Hito en el hospital Castro Rendón: Neuquén lleva más de una década sin transmisión vertical de VIH

El consultorio de Infecciones Perinatales del hospital Castro Rendón logró que madres con diagnóstico positivo no transmitan el virus a sus hijos durante el embarazo, el parto o la lactancia.

El hospital Castro Rendón de Neuquén alcanzó un logro inédito en el país: hace diez años que no se registran casos de bebés que hayan adquirido el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) durante el embarazo, el parto o la lactancia. El resultado es fruto del trabajo sostenido del Consultorio de Infecciones Perinatales, que desde hace más de dos décadas acompaña a mujeres embarazadas con un enfoque integral y humano.

Hace más de veinte años, cuando en el Hospital Provincial los pacientes con VIH comenzaban a reunirse en los pasillos para conversar entre turnos, la médica infectóloga pediatra Marisa Iacono, una de las fundadoras del Consultorio de Infecciones Perinatales, advirtió que faltaba un espacio para ellas: las embarazadas.

“Empecé a ver que los pacientes se juntaban y no tenía lugar un espacio propio para el tratamiento ni para hablar. Entonces decidí armar un consultorio”, recordó Iacono.

Ese pequeño consultorio, que comenzó atendiendo a “cuatro o cinco pacientes por día”, se convirtió con los años en un espacio clave para la salud pública neuquina. Desde allí, un equipo interdisciplinario integrado por infectólogos, obstetras, ginecólogas y licenciadas en obstetricia trabaja para garantizar embarazos y nacimientos seguros.

Ese espacio se consolidó como un punto de referencia para toda la provincia. “Nos llamaban del interior. Toda paciente embarazada que vos sabías que había que hacerle el seguimiento nos la mandaban a este consultorio. Lo más importante era que si la paciente por algo no venía, nosotros la localizábamos como fuera«, relató la médica infectóloga.

Según recordó la médica infectóloga, el riesgo de transmisión del virus de madre a hijo rondaba el 50%. “Antiguamente, sin drogas ni tratamientos, la mitad de los chicos se infectaban”, dijo. El panorama comenzó a cambiar en 1995, con la llegada de los llamados “cócteles” antirretrovirales y el uso de cesáreas programadas para reducir riesgos. “Ahí empezamos a contar con mejores herramientas y bajamos la transmisión al 8%”, explicó.

Parte del equipo del consultorio de Infecciones Perinatales. Foto: gentileza.

Después, en el 95, empiezan los cócteles. Entonces ahí pudimos contar con herramientas mejores, como la cesárea y las drogas nuevas, para disminuir la transmisión vertical”, explicó.

“Porque el poder acompañar a la madre, que la madre no amamante, y que nosotros pudiéramos darle leche de fórmula durante todo el tiempo que el niño lo necesitara, bajó la transmisión a menos del 1%, hasta que nosotros decidimos que con todos estos protocolos podíamos llegar a cero. Es una provincia chica, podemos hacer los seguimientos, y bajamos a cero”, remarca.

Hoy, gracias al control estricto y al acceso gratuito a la medicación, el resultado es histórico: la provincia lleva más de una década sin registrar transmisión vertical de VIH.

El secreto del éxito, explicó la médica, fue siempre el seguimiento personalizado y el acompañamiento sostenido. “Si una paciente no venía, la localizábamos como fuera. La llamábamos, la buscábamos. Tenés que venir, le decíamos. Y la traíamos otra vez a la consulta«, sostuvo.

El protocolo consta que a toda embarazada se le realiza el test de VIH al inicio del embarazo y se repite en cada trimestre. “Si el resultado es positivo, ese mismo día se inicia el tratamiento. Lo esencial es empezar rápido: primero por la madre y segundo por el bebé”, explicó Iacono.

La médica aseguró: “Nosotros tenemos todos los niños sanos porque si la paciente llega al control y toma la medicación, no le transmite el virus a su bebé. Por eso no tenemos bebés contagiados”.

A lo largo del tiempo, el equipo fue creciendo. “Por este consultorio pasaron distintos infectólogos y ginecólogas. Hoy seguimos sumando esfuerzos: hay residentes, obstetras, especialistas. Todos aportan. Lo importante es no perder ninguna oportunidad de atención”, destacó.

El consultorio está compuesto por un equipo interdisciplinario que articula Pediatría, Obstetricia, Infectología y Medicina General. Integran el equipo las médicas infectólogas pediatras Marisa Iacono y Lorena Martinelli; la médica tocoginecóloga María Inés Martínez; la infectóloga Victoria Vergara; el médico generalista, residente de 2° año de infectología, Jeremías Velázquez; la médica tocoginecóloga Viviana Ballestero y la licenciada en Obstetricia Gabriela Figueroa.

Según contó Iacono, el concepto “ganar oportunidades perdidas» hoy es el motor del consultorio que atiende los martes y recibe también a embarazadas con otras infecciones. Allí no solo se sigue a mujeres con VIH, sino también a quienes atraviesen otras infecciones como Chagas, sífilis o toxoplasmosis.

Uno de los temas más sensibles sigue siendo la lactancia. Durante años se desaconsejó amamantar, ya que el virus puede transmitirse por la leche materna, por esto, el hospital garantiza fórmulas para las madres con VIH. Además, Neuquén cuenta con un Banco de Leche Humana que brinda apoyo en caso de que la madre no pueda amamantar temporalmente.

Acerca de esto, uno de los avances más significativos en el tratamiento de mujeres con VIH durante el embarazo es la posibilidad de lactancia materna en contextos controlados. Si la madre está en tratamiento, tiene carga viral indetectable y se mantiene bajo seguimiento estricto, puede optar por la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses», explicaron desde el consultorio.

Para ello, se realizan controles mensuales de carga viral a la madre y seguimientos periódicos al bebé, que recibe medicación antirretroviral el primer mes de vida. 

«Te voy a acompañar a lo largo del embarazo, no te voy a controlar. Te voy a acompañar a lo largo de este embarazo para que el niño nazca sano y luego del nacimiento», es lo que le dice el equipo interdisciplinario a cada mujer que llega al consultorio.

Es que se basa en un espacio fundado en la confidencialidad y el respeto. El diagnóstico es informado de forma privada y es la paciente quien decide a quién se lo comunica. Muchas veces también se evalúa a la pareja y se realiza seguimiento si es necesario”, explicó la médica infectóloga.

Los equipos también brindan educación sobre prevención de reinfecciones y atención a parejas serodiscordantes (cuando uno de los integrantes tiene VIH y el otro no). “Hoy sabemos que, si una persona con VIH tiene carga viral indetectable, no transmite el virus. Eso cambió completamente las posibilidades de planificar un embarazo de manera segura”, indicó la infectóloga.

“La fortaleza del consultorio es el abordaje integral: no tratamos solo la enfermedad, sino también el contexto emocional, social y clínico de cada paciente”, explicó Martinelli quien actualmente coordina el consultorio junto a Velázquez. «Desde el primer momento del diagnóstico, acompañamos a la paciente para que el proceso sea lo menos traumático posible”. “Muchas llegan derivadas de otros hospitales o centros de salud, y muchas veces atraviesan situaciones sociales complejas, como consumo problemático de sustancias”, agregó.

Neuquén se convirtió en la primera provincia del país en alcanzar una década sin transmisión vertical de VIH. Iacono aseguró que el logro, tiene un valor especial por haberse alcanzado en un hospital público. “Para mí es mi mayor orgullo. Es el logro máximo de mi carrera. Me jubilé hace poco y saber que dejamos este legado, este equipo, es una alegría enorme”.


El hospital Castro Rendón de Neuquén alcanzó un logro inédito en el país: hace diez años que no se registran casos de bebés que hayan adquirido el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) durante el embarazo, el parto o la lactancia. El resultado es fruto del trabajo sostenido del Consultorio de Infecciones Perinatales, que desde hace más de dos décadas acompaña a mujeres embarazadas con un enfoque integral y humano.

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