta, el lugar que eligió para vivir hasta el final

El papa Francisco fue encontrado sin vida en el apartamento 201 del segundo piso de la Casa Santa Marta, la residencia donde vivió durante los doce años de su pontificado y que eligió conscientemente como centro de su vida en el Vaticano. En esas estancias humildes y alejadas del boato del Palacio Apostólico, se llevarán a cabo los ritos funerarios que él mismo dejó escritos.

Tras su elección en el cónclave de marzo de 2013, Jorge Mario Bergoglio recorrió el lujoso apartamento papal ubicado en el tercer piso del Palacio Apostólico y decidió no instalarse allí. Lo consideraba un espacio demasiado alejado del resto del mundo, tanto física como simbólicamente.

«No es tan lujoso, pero es enorme. Es como un embudo pero al revés. Entra el que tiene permiso para entrar, entonces caes en manos de los colaboradores, perdés independencia y sin gente», había dicho el propio Francisco en una entrevista.

En cambio, al conocer Santa Marta, afirmó: «Esto para mí». La Domus Sanctae Marthae, un edificio sobrio dentro de la Ciudad del Vaticano, fue su hogar durante doce años y se convirtió en el centro de su vida privada y espiritual.


El papa y su vida sencilla en Casa Santa Marta: vivió en un pequeño departamento junto a su equipo de confianza


La residencia, que funciona como hospedaje para sacerdotes y cardenales, cuenta con habitaciones sencillas. El papa vivía en un pequeño departamento de dos ambientes con baño, una sala de estar y un escritorio. Compartía el piso con sus colaboradores más cercanos, entre ellos los argentinos Daniel Pellizzon y Juan Cruz Villalón, y el italiano Fabio Salerno.

En el comedor de autoservicio del lugar, se lo veía descender frecuentemente a comer, compartiendo espacio con otros residentes, sin distinción jerárquica.

En total, el lugar cuenta con 105 suites de dos habitaciones y 26 habitaciones individuales, y está gestionada por las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. El edificio fue restaurado en los años 90 y tiene también historia diplomática: durante la Segunda Guerra Mundial albergó a los embajadores ante la Santa Sede cuyos países habían roto relaciones con Italia.

Santa Marta no fue solo su refugio, sino también un espacio de encuentros informales, donde recibió a líderes mundiales, amigos y delegaciones lejos del protocolo oficial. Por eso muchos hablan de la «diplomacia de Santa Marta», ese canal más íntimo que supo construir el pontífice argentino.

El rito de constatación de su muerte será este lunes a las 20:00 (hora local) en su propia habitación. En ese lugar, donde eligió vivir con sencillez, comenzará su despedida. La misma sencillez con la que condujo uno de los pontificados más transformadores de las últimas décadas.