El público fue testigo del ataque de orcas a ballenas en Puerto Madryn: los investigadores destacaron que es «un proceso natural»
Los tres ataques se difundieron a pocos días de conocer los resultados del primer censo aéreo de la temporada que reportó un total de 2.110 ballenas franca austral, un récord en los últimos 25 años. Ocurrieron muy cerca de la costa donde muchísimas personas pudieron presenciarlo. Los fotógrafos, por otro lado, lo registraron con imágenes de drones.
Varios ataques de orcas a ballenatos se registraron en los últimos días en el Golfo Nuevo, al noreste de Chubut, a muy pocos metros de la costa lo que generó sorpresa y alarma en la población que se congregó en la playa para avistar los mamíferos marinos.
«Las orcas se alimentan de ballenas, delfines, lobos y elefantes marinos, pingüinos, peces y salmones. Los mamíferos marinos son parte de su dieta. Lo que pasó esta temporada en Puerto Madryn es que los últimos tres ataques se presenciaron muy de cerca en la costa. Allí las ballenas se pueden ver a una distancia de 5 a 10 metros; por eso, la gente lo visita mucho«, explicó Rocío Loizaga, investigadora del Laboratorio de Mamíferos Marinos del Centro para el Estudio de los Sistemas Marinos (Cesimar), que depende del Conicet.
En esta ocasión, un grupo de fotógrafos «de la naturaleza» lograron registrar el ataque con drones, desde el comienzo hasta el final. «Un grupo de entre 6 y 8 orcas ya se había visto en la lobería y se la venía siguiendo de alguna manera«, explicó Loizaga.
Comentó que se mueven por grupos familiares en los que las hembras son las jerarcas. En tanto, los machos se dispersan para no reproducirse con sus parientes. «Las orcas hembras transmiten las estrategias de alimentación a sus crías. Las madres enseñan a cazar con determinada técnica«, recalcó esta doctora en Biología, al tiempo que resaltó que siempre cazan en grupo.

Días atrás, se había registrado el ataque de orcas a un delfín; después, avanzaron sobre ballenatos. «Es un poco sanguinolento el asunto. La gente viene a ver ballenas y de repente, ve al animal siendo comida por un grupo de orcas. Impresionó un poco y generó un fuerte impacto en las redes«, reconoció.
Este ataque se difundió a pocos días de conocer el resultado del primer censo aéreo de la temporada que reportó un total de 2.110 ballenas franca austral, un récord en los últimos 25 años. El relevamiento fue realizado por integrantes del Laboratorio de Mamíferos Marinos del Cesimar que arrojó también un número de 826 crías.
«Pasamos de la noticia de una temporada récord de ballenas a ver estos ataques de orcas. Eso generó una duda: ¿qué pasa si esto se hace más frecuente?, ¿nos quedamos sin ballena franca? No, no va a pasar porque la naturaleza tiene un balance. La orca es un predador natural y coexiste desde hace miles de año con la ballena cuya población está creciendo«, resaltó.
Si bien el ataque ocurrió a pocos metros de la costa, no es un hecho del todo inusual. Sin embargo, fue la primera vez que se logró un registro fotográfico y había tanta gente observando. «Hoy con las cámaras, los drones, los teléfonos nos permiten registrar todo y en este caso, desde el momento cero. Es un momento único registrar estos eventos que ocurren en el mar. Hay que agradecer de poder ver a estas especies en la vida salvaje«, consideró Loizaga.
Otro hecho que pudo observarse fue la defensa que hacen las ballenas adultas de sus crías ante la amenaza de un depredador. “La madre -describió- va a intentar defender al ballenato. De hecho, en el primer ataque se ve que la madre busca poner el ballenato en el lomo y llevarlo a la superficie en un intento de protegerlo del ataque».

Otra estrategia de defensa de las ballenas consiste en ponerse en forma de estrella y dejar a los cachorros en el medio. Sin embargo, una de las características que tienen los ataques de las orcas es que pueden durar mucho tiempo y terminan agotando a sus presas. «Entonces, ellas trabajan en equipo y se van turnando hasta que el animal se agota y ahí realizan el ataque. Y van siempre por el ballenato, no por los adultos”, advirtió.
Finalmente, Loizaga insistió en que este tipo de ataques es un proceso natural: «Las orcas son parte de la cadena alimenticia y son los predadores tope de la cadena trófica en el océano. Pasa que en este caso, nos tocó ver a la presa que es una especie muy valorada por la gente. La ballena franca en Madryn tiene un fuerte sentido de pertenencia y cuando tocan ese patrimonio genera ansiedad». Recordó que hoy la población de ballenas aumenta y no transita problemas de conservación.
Varios ataques de orcas a ballenatos se registraron en los últimos días en el Golfo Nuevo, al noreste de Chubut, a muy pocos metros de la costa lo que generó sorpresa y alarma en la población que se congregó en la playa para avistar los mamíferos marinos.
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