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Le apasiona salvar vidas: es directora del hospital y hace guardias de emergencias en Roca

Especialista en medicina general, Marina Aravena quedó al frente del hospital de Roca, uno de los más grandes de la región. Por las noches hace guardias, es capacitadora y hasta bombera voluntaria. Su historia de vida.

De día directora, de noche médica de guardia. La nueva directora del hospital Francisco López Lima se sienta detrás de su escritorio y le cuesta quedarse quieta. Ceba mates, se ríe, sonríe todo el tiempo. Dicen que es saludable reír, pero a ella le sale sin pensar. No se resigna a colgar el ambo y alejarse del consultorio. La adrenalina de las emergencias le da años de vida. 

Desde su nuevo puesto en una de las instituciones públicas de salud más importantes de la región, la médica Marina Aravena sigue soñando en grande. Llegó al sillón de directora tras 17 años de ejercicio de la medicina en varios hospitales públicos. 

Pasó años atendiendo pacientes en guardia y en emergencias; su mejor versión. Salvó la vida de muchas personas lesionadas por incidentes de tránsito, traumas, heridas de arma, rescató de las garras de la muerte a muchos vecinos, pero también le tocó ver pacientes morir. Su lugar, sin dudas está al lado de una ambulancia. 

Pasa horas y días, noches completas en el hospital y lo hace aún hoy, con el nuevo título de directora. “No voy a dejar de hacer guardias, es como mi cable a tierra”, confesó. No se queda quieta, regala abrazos en el consultorio cuando sabe que el paciente lo necesita y practica una medicina “humana” con los que llegan pidiendo ayuda.

Nacida en Neuquén capital, pero rionegrina por elección, Marina es especialista en Medicina General y es la cuarta promoción de médicos de la Universidad Nacional del Comahue en Cipolletti. Egresada de la “Universidad Pública” como ella misma remarca, es de las primeras camadas de médicos formados en la región. 

Vive en Fernández Oro y viaja todos los días a Roca en colectivo por la Ruta 22. Así lo hizo todos estos años, en Ko Ko. Incluso durante mucho tiempo viajó desde Neuquén a Roca saliendo a altas horas de la madrugada para llegar a tiempo al hospital. 

“Ser médica era mi sueño. Yo me levanto todos los días agradecida de que vengo a donde quiero estar y encima me pagan, más que contenta”, dijo entre risas. Un tatuaje en su brazo derecho que simboliza las emergencias médicas delata su pasión. 

A los tres años, ya sabía que quería ser médica. Con todas sus fuerzas deseaba ejercer la noble profesión de los que velan por la salud, por el ser humano, los que saben curar. Lo logró, luego de recorrer kilómetros y perder muchas horas de sueño, siempre con su risa como estandarte. 

Cuando llegó el momento de entrar a la universidad, la carrera no estaba en la región y debía mudarse a La Plata. Hasta que un día, una compañera de la escuela llegó con un recorte de diario y la noticia que le cambiaría para siempre la vida: se abría la carrera en la Universidad Nacional del Comahue. 

“Con una felicidad tremenda me fui corriendo a mi casa a contarle a mi mamá que no tenía que viajar a La Plata, que iba a ir a la escuela de medicina en Cipolletti”

Marina Aravena, médica de Emergencias y directora del Hospital de Roca

En 2001 ingresó a la facultad. Iba en bicicleta desde Neuquén hasta Cipolletti. En sexto año empezó a hacer las prácticas en hospitales. Finalmente, a los 23 recibió su título en la Escuela de Medicina.

Para ella, los compañeros de la carrera la ayudaron a la par de los libros. Fueron y son un pilar en su vida. Hoy son sus grandes amigos a quienes mantiene a pesar del tiempo. “Cuando me casé en Neuquén, entré a la iglesia con mis amigos, mis compañeros de la facultad”, detalló. 

El hospital de Roca, su gran amor


Conoció por primera vez el hospital López Lima como estudiante en sus prácticas. La residencia también la llevó a cabo en el hospital que hoy dirige, en Roca. Rotó por varios hospitales de en Río Negro. 

“Hice toda mi formación en este hospital, en todos los servicios del hospital y a su vez en hospitales de menor complejidad. Estuve rotando en Río Colorado, en Sierra Colorada, en Chichinales y Cinco Saltos”, contó. Hizo guardias en El Cuy, Cervantes y Allen

Capacitarse en emergencias fue un antes y un después en su carrera. Se apasionó y empezó a desarrollar sus habilidades en ese sector.  Durante un tiempo se fue a trabajar al SIEN en Neuquén, pero solo duró nueve meses porque extrañó mucho su querido hospital. 

Regresó a Roca y decidió quedarse solo en Emergencias, donde entre otras cosas le tocó estar a cargo del servicio y formar equipos. Fue de las que se puso frente a frente con el covid-19 en la pandemia, donde vivió muy duros momentos junto a sus colegas.  

Marina nunca se quedó quieta. Durante un tiempo participó en el área de Emergencias y Desastres Sanitarios de Río Negro, aportó mucho a lo que hoy es el Servicio Médico de Emergencias de Río Negro (Siarme) y es instructora de la Facultad de Medicina en la parte de emergencias. Por si fuera poco, también es bombera voluntaria, como auxiliar.

Pasiones, sueños y desafíos


“Si dejás de ser humano con la profesión que nos toca, mejor no te dediques a esto. El paciente muestra su vulnerabilidad. No sé porqué pero tengo esa posibilidad de mirar y saber cuándo tengo que abrazar”, confesó. “Yo creo que esto no es un trabajo, es una pasión, es una vocación”, agregó. 

Su sueño es llegar a jubilarse y haber conformado un Servicio de Emergencias de primer nivel en el hospital de Roca y crear una residencia de Emergencias para que cada vez haya más especialistas formados en la región. “Deseo que el López Lima sea un semillero de médicos de emergencias”, aseguró. 

Acostumbrada a las crisis, urgencias y a la tiranía del reloj, Marina reconoce que tiene por delante una difícil tarea al frente del nosocomio ante la falta de recursos y problemas generalizados en el sistema. No obstante, vio en el cargo una “oportunidad”. 

“Siempre refuerzo el trabajo en equipo. Yo no sé si lo logre, pero voy a enfocarme en generar sentido de pertenencia por el hospital, que cualquiera de los trabajadores entienda que su lugar y su tarea son esenciales. El hospital es nuestro y lo tenemos que cuidar”. 

Marina Aravena, médica de Emergencias y directora del Hospital de Roca

“Si uno quiere mejorar las cosas, tiene que dejar su granito de arena”, reflexionó y acotó que la tranquiliza saber que la ex directora Ana Senesi estará como ministra de Salud en la provincia, porque conoce de primera mano el hospital.

“Es un momento recontra difícil, donde no escapamos a la realidad que hay a nivel país. Y más en un sistema de salud que viene tratando de recuperarse de una pandemia, no solo en recurso material, sino en un recurso humano”, concluyó. 


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