«La Niña», ¿regresa a la Argentina?: el indicio que confirmaría su potencial llegada, ¿cómo puede afectar al país?

El fenómeno climático podría adelantar su regreso y según expertos en el tema, este podría tener gran impacto en territorios de la Argentina.

El fenómeno climático «La Niña» se avecina y podría llegar a Sudamérica. Según informó el sitio Meteored, algunos de los principales modelos internacionales marcaron indicios que confirmaría su potencial regreso con efectos sobre distintos territorios de la Argentina.

El sitio especializado en meteorología reveló que los principales modelos internacionales comenzaron a coincidir con al vuelta del fenómeno «La Niña». Explicaron que el enfriamiento observado en las últimas semanas, fue un indicio clave para fortalecer la hipótesis de que su regreso se daría durante los primeros meses de verano.

En este sentido resaltaron que, de concretarse, el fenómeno climático podría instalarse antes de fin de año y extender su influencia durante la campaña agrícola 2025/26. De igual manera el sitio destacó que los datos actuales aún muestran que la temperatura del agua en la región clave del Pacífico todavía se encuentra dentro de umbral de neutralidad.

Qué es «La Niña» y cómo puede afectar su regreso a la Argentina


La Niña es una fase fría del ciclo natural conocido como El Niño-Oscilación del Sur (ENOS). Su característica principal es hacer un enfriamiento a gran escala de las aguas del océano Pacífico, generando cambios en los patrones climáticos a nivel global y en la circulación atmosférica.

Según explicó el sitio, se produce debido a la intensificación de los vientos alisios que soplan de este a oeste en la región tropical del Pacífico. El agua caliente es empujada hacia el oeste y se enfrían las aguas superficiales del Pacífico central y oriental.

En Argentina este fenómeno suele estar asociado a lluvias por debajo de lo normal de manera que se producen largos periodos de sequías y termina afectado a las regiones agrícolas del centro y norte del país. Además provoca un aumento en el riesgo de heladas tardías en primavera y una mayor frecuencia de irrupciones de aire polar.

«Durante los años Niña también es habitual observar una circulación del oeste más débil y un fortalecimiento del anticiclón del Atlántico, lo que limita el ingreso de humedad desde el norte y favorece condiciones más secas y estables. Esto se traduce en menor cobertura nubosa y mayor radiación solar, lo cual puede favorecer algunas etapas del cultivo pero también aumentar la evapotranspiración», detallaron en Meteored.