Personas trans: “La discriminación sigue siendo abrumadora”

El 18 de marzo se conmemora el Día de la Promoción de Derechos de las Personas Trans. Fran Bubani analiza cuánto se avanzó y cuánto falta para mejorar la calidad de vida.

Argentina fue marcando camino en la región con los derechos de personas trans. La ley de Identidad de Género se aprobó hace más de una década y dos años atrás, se sancionaba la ley que establece un cupo laboral. Sin embargo, todavía falta que esas leyes se conviertan en derechos concretos en el día a día.

La discriminación es abrumadora. Hoy la normativa queda en letra muerta. Los derechos garantizados por ley deben convertirse en derechos reales, en calidad de vida”, consideró la activista Fran Bubani, que optó por hacer su transición de género recién cuando accedió a un trabajo estable en el Conicet. Hoy, es la primera investigadora trans en la carrera de investigación de la institución.

Tomó la decisión allá por 2015 cuando hacía un posdoctorado. “Esperé a tener un cargo estable y estar bien parada en mi carrera profesional para evitar quedar en la calle. Primero, ingresé al Conicet, con un cargo permanente y después hice pública mi transición. De lo contrario, no hubiese podido ingresar por discriminación estructural”, reconoció.

Los trans somos personas que tenemos un corazón, deseos, capacidad de trabajo, de aprender. Queremos pertenecer”,

Fran Bubani, referente en Género, Diversidad e Inclusión.

Cuando se le consulta cómo atravesó todo el proceso hasta definir su transición, advierte que fueron años muy difíciles. “Yo sostenía un personaje masculino que no soy yo. Y eso no termina bien. Toqué fondo varias veces. Fe un proceso que me llevo por caminos oscuros. Muy doloroso. Hasta que no pude más”, recordó.

“¿Cuál es el peso del género?”, preguntó este diario. “Mucho más de lo que la mayoría de las personas cree. Lo digo por ser una persona trans y haber vivido las dos caras de la moneda. Puedo decir que es limitante y definitorio en nuestras vida. El género termina limitando nuestras opciones de vida, profesionales, de vestimenta y hasta de cómo desarrollamos nuestra propia identidad”, respondió esta referente en género, diversidad e inclusión.

ntiende el género como “performativo”; de ahí, la importancia de reflexionar sobre estos aspectos y “deshacernos de las cadenas impuestas como los estereotipos de género”.

Consideró que a nivel normativo “estamos bien”, aunque prevalece una discriminación estructural en la sociedad (en todos los ámbitos). “La vida de una persona trans es impactada por esa violencia desde los primeros años de su vida. Sobrevivir a la familia es lo primero; después al sistema educativo”, manifestó.

Violencia y bullying

Bubani mencionó que el acceso y la permanencia de la población travesti trans en los ámbitos educativos resulta un problema gravísimo.

“Vemos situaciones de violencia y de bullying de parte de otros estudiantes, pero también de docentes -algo de lo que no se habla-. Se viola, muchas veces, el derecho a la identidad. No se respeta ni el nombre ni el género autopercibido”, explicó.

¿El resultado? Muchas personas no logran completar su educación debido a situaciones de violencia y discriminación. “Y si no completaste tu educación, es difícil acceder a un trabajo digno o estable”, acotó.

Más allá de las leyes de avanzada, falta inclusión real. Foto: Chino Leiva

El mercado laboral tampoco escapa a este escenario de discriminación. Pero comprobarlo es una misión imposible. “Nunca te dan un certificado que diga: ‘No te contratamos porque sos trans´. Directamente no te llaman y ya está. La discriminación se disfraza, pero si miramos las estadísticas, queda en evidencia el problema de fondo: la discriminación”, afirmó.

Bubani explicó que una forma de tratar de mitigar los efectos de esa discriminación fue el cupo laboral travesti trans “hasta que la sociedad avance”. “Hay una parte de la sociedad que no entiende que somos seres humanos”, manifestó.

Expectativa de vida para personas trans

“Mucha personas tavestis, trans, no binarias no pueden acceder de manera efectiva a derechos humanos, como vivienda, trabajo y lo más básico: el derecho a la vida. Seguimos con una expectativa de vida muy por debajo del promedio nacional. Es de 35, 40 años”, subrayó.

El problema radica, según Fran, en las dificultades de acceso al sistema de salud: “Sigue siendo un ámbito muy hostil a la población travesti trans. Claro que hay excepciones, pero, por lo general, no nos gusta ir al sistema de salud porque se nos discrimina. Y eso tiene un impacto directo en nuestros cuerpos y vidas”.


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