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Historias detrás de las ruinas del centro comunitario del Don Bosco: el corazón del barrio más antiguo de Cipolletti

El incendio del centro Comunitario del barrio golpeó a la comunidad. Los protagonistas que formaron parte de este emblemático espacio revivieron sus recuerdos en el lugar.

El Centro Comunitario del barrio Don Bosco tuvo su sede en la icónica esquina de la calle Primeros Pobladores y Perú durante más de tres décadas. A lo largo de su historia, este espacio denominado por muchos como “el corazón del barrio” ha sido testigo y protagonista de innumerables eventos y experiencias que perduran en la memoria de los vecinos de Cipolletti. Cumpleaños, aniversarios de bodas, fiestas para las infancias, murgas y reuniones se realizaron dentro de las instalaciones. Hoy cada evento es recordado con mucha nostalgia.

El 20 de septiembre, un devastador incendio destruyó el centro comunitario del barrio Don Bosco, que era el corazón de la comunidad local. Este espacio servía como punto de reunión para una variedad de actividades municipales abiertas a todos los residentes. Se dictaban programas para grupos de mujeres, servicios de salud, actividades educativas, talleres, pero, sobre todo, era el lugar de encuentro preferido de los adultos mayores del barrio y las mujeres de “Sol Naciente”, que llevan 33 años en el establecimiento.  

La mayoría de los vecinos lo veían como su segundo hogar y su segunda familia, ya que siempre encontraban allí el apoyo que necesitaban. Hubo innumerables momentos compartidos a lo largo de su historia, se experimentaron tanto alegrías como tristezas, y también enojos en los momentos que necesitaban reclamar algo.  

Entre las anécdotas que más destacan los vecinos más antiguos del barrio son las celebraciones de cumpleaños y casamientos. Muchos de quienes asisten a las actividades del centro en la actualidad celebraron los cumpleaños de sus hijos allí, pero también tuvieron la oportunidad de despedir a sus seres queridos.  

Con mucha nostalgia y cariño, los vecinos pudieron reunirse y decir adiós al lugar que siempre ocupará un espacio especial en sus corazones. La angustia, el miedo, y también la esperanza, fueron algunos de los sentimientos que afloraron en una reunión que se organizó el miércoles en las instalaciones del Sindicato de la Fruta en el barrio Don Bosco.


Voces de la historia del «Corazón del barrio»: el Centro Comunitario Don Bosco


El lugar sin dudas forma parte de la identidad de Cipolletti y los vecinos lo rememoran con cada una de sus historias.

Una de las vecinas contó en una reunión que organizó la titular de la secretaría de Desarrollo Humano y Promoción Comunitaria que su suegro fue una de las personas que levantó los cimientos del centro. “En este lugar que levanto mi suegro festejamos sus 40 años de matrimonio. Yo lo perdí a él en la pandemia y hoy el centro tampoco está. Es muy triste, pero también es necesario reconstruir la historia y levantar este lugar porque muchos de nuestros recuerdos están acá”, expresó”. 

Adriana es vecina del barrio y tallerista de tapicería en el centro comunitario. Cuando inició el incendio estaba en su casa y desde allí vio cómo las llamas consumían el lugar. “Cuando vi el fuego me dolió muchísimo porque en este lugar festejé los 15 años de mi hija, también, velamos a mi hermano y también era mi lugar de trabajo. Hice mis pasantías de cuidadora ahí y en el último tiempo me tocó dar clases. La contención y la solidaridad se sintió siempre en este lugar”, expresó.  

Antonio, de 61 años de edad, ha sido residente del barrio Don Bosco durante las últimas tres décadas. Hace un tiempo, una operación médica le impidió regresar a su trabajo, y debido a diversas circunstancias de la vida se quedó solo, sin amigos ni familiares que pudieran brindarle apoyo, y lo que es aún más crítico, sin recursos económicos. No hace mucho tiempo, Antonio descubrió el centro comunitario, donde finalmente encontró la ayuda que tanto necesitaba. 

Sin dudas, el centro comunitario fue un lugar fundamental para la comunidad cipoleña, no solo para los adultos mayores, sino también para los jóvenes y los niños, quienes encontraron un valioso apoyo en términos de asistencia social y comunitaria. En los años 90, el espacio también desempeñó un papel fundamental en la capacitación de primeros cuidadores polivalentes que se formaron en Cipolletti.  

Aunque el incendio arrasó por completo las instalaciones, las llamas dieron lugar a un nuevo renacimiento y ahora el objetivo de la municipalidad de Cipolletti y el gobierno provincial de Río Negro es construir un nuevo edificio de mayor calidad para los vecinos.  


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