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Estatuas vivientes: un mensaje de amor mientras el mundo se detiene en las calles de Roca

Silvina y Juan desafían el tiempo y el espacio con su arte, una disciplina ancestral. "Es frenar en un mundo de la velocidad desmesurada", expresaron y ya formaron a más de 30 artistas en la región.

Todo se está moviendo, cada vez más rápido, sin pausa. La posibilidad de acelerar la velocidad del tiempo a niveles desconocidos está al alcance de nuestras manos y millones de estímulos nos bombardean en 360 grados. Pero cuando irrumpe en las calles de la rutina una estatua viviente, se produce un mágico oasis en este mundo caótico. Calma, quietud, detención, fuga. Un pequeño submundo con un mensaje de paz en medio del lío, de la mano de artistas del teatro.  

Silvina Mañueco y Juan Rolón, nos brindan ese respiro. Con sus interpretaciones y personajes inmóviles y próximos a transformarse, entre el movimiento y la quietud, potencian la magia de esa ilusión. Ellos son estatuas vivientes callejeras desde hace más de una década y hace siete años empezaron a dedicarse fuertemente a la docencia e investigación. 

Sideral y el Mensajero del Amor son sus personajes. El Mensajero a veces está sentado en el aire, a veces tocando la trompeta y a veces está saludando, entrega mensajitos en papel al azar. El amor es lo único que crece cuando se reparte”, dice uno de sus papelitos, que probablemente le cambió el día a un empleado que salió apurado del trabajo.

“La estatua es estar en luz y poder iluminar compartir el amor, la paz y la alegría”

Juan Rolón, estatua viviente Roca

En términos teóricos, la estatua viviente es teatro visual. “Es el reposo en escena, es el método a través del cual uno puede interpretar la quietud, una quietud como una ficción. Un lugar a donde se quiere llegar, pero nunca vamos a llegar”, contaron entre risas. Son ellos quienes después de tantos años de práctica, dominan a la perfección el arte de alcanzar la detención de todo, salvo de los cientos de músculos involuntarios de la anatomía humana. 

¿Cómo se alcanza esa quietud? “La clave es la respiración”, comentó el actor. Solo en el rostro hay 236 músculos. “Y el corazón, los pulmones que por suerte se mueven solos”, ironizaron. En esa escena radica la vida y la muerte, contrastando en un oxímoron. Un cuadro viviente. “Nuestro trabajo es hacer que parezca que estamos quietos”, redondeó Silvina.

Cuentan que es maravilloso lo que sucede dentro de ellos cuando el cuerpo está en detención. La tendencia es a calmar el pensamiento y a meditar. A ese momento, le llaman “conciencia expandida en escena”. De repente, se mueve la alcancía y el espectador pasa a ser para ellos, su compañero de escena. Cuando se arma la ronda y se acerca a una persona, esa también se vuelve actor/actriz y pasa a ser expectada por otro grupo de personas. 

“Es un acto de paz muy grande porque te estás manifestando artísticamente en la calle y parás todo. Es realmente transformador. Esa convocatoria es a través del silencio y de la imagen. Es frenar en un mundo de la velocidad desmesurada”

Silvina Mañueco, estatua viviente Roca

Actualmente viven en Roca y son pioneros en teorizar sobre este lenguaje que era un vacío en la investigación teatral. “No se estudia estatua viviente en ninguna parte del mundo a nivel académico, formal”, comentaron y por eso no solo practican y desarrollan en la práctica una disciplina poco común en la región, sino que también están abriendo camino en el conocimiento con sus aportes teóricos. 

La estatua viviente es una disciplina ancestral. “Hay antecedentes en Grecia, donde se sabe que las estatuas vivientes funcionaban como espías. Hay antecedentes en Japón donde se estudiaba para interpretar a Buda en los templos. Había alguien vestido de Buda recibiendo los rezos.

La escultura que se mueve es una magia que aparece en todas las disciplinas. Aparece en la literatura, aparece en el teatro, en Shakespeare, en Moliere”, explicó Juan. Hoy, entre toda la diversidad de lenguajes teatrales que hay, la estatua viviente es uno más.

Dos historias unidas por una pasión


Juan tiene 43 años y es oriundo de Asunción, Paraguay. Silvina, 35 años y de Neuquén Capital. El analista en sistemas pero su vida viró para el teatro. Se fue a estudiar la licenciatura a Buenos Aires y en 2008, al final del primer año de cursada, “me dio la fuerza para salir a la calle a pintarme de blanco”. Ella es actriz, artista visual, estudio en el ex IUNA en Buenos Aires y terminó sus estudios en IUPA. Desde 2012 trabaja como estatua viviente.  

“Me formé desde los 8 años en talleres teatrales en Neuquén”, contó Silvina quien a los 18 años en un viaje a Barcelona, España, alucinó con la disciplina. 

Se conocieron en Buenos Aires, se casaron y decidieron armar su vida en el Alto Valle, Silvina es de Neuquén capital, ciudad donde vivieron un año y medio. Con una bebé en camino, empezaron a buscar trabajo desesperadamente, pero no aparecía nada. “Nos daba de comer la estatua”, contó Juan. 

Con disciplina y entrenamiento diario, empezaron a perfeccionarse y vivir de estatuar. Se mudaron a Roca y Silvina empezó a trabajar en Iupa, donde dictaron un taller de estatua de viviente. Desde 2018, ambos trabajan en esa institución universitaria. Ambos son docentes e investigadores. 

Su primer taller lo dieron en Casa de la Cultura, de manera independiente, en donde también empezaron a pensar una metodología de transmisión. Sus escenarios son la casa, el IUPA, la calle y los teatros.

Actualmente Juan es profesor de Puesta en Escena, Actuación, Teatro para bailarines y es docente de Investigación, además de dar el taller de estatua viviente. Silvina hizo un posgrado en teatro de objetos, interactividad y nuevos medios. Da clases de Plástica escénica y de residencia docente y en el departamento de Audiovisuales dicta la cátedra de Escenografía y vestuario. 

Ya formaron a más de un centenar de artistas en Estatua Viviente con sus talleres desde 2017, y en 2020 con la pandemia dictaron un taller virtual con 70 asistentes, crearon una página web donde concentran los contenidos (click acá). 

El mensaje artístico en un contexto adverso


“Como artistas hemos tenido diferentes contextos desfavorables y como este yo creo que ninguno”, comenzó su relato Silvina consultada sobre la situación de los artistas y la cultura en el país. 

“Hay como cuestiones que uno no puede creer como que se ponga en duda cuántos desaparecidos fueron en la dictadura militar, entonces nosotros como artistas tenemos una gran responsabilidad que es seguir sembrando seguir sembrando esperanza, seguir sembrando cultura, propiciando espacios de escucha, de intercambio y de construcción”, sintetizó. 

“El amor es muy grande como para bajar los brazos. Estas son políticas que apuntan a angustiarnos a bloquearnos a generar falsedades”

Silvina Mañueco, estatua viviente Roca

En lo que va del 2024 hicieron varias funciones y salieron mucho más a la calle. «Aparentemente este año va a requerir de nuestros personajes bastante más», concluyeron.


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