Homenaje a un mentor

Fabián Wotnip fwotnip@yahoo.com.ar

Escribo estas líneas movido por una doble necesidad: agradecer y advertir. Agradecer a quien fue y es mi mentor y protector, el licenciado Ángel, no solo en el ejercicio profesional sino, sobre todo, en el cuidado de mi salud mental en uno de los momentos más difíciles de mi vida. Y advertir, al mismo tiempo, sobre una deriva que la Argentina no puede seguir tolerando: la criminalización ideológica del acto médico psiquiátrico.

He sido testigo directo de cómo un psiquiatra puede ser injustamente acusado, despojado de su trabajo, de su honor y de su vocación, no por mala praxis probada ni por daño real, sino por una querella falsa. Una acusación amplificada por ciertos discursos mediáticos y facilitada por una legislación obsoleta que, en nombre de los derechos humanos, termina negando la ciencia y vulnerando garantías básicas. La antipsiquiatría no es ciencia. Es retroceso.

Mi mentor —como tantos otros psiquiatras— me enseñó que la psiquiatría no se ejerce desde el poder, sino desde la responsabilidad. Que internar no es castigar, sino proteger cuando el sujeto ya no puede protegerse. Que el límite también puede ser un acto terapéutico.
Un gobierno que aspira a conducir al país hacia el futuro tiene la obligación de revisar esta ley, de escuchar a la ciencia, a las universidades, a los hospitales y a los psiquiatras que sostienen, muchas veces en soledad, lo que el Estado no alcanza a cubrir. La verdad no puede ser rehén del discurso. La salud mental no puede ser un campo de batalla ideológica.


Fabián Wotnip fwotnip@yahoo.com.ar

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