La Catedral, un ícono de Bariloche que se deteriora en silencio por falta de recursos

La Iglesia Catedral Nuestra Señora del Nahuel Huapi es un edificio emblemático de esta ciudad, pero tiene severas fallas en su infraestructura que demandan una inversión millonaria para su reparación. No cuenta con aportes estatales. Y nunca fue declarada monumento histórico nacional.

Durante la década de los 40, en el siglo pasado, cuadrillas de obreros, guiados por ingenieros, arquitectos y capataces, trabajaron sin pausa para construir una enorme estructura, en un predio próximo al lago Nahuel Huapi. Soportaron crudos inviernos y vientos intensos. El proyecto valía la pena. En 5 años colocaron centenares de piedras pulidas y levantaron decenas de columnas hormigón. Así, emergió el primer templo de la ciudad. Imponente. Un edificio que con el paso del tiempo se transformó en Catedral y en un ícono de Bariloche.

Sin embargo, ese edificio que fascina a turistas y que forma parte de la historia de esta ciudad, se deteriora en silencio. Pocos lo advierten. Solo los visitantes más curiosos, los devotos que conocen cada metro cuadrado y los administradores de la Catedral perciben los daños que causa el paso del tiempo y, sobre todo, la falta de mantenimiento. El resto de los visitantes quedó maravillado por los rasgos arquitectónicos.

Pero el techo tiene importantes grietas. Y el agua de las lluvias penetra en algunas paredes. Por eso, la humedad avanza.

La obra nunca se terminó en el interior donde las paredes quedaron sin terminaciones. (foto Alfredo Leiva)

El problema es serio. Y resolverlo no es una misión sencilla. Más aún, cuando no hay recursos para hacerlo. La Catedral de Bariloche apenas subsiste con el aporte voluntario de turistas, de fieles y algunas donaciones de particulares. Con esos fondos, los responsables de administrar el edificio deben pagar los servicios y todo lo que demanda el funcionamiento de una Catedral.

No hay aportes estatales. Ningún programa oficial incluyó a uno de los edificios más característicos de la ciudad. La Catedral de Bariloche nunca fue declarada monumento histórico nacional, como para garantizar su preservación en el tiempo.

En 2006, el Concejo Municipal sancionó la ordenanza 1641 que declaró a la Catedral monumento histórico municipal. Solo fue una norma con buenas intenciones. En los hechos, la Municipalidad no asigna recursos de ningún tipo para sostener el edificio, informaron los encargados del edificio.

El techo presenta graves deficiencias porque se le volaron tejuelas y se filtra el agua hacia las paredes. (foto Alfredo Leiva)

Recorrer la Catedral tiene su encanto. Maravilla el diseño del techo, la nave central y las dos naves laterales que forman una cruz latina. Es un paseo distinto. Los vitrales son piezas de arte que el francés Enrique Thomas diseñó con imágenes con temáticas religiosas y regionales.

Son 52 vitrales ubicados en la planta baja y alta. Miden entre 3,20 y 4 metros de altura por 1,20 y hasta 1,50 metro de ancho. Se financiaron con el dinero que recaudó Exequiel Bustillo, hermano del arquitecto, con una Comisión de Damas, que presidía Isabel Nevares de Ortiz Basualdo, la hermana del Obispo Jaime de Nevares. Hay varios vitrales, ubicados en la planta baja, que están dañados por acciones de vandalismo, y restaurarlos demandará una inversión millonaria. Se colocaron en 1947. Cuando el edificio no estaba terminado.

El proyecto que surgió del directorio de Parques Nacionales a principios de la década del 40, como otros edificios que son marca registrada de Bariloche, por ejemplo, el Centro Cívico, se quedó sin recursos.

Los agujeros donde pusieron los andamios para trabajar en altura durante la construcción aún están en algunas paredes. (foto Alfredo Leiva)

El arquitecto Alejandro Bustillo hizo el proyecto ad honorem. RÍO NEGRO recorrió el edificio junto con el rector de la Iglesia Catedral Adrián Stanizzo. Explicó que se trata de una iglesia del estilo neogótico. Se comenzó a construir por 1942 y en 1946 se habían edificado las paredes, el techo y se revistió el exterior con piedras blancas pulidas.

En esa tarea fue clave el trabajo de los picapiedreros de entonces, que cortaron los bloques en una cantera de Ángel Pizzutti, al pie del cerro Carbón. José Lukman diseñó y labró las molduras de las piedras. La forma de los arcos y las piedras de encaje se moldearon manualmente, a fuerza de golpes de masa.

Pero el directorio de la Administración de Parques Nacionales que impulsó el proyecto se quedó sin presupuesto. Y hasta lo disolvieron. Por eso, faltaron todas las terminaciones del interior de la Catedral. Es más, pasaron 75 años y todavía están los agujeros en algunas paredes, donde los obreros colocaron los andamios para poder trabajar en altura.

La construcción demandó alrededor de 5 años. (Foto gentileza Archivo Visual Patagónico)

Stanizzo indicó que faltó levantar la pared intermedia que tenía la función de hacer de soporte del edificio. Estaba en los planos, que lamentablemente se perdieron. Y nadie preservó una copia. Tampoco se hizo el revestimiento de piedra tallada en las paredes interiores y el techo. Y falta el campanario. Por eso, las paredes interiores y el techo lucen desnudos, sin ninguna ornamentación. Pero el edificio atrapa al visitante a pesar de esos grandes detalles.

El rector lamentó que algunos de los vitrales fueron rotos en una ocasión que entraron a robar. Y hasta el momento no los pudieron reparar porque es una tarea muy costosa.

Recordó que Parques Nacionales es el dueño de la Catedral que la cede en comodato al Obispado de Bariloche, que se debe encargar del mantenimiento. En 1993, con la creación de la Diócesis de San Carlos de Bariloche se convirtió en Catedral. Hasta ese momento se la identificaba como «templo mayor».

69 metros es la altura máxima del imponente edificio, que culmina en la aguja del campanario que nunca se terminó. (foto: Archivo Visual Patagónico)

Aclaró que los visitantes no pagan entrada, solo un aporte voluntario, que ayudan a pagar los servicios. Dijo que en 2017 instalaron luces led y lograron reducir de manera considerable el consumo de energía.

Contó que en 1994 se puso el piso en reemplazo de la carpeta de cemento, pero el trabajo quedó mal hecho. Hay sectores con desnivel y baldosas levantadas. Por eso, hay que levantar todo y colocar uno nuevo.

Ese año se limpiaron los muros de piedra, se instaló el sistema de calefacción y las columnas de hormigón fueron revestidas. También, se remodeló el altar.

Los fieles católicos en la Catedral de Bariloche en tiempos de la era digital. (foto Alfredo Leiva)

Las reformas se hicieron por la V Cumbre Iberoamericana que se hizo a mediados de octubre de 1995 en Bariloche. Stanizzo comentó que la idea de la Presidencia era hacer un Tedeum en la Catedral con todos los jefes de Estado que asistieron a la Cumbre, pero la idea no se materializó. Fue la última inversión estatal.

En ese momento, el arquitecto Alejandro Santana hizo el Vía Crucis con catorce piezas únicas de arte religioso contemporáneo. Fueron moldeadas en arcilla a 1000 grados de temperatura.

Adrián Stanizzo se desempeña desde hace un año y medio como rector de la Iglesia Catedral. (foto Alfredo Leiva)

Hay que cambiar todo el techo”, aseguró Stanizzo. Está muy destruido. Explicó que se hizo con tejuelas de pizarra “que son muy finitas, se quiebran y se vuelan”. “Vamos haciendo arreglos parciales, pero hay lugares donde hay filtraciones importantes”, señaló. “Pero nunca hay presupuesto”, lamentó.

El rector dijo que la Catedral se hizo con la idea “de que pareciera un edificio más antiguo” de lo que es. Tiene menos de 80 años de historia, pero ya presenta daños por el clima riguroso de la Patagonia y la falta de mantenimiento. También por la desidia del Estado.


La restauración y puesta en valor de los vitrales no se pudo hacer por falta de recursos. (foto Alfredo Leiva)

Más de 50 millones de pesos para restaurar los vitrales

En junio del 2021, los encargados de la Iglesia Catedral Nuestra del Nahuel Huapi recibieron un estudio para hacer la restauración y puesta en valor de los 52 vitrales enormes que tiene el edificio en sus dos plantas. Demandaba una inversión de más de 50 millones de pesos en ese momento, recordó el rector Adrián Stanizzo.

La vitralista, especialista en conservación y restauración de vitrales, María Paula Farina Ruiz, hizo el trabajo. La propuesta de restauración tenía como premisa “mantener la totalidad de los materiales originales que conforman cada uno de los paños, proponiendo la mínima manipulación e intervención necesaria, con el objetivo de evitar rupturas o deterioros, ya sea en las piezas de vidrio, las pinturas o los plomos”.

La idea era desarrollar “un sistema de ventilación que permita evitar de mejor manera los posibles deterioros en el futuro”, hacer una nueva carpintería que replique en forma y tamaño a la existente, dando como resultado dos estructuras de hierro exactamente iguales. Y colocar vidrios dobles laminados de seguridad en la estructura de hierro original y de los vitrales en las nuevas estructuras, para protegerlos. Sin embargo, nunca se consiguieron los fondos para ejecutar alguna de las propuestas.


Vista panorámica de la Iglesia Catedral de Bariloche. (foto Alfredo Leiva)

Los ingresos y egresos

Los ingresos durante el 2021 fueron 3.346.443 pesos. Según la información oficial, por colectas se recaudaron 1.512.757 pesos, las alcancías inyectaron 1.484.121; por sostenimiento de obras diocesanas 49.531; mientras que los aportes varios y otros ingresos sumaron 300.034 pesos. Mientras que los egresos fueron 2.235.596 pesos, allí están las remuneraciones de los sacerdotes, religiosas y laicos y los gastos de mantenimiento del templo. En 2020, en plena pandemia, los ingresos alcanzaron a 1.731.849 pesos y los gastos, 1.688.037 pesos.

5.000 personas entran por día a la Catedral en temporada alta. El mínimo es de 1.000 visitantes diarios. En temporada, baja oscila entre 300 y 400″.


Adrián Stanizzo, rector de la Iglesia Catedral Nuestra Señora del Nahuel Huapi.

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