La parroquia San Eduardo, un emblema en decadencia en Bariloche

La construcción histórica, ubicada en la zona del Llao Llao, evidencia el paso del tiempo y la falta de mantenimiento. Hay filtraciones de lluvias, maderas y tejas dañadas. Los vitrales recuerdan el esplendor.

Abrió la puerta con cuidado y cuando ingresó a la nave principal quedó sorprendido por la belleza rústica del edificio. Para Gastón Garmendía no era cualquier visita. En la capilla San Eduardo se casó un tío hace casi 50 años. Su padre y toda la familia viajó desde Uruguay para participar de esa ceremonia. Por eso, para el joven turista uruguayo el recorrido por el lugar, junto a su esposa y su hija, era especial.

La capilla San Eduardo (elevada por la Iglesia Católica años atrás a la categoría de parroquia) ya no tiene el brillo que el padre de Gastón conoció. El paso del tiempo y la falta de mantenimiento causan heridas profundas en su estructura.

Sin presupuesto, no hay forma de detener el deterioro paulatino de uno de los edificios históricos y emblemáticos de Bariloche, pero que pertenece al Estado nacional. La rigurosidad del clima acelera la caída de un ícono de la ciudad, situado en un entorno natural increíble, con el hotel Llao Llao de vecino, a pocos metros del lago Nahuel Huapi y con los imponentes cerros Capilla y López, cubiertos de nieve.

Cada día, decenas de personas suben las escalinatas de la parroquia San Eduardo para conocerla de cerca. Foto: Chino Leiva

Diario RÍO NEGRO recorrió el edificio junto a personas que conocen en forma directa la situación. Las filtraciones de las lluvias dejan sus huellas sobre las paredes interiores. Varias están afectadas por la humedad que desprende un olor intenso en algunos pasillos.

El techo de tejuelas de alerce ya no da más. El musgo verde contrasta con las maderas ennegrecidas. El piso de madera machimbrada del sector de la entrada se debilitó por las filtraciones de agua y el intenso tránsito de los turistas.

Los responsables de la parroquia pusieron una alfombra como para paliar un poco el problema y evitar un desgaste más intenso de la madera. Los colaboradores de Gustavo, el sacerdote a cargo de la parroquia, ayudan a mantener los 7 vitrales de las ventanas. La belleza de esas obras contrasta con el resto del edificio.

Los vitrales coloridos son parte de la belleza de la parroquia San Eduardo, en Bariloche. Foto: Chino Leiva

Se llueven los techos, la iluminación externa es obsoleta”, señalaron las fuentes. Dijeron que desde hace muchos años no hay nadie que haga el mantenimiento de los parques que la rodean. El cerco de madera no está completo y le faltan varios tramos.

Las luces que años atrás estaban sobre columnas de madera, ubicadas a los costados de la escalera, construida de hormigón y revestida con piedra laja, de 58 escalones, que permite acceder desde la avenida Bustillo hasta la parroquia, ya no están. Queda una sola columna destruida, sin ninguna farola. “De noche no se puede llegar es la boca del lobo”, sostuvieron.

Esa iluminación exterior se perdió. Y nadie aportó para recuperarla. Es alumbrado público, pero las autoridades de la Cooperativa de Electricidad Bariloche (CEB) no colaboraron ni se preocuparon por aportar una solución. Tampoco en el municipio. Ni siquiera hay tachos de basura, Mucho menos baños públicos.

La capilla atesora un fresco del reconocido artista plástico Raúl Soldi (1904-1994), considerado maestro de la pintura argentina. Es una obra en forma de cruz con imágenes de San Eduardo, rey de Inglaterra, que toma su nombre. Según archivos del Museo de la Patagonia, la obra fue una donación del artista por una iniciativa de miembros de la Asociación del Camping Musical Bariloche y se colocó en 1973.

Las fuentes explicaron que tuvieron que trasladar la obra a otra pared para protegerla de la humedad y las filtraciones. Hoy, luce en la pared donde está ubicado el altar. Es una de las fotos (sin flash) que se llevan los miles de turistas que ingresan a la parroquia de manera gratuita.

Hay una alcancía al costado de la puerta de acceso, pero pasa desapercibida. Pocos dejan alguna colaboración. Las decenas de notas enviadas a Parques Nacionales por las personas a cargo de la parroquia no tuvieron respuesta. Solo inspecciones, relevamientos de los daños, pero ninguna restauración.

Las tejas de la parroquia San Eduardo lucen deterioradas. Foto: Chino Leiva

Varios de los troncos de madera de la fachada exterior están arruinados y se observan grietas. “El agua se mete y arruina adentro la mampostería. Ya no es posible pintar la madera podrida”, lamentaron las fuentes que hicieron la recorrida con Río Negro. A pocos metros decenas de turistas brasileños se tomaban fotografías.

Lamentaron que el descuido de los edificios históricos de la ciudad es un problema que viene desde hace años.

Los edificios históricos son parte de la identidad de la ciudad y los explotamos para el turismo. Es un compromiso de todos que estén bien”.

Mariano Dalla Cía, especialista en conservación edilicia.

La municipalidad no aporta nada para sostenerla. Pero en los folletos que la Secretaría de Turismo municipal distribuye a los turistas la incluye como una parada obligada en Villa Llao Llao. Y hasta fue declarada por una ordenanza sancionada en 1994 como patrimonio histórico de la ciudad.

La Iglesia Católica está a cargo del mantenimiento diario de la parroquia San Eduardo. Pero fuentes eclesiásticas aseguraron que ejecutar los trabajos para restaurarla demanda una inversión millonaria y no tienen presupuesto. Los fondos que tienen alcanzan para cubrir los servicios básicos. Y en Parques Nacionales tampoco tienen presupuesto.

“Mi viejo decía que esta capilla era algo único”, rememoró el turista uruguayo, mientras observaba la estructura construida por 1938 en un entorno natural increíble. Único.

“Vale la pena mantenerla”, opinó tras advertir los graves problemas que muestra en silencio la estructura del edificio, que solo se sostiene con aportes voluntarios.


Parques trabaja en los planos, pero no tiene presupuesto


Los edificios históricos son parte de la identidad de la ciudad”, sostuvo Mariano Dalla Cía está en el área de fortalecimiento institucional del parque nacional Nahuel Huapi. Es especialista en conservación edilicia. Explicó que el problema es la falta de presupuesto para sostenerlos. Varios fueron proyectados y construidos en Bariloche y la zona en la década del 30, en el siglo pasado, cuando la Administración de Parques Nacionales contaba con recursos. Y fueron parte de una planificación, con Exequiel Bustillo, su hermano Alejando y Ernesto de Estrada como protagonistas.

La parroquia San Eduardo se puede divisar desde el interior del hotel Llao Llao. Foto: Chino Leiva

Dalla Cía explicó que los ingresos que percibe el parque Nahuel Huapi se coparticipan con el resto de los parques del país.

Contó que comenzaron a trabajar en un plan de planimetría de los edificios históricos de la ciudad y que allí incluyeron a la parroquia San Eduardo. Dijo que el segundo paso es generar proyectos ejecutivos para salir a buscar financiamiento. Tenemos este año como meta para terminar todos los planos de la parroquia”, indicó. Y señaló que se trabaja con un proyecto integral. Se tiene que hacer un barrido general, a partir del envolvente superior del edificio (por el techo), después los laterales (paredes) y las instalaciones y después el barrido de adentro hacia afuera. “No se trabaja por secciones separadas, sino con una mirada integral”, comentó.

Solo cambiar el techo de San Eduardo demanda más de 100 mil dólares”, informó Dalla Cía. Y no se podrá colocar tejuelas de alerce. Habrá que buscar otras alternativas.

Dijo que habían inspeccionado la parroquia y constatado los daños. Pero no hay presupuesto para pagar los trabajos de restauración o mantenimiento de los edificios históricos que dependen de Parques. Los recursos del organismo nacional se usan para pagos de salarios del personal, el mantenimiento de la extensa red de senderos y caminos, muelles, entre otros.

Relató que se hizo una intervención años atrás para intentar proteger el techo de la parroquia San Eduardo. Se colocó brea, pero no fue la solución. Al contrario, aseveró, “la brea impide la materialidad de la tejuela de alerce”, que tiene la particularidad de que al humedecerse se hincha, lo que impide las filtraciones.

En el interior, la parroquia San Eduardo tiene una obra de Soldi. Foto: Chino Leiva

Valoró que la iniciativa surgió de esta conducción del parque Nahuel Huapi, que dispuso la conformación de un equipo de trabajo para el patrimonio cultural construido.

También, las personas que trabajan en la parroquia destacaron la decisión de la Intendencia del parque y afirmaron que es la primera vez que ocurre.


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