El último día del papa Francisco en Argentina: «Nos vemos a la vuelta», dijo cuando aún era el cardenal Bergoglio
La última vez que estuvo en suelo argentino fue el 26 de febrero de 2013. Ese día, el entonces Arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Mario Bergoglio, tomó el vuelo a Italia que lo llevó a encontrarse con su destino de papa.
Este lunes 21 de abril del 2025 se confirmó la muerte del papa Francisco, tras varias semanas de padecer complicaciones de salud. La última vez que estuvo en Argentina él aún era el cardenal Jorge Bergoglio. «Me recordará cuando digan ‘Bergoglio, 77′» , le dijo el padre Alejandro Russo, «nos vemos a la vuelta», le respondió Francisco.
El 11 de febrero del 2013, el papa Benedicto XVI sorprendió al mundo al anunciar su renuncia papal. Mientras esto ocurría, en Buenos Aires Jorge Bergoglio, cardenal y arzobispo de la capital argentina se disponía a comenzar su día en un sencillo departamento en la Curia. En el mismo edificio también despertaba el padre Alejandro Russo, quien conocía a Bergoglio desde que era provincial de los Jesuitas.
«Las comidas, las charlas y el trabajo codo a codo en la Curia terminaron por solidificar la amistad y el respeto mutuo», indicó Infobae.
El día en que Benedicto XVI anunció su renuncia, el cardenal Bergoglio se encontraba trabajando en su oficina, en pleno lunes de Carnaval, en un ambiente de absoluta calma, casi como si no ocurriera nada importante. A las 8 de esa mañana, el padre Russo recibió un llamado inesperado en su habitación, dándole la noticia de la renuncia papal. De inmediato, llamó a Bergoglio por teléfono.
“¿Dónde estás?”, preguntó el arzobispo. “En mi cuarto”, le respondió Russo. “Vestite y vení”, le dijo Bergoglio. Al llegar a la oficina, vio que el Papa estaba hablando por teléfono con Roma. En ese momento, le susurró: “El Papa es usted”. Bergoglio lo miró incrédulo: “No, Alejandro, no es posible”, recordó.
El cónclave que convirtió al cardenal Jorge Bergoglio en el papa Francisco
Benedicto XVI había establecido el 28 de febrero como su fecha de dimisión, pero Bergoglio aún no tenía claro su viaje. El padre Russo le sugirió el 25 de febrero como fecha de salida.Finalmente su partida se dió el 26 de de febrero, tras brindar su última misa a un grupo pequeño de sacerdotes.
“Ese día a la mañana subí a saludarlo. Pero fue como despedirse de un cardenal cuando va al Cónclave, como había sucedido todas las otras veces. Él estaba sentado en su escritorio y nos pusimos a arreglar cosas de protocolo, un encuentro de catequistas, el Domingo de Ramos, que se hacía en Flores la tarde del sábado en la puerta de la Basílica. Hice la cuenta y le dije acá no quedaba más remedio que el Papa fuera coronado -un término que no se usa más, ahora se dice el inicio del Ministerio Petrino- el 19 de marzo. ‘Hay que decirle al Papa que lo haga, porque además está bien, es el día de San José, porque si se mezcla con el Domingo de Ramos es medio difícil, es una liturgia enredada, no creo que que se pueda’ dije…Entonces me respondió: ‘¿Pero vos pensás que yo le voy a decir al Papa qué día tiene que coronarse’?”, el Padre Russo sonrió: “‘No, pero yo se lo estoy diciendo al Papa’. Bergoglio se rió, y fingiendo molestia, le respondió: “Bueno, terminala’”.
En las despedidas finales, el padre Russo le dijo con seriedad «Usted se va a acordar de mí cuando digan ‘Bergoglio, 77’, y suene un aplauso», en relación a los votos que necesitaba para ser electo papa. Después, Bergoglio se despidió de su amigo con una sobriedad inusitada. Un auto rojo lo esperaba para llevarlo a Ezeiza. “Nos vemos a la vuelta”, dijo según lo compartido por Infobae.
En ese momento, Bergoglio tomó el vuelo del mediodía de Alitalia y marchó a Roma. Jorge Bergoglio se convirtió en el papa Francisco y nunca volvió a su territorio natal.
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