La fascinación de Facundo por los reptiles: de niño en Cipolletti a referente en el Conicet

Facundo Cabezas Cartes es licenciado en Biología. Integra el invaluable acervo de científicos del Conicet. Desde Cipolletti, se dedica a estudiar la vida de los reptiles. Pensaba ser periodista deportivo, pero la naturaleza y los animales pudieron más.

La pasión no se hereda. Puede coincidir entre una generación y otra, pero no siempre sucede. Facundo Cabezas Cartes es un claro ejemplo de eso y de otras cosas. Nació en Asunción del Paraguay hace 42 años; a sus 3 años su familia se mudó a la ciudad de Cipolletti, provincia de Río Negro lugar donde empezó a palpitar su vocación, casi sin buscarlo, y desde el cual dio el salto para convertirse en uno de los científicos especializado en reptiles, más reconocidos del Conicet.

Su padre es ingeniero industrial, su madre ingeniera agrónoma. Su abuelo Julio, fue ingeniero industrial. Ahí estuvo la punta del ovillo de lo que hoy lo apasiona. “A la hora de la siesta cuando no se podía salir, leía una colección de revistas de la National Geographic que mi abuelo había dejado. Estaban escritas en inglés pero algo entendía y me fascinaban las imágenes de los animales y de los ambientes naturales”, contó.

Algo empezaba a crecer en su interior. Pero venía de antes. Recién llegado al Valle, Facundo en su casa tenía sapos. “Yo los pesaba y los medía. También les hice una laguna para que pudieran tener un lugar para su reproducción. También tuve una tortuga”, agregó.

A los 18 años finalizando su secundario tuvo que elegir su camino universitario. Estaba entre periodismo deportivo y biología. Eligió la segunda opción y “no me arrepiento”. Se fue a estudiar a la Universidad Nacional de Córdoba. Cursó su carrera hasta que llegó el momento de realizar su tesis para obtener su título. Quería enfocarse en los reptiles pero por allá no había cupos disponibles para lograrlo. Volvió al Valle y realizó pasantías en la Línea Sur y en Auca Mahuida, a través de una ONG dedicada a la conservación de la especies. Quería seguir más profundo aún en la investigación sobre reptiles. La ONG lo contactó con Nora Ibargüengoytía, pionera en el estudio de esos animales.

Esa científica investigadora fue la que le dio el “espaldarazo” y la confianza para ir por más. Junto a ella realizó una tesis sobre el proceso reproductivo de los lagartos de San Juan.

En 2008 se recibió y una vez más su directora de tesis estaba empujándolo. A partir de allí comenzó a trabajar en varias consultoras, “pero no me llenaban porque no sentía que iba a poder plasmar mi vocación”. El impulso de su mentora lo llevó a que su trabajo de grado sobre los reptiles fuera publicado en una de las publicaciones internacionales más prestigiosas. El casillero que faltaba llegaría pocos años después.

En un viaje a Bariloche, en una reunión con su directora, descubrió la posibilidad de becas en el Centro Regional Universitario Bariloche de la Universidad Nacional del Comahue. Reto aceptado y una nueva oportunidad. En poco tiempo pasó a integrar la fila de científicos del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medio Ambiente (Inibioma), que forma parte de la familia del Conicet.

Las vueltas de la vida lo trajeron nuevamente al Valle. Dejó el Inibioma, pero una nueva puerta se abrió. Pasó a integrar el Instituto de Investigaciones en Paleobiología y Biología, “que estudia lo que yo hago pero con reptiles fósiles”, explicó.

Actualmente, trabaja en siete proyectos de investigación. Entre ellos, el “relevamiento y relocalización de tortugas terrestres argentinas (Chelonoidis chilensis) en zonas de explotación hidrocarburífera de Vaca Muerta”.


Investigaciones de científicos, amores y pasiones


Facundo actualmente está dedicado a siete proyectos de investigación. Le llevan mucho tiempo, pero encontró la manera de conjugarlos con su familia, su esposa y dos pequeños retoños que son su orgullo. Acá un detalle.

El primero: Biología reproductiva de lagartos Phymaturus de San Juan.

-Estudio de los patrones de historia de vida (edad de madurez sexual, longevidad, patrones de crecimiento) de 4 especies de lagartos Phymaturus.
-Efectos de las cenizas del volcan Puyehue en la biología reproductiva y velocidad de locomoción de lagartos Phymaturus de la Línea Sur rionegrina.
-Cuidado parental en hembras de Phymaturus spectabilis.
-Efectos del cambio climático en la sensibilidad térmica de la locomoción en lagartos Phymaturus
Análisis de la fuerza de mordida y autotomía del lagarto de Achala, Pristidactylus achalensis (Córdoba)
-Estudio sobre los impactos de la actividad hidrocarburífera en Vaca Muerta sobre la biología reproductiva y el estado inmune de la lagartija endémica Liolaemus cuyumhue
-Relevamiento y relocalización de tortugas terrestres argentinas (Chelonoidis chilensis) en zonas de explotación hidrocarburífera de Vaca Muerta.


La pasión no se hereda. Puede coincidir entre una generación y otra, pero no siempre sucede. Facundo Cabezas Cartes es un claro ejemplo de eso y de otras cosas. Nació en Asunción del Paraguay hace 42 años; a sus 3 años su familia se mudó a la ciudad de Cipolletti, provincia de Río Negro lugar donde empezó a palpitar su vocación, casi sin buscarlo, y desde el cual dio el salto para convertirse en uno de los científicos especializado en reptiles, más reconocidos del Conicet.

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