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Nelson, una vida de maquinista y su defensa del Tren Patagónico y La Trochita: «Prefiero el ruido de las locomotoras a los galpones con candado»

Nelson Sepúlveda es maquinista en dos servicios de Tren Patagónico. Ante la suspensión de los viajes entre Viedma y Bariloche y del tren a vapor en la Región Sur de Río Negro, expresa su esperanza de que retornen en abril: "El gobernador Weretilneck siempre apostó por el tren, confío en eso".

Ferroviario de alma. Nelson Sepúlveda participó en la recuperación de La Trochita, forma conductores de locomotoras a vapor y conduce el tren de Bariloche a Perito Moreno.

Si ser ferroviario es un sentimiento que marcha sobre rieles, Nelson Sepúlveda es un ejemplo perfecto. Que los trenes circulen siempre va a depender de la visión de los gobiernos de turno y los fondos disponibles, pero la pasión no tiene fecha de vencimiento. En su caso, empezó a trabajar a los 18 en Bahía Blanca, a los 20 hizo el curso de máquinas a vapor en Cerro Mesa, fue ayudante de maquinista primero y después tuvo a su cargo el legendario tren cuando hacía 402 km de Jacobacci a Esquel, unía pueblos de la Línea sur de Río Negro al noroeste de Chubut, llevaba vecinos y cargas y hasta parejas se formaban mientras los pasajeros cocinaban un bifecito en la salamandra y él se protegía de las nevadas con una lona cuando la tormenta blanca le daba en la espalda.


Más tarde, en los años aciagos de ramal que para ramal que cierra en los 90, las locomotoras quedaron encerradas veinte años en los talleres de Jacobacci y fue duro pasar tanto tiempo sin escuchar el silbato del guarda ni esos bocinazos gloriosos que saludaban los paisanos con una sonrisa alzando la mano como reverencia gaucha mientras las Baldwin norteamericanas y las alemanas Henschel fabricadas hace 100 años surcaban la estepa al frente de la hilera de vagones belgas de madera. Diez años atrás, con el proyecto de reflotarla para recorridos turísticos más cortos, estuvo en la primera fila en la aventura de la recuperación, entre el polvo y el óxido, con el entusiasmo compartido con los compañeros por un proyecto que une.

La Trochita surca la estepa en la Región Sur de Río Negro. Este verano están suspendidos los viajes.

Hoy, a los 58, es uno de los maquinistas de La Trochita que no funcionará este verano luego del descarrilamiento en el km 134 cuando cedió la tierra con la formación detenida sobre las vías y también conduce el servicio turístico que suele salir completo de Bariloche a la Estación Perito Moreno, de la montaña a la estepa, con asadazo y folclore en un cierre a la altura del paseo. Su otro orgullo es que es el maestro de las nuevas generaciones de maquinistas a vapor.

El servicio Bariloche a la estación Perito Moreno tiene alta demanda.


Y su mayor inquietud, como la de todos los trabajadores de Tren Patagónico junto al parate de La Trochita, es la noticia de la suspensión del servicio de verano que une Viedma y Bariloche a partir del 5 de enero y hasta el 31 de marzo.

El servicio del Tren Patagónico de Viedma a Bariloche estará suspendido del 5 de enero al 31 de marzo. Foto: Florencia Bark

“Siempre voy a preferir el ruido de las locomotoras a los candados en los galpones”, dice desde Bariloche, donde vive, pero nació en Jacobacci, tierra de orgullosos ferroviarios.


Incertidumbre entre los ferroviarios


Le duele que la formación de la Trochita que descarrilló aún esté tirada al costado de las vías en el km 134, a 7 km de Río Chico. “Dicen que la van a ir a buscar en enero, ojalá”, cuenta. Le da alegría que el tren que va de Bariloche a Perito Moreno ande tan bien. “Es lo que nos gusta, que las cosas funcionen, ir para adelante, tener proyectos que nos motiven”, señala. Y le preocupa mucho la suspensión de los viajes de verano entre Viedma y Bariloche.

“Sabemos de la situación del país, de los problemas en la economía. Pero también que el gobernador Weretilneck siempre nos apoyó, que cree en el tren. Confío en eso para que el tren vuelva a funcionar…”

Nelson Sepúlveda


“Es algo que nos da incertidumbre a los ferroviarios, lo mismo que La Trochita frenada. Sabemos lo que pasa a nivel nacional, el problema de la economía, lo que piensa el presidente, pero también que el gobernador Weretilneck siempre nos apoyó, que cree en el tren. En su anterior gestión, él, por ejemplo, compró el coche motor que se usa para ir a Perito Moreno y es un éxito. Esperamos que esto sea solo una suspensión hasta marzo para volver con todo. No quiero ni pensar en los 90 y los cierres, quiero pensar que es algo distinto, un parate como ya hubo otros para después volver a andar”, dice.


Sin embargo, sabe que cuando el río suena agua trae. Y no le gusta la que ve venir. Cerca de la jubilación, no le inquieta tanto por él como por las camadas que vienen, por la comunidad que pierde una vía comunicación vital en la Región Sur de Río Negro, por los turistas que se pierden el viaje del mar a la cordillera.


Ir a trabajar antes de la suspensión


¿Y cómo son los días de trabajo conocida la noticia de la suspensión? “Hasta ahora se podría decir que normales, porque es a partir del 5 de enero”, responde. Repara, también, en que una de las razones esgrimidas es que no se puede garantizar la seguridad de los pasajeros. Y como muchos, se pregunta por qué se informó la suspensión de los viajes el 21 diciembre pero se hará efectiva recién 16 días después si se cree que hay riesgos.


El otro argumento que brindó Ricardo López, flamante presidente de Tren Patagónico, es económico: explicó que Río Negro no dispone de los fondos suficientes para prestar el servicio en medio de la crisis económica nacional, que la empresa arrastra una deuda de $738.490.000, que los costos de funcionamiento del tren están atados al valor del dólar, que en esa moneda extranjera se cubren los gastos de repuestos y materiales de vía y que incluso algunos trabajos de mano de obra se pagan en billetes verdes.


El maquinista Sepúlveda coincide en que hay que invertir en mejorar la infraestructura, en vías y en máquinas, lo ve todos los días, figura en un informe que él mismo presentó. Y aunque no observa movimientos orientados a encarar esas obras y compras, apuesta a que el gobernador Weretilneck encuentre la manera.

Nelson Sepúlveda y su querida Trochita.

El equipo de mecánicos de La Trochita en los talleres de Jacobacci. Foto: Alejandro Carnevale.


“Siempre creyó en el tren y confío en que vuelva a hacerlo. Esto es lo que pienso”, dice y pone en valor la importancia de ese tren que une la Región Sur rionegrina, que lleva a humildes habitantes a bajo costo a pueblos vecinos separados por 50 km o a Bariloche para las consultas y tratamientos médicos que no tienen cerca. Un razonamiento similar hace con La Trochita, ese monumento histórico que lleva en la sangre. “También tuvo en el pasado una función social y ahora es un tren turístico a vapor, desde que recuperamos una reliquia única en el mundo. Para nosotros, ferroviarios nacidos en la Región Sur, el tren es eso, un orgullo, es todo».



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