Los coros universitarios de Río Negro y Neuquén interpretarán obras en lengua quechua
La propuesta surgió de un certamen que se lanzó desde la Asociación de Directores Corales de la República Argentina en busca de composiciones en lenguas originarias. En la organización se involucraron las universidades nacionales de Río Negro, del Comahue, de Jujuy y el Instituto Universitario Patagónico de las Artes. Dos obras quedaron seleccionadas. Van por la segunda edición y ya apuestan a la tercera.
La música siempre tiene un valor agregado. A través de ella se cuentan historias sobre los pueblos, se rescatan vivencias y se mantiene viva la identidad cultural de las comunidades. En ese sentido, la Asociación de Directores de Coros de la República Argentina (Adicora), en conjunto con las universidades nacionales de Neuquén (UNCo), Río Negro (UNRN) y Jujuy (UNju) y el Instituto Universitario Patagónico de las Artes dieron a conocer el resultado de un nuevo concurso abierto a compositores para incorporar al repertorio coral, obras interpretadas en lengua quechua. Dos fueron ganadoras y serán interpretadas por las agrupaciones participantes durante el segundo cuatrimestre de este año.
El concurso fue impulsado por segunda vez por la delegación Alto Valle de Adicora y la Mesa Coral Universitaria de Río Negro y Neuquén. El año pasado se realizó un certamen similar con la presentación de obras en lengua mapuche. La idea de esta iniciativa es no solo revalorizar el trabajo y arte de las agrupaciones corales, sino también rescatar la sonoridad de lenguas de pueblos originarios. Las obras ganadoras serán difundidas en forma gratuita «facilitando su futura interpretación por agrupaciones de todo el país.
La segunda edición del concurso «Aimé Painé» «ratifica que la creación coral en lengua quechua no sólo es posible, sino también necesaria. Y que universidades como la del Comahue son clave para que ese canto ancestral no se extinga, sino que vibre, se renueve y eche raíces en el presente», consideraron desde la Universidad Nacional del Comahue.
La convocatoria a nuevas obras se realizó desde noviembre de 2024 hasta abril de este año. El comité evaluador, integrado por prestigiosos directores corales de Argentina y profesionales, recibió una decena composiciones en quechua que fueron evaluadas «bajo estricta condición de anonimato».
El delegado de Adicora del Alto Valle, Andrés García Albarido, fue uno de los principales impulsores de esta propuesta en 2022 cuando junto a quienes estaban al frente de los coros de las universidades del Comahue y Río Negro conformaron la Mesa Coral Universitaria, con el claro objetivo de regionalizar la actividad coral y darle masificación al canto coral, que «visto por muchos es algo más de culto».
Paso seguido fue introducir composiciones en lenguas de pueblos originarios. «No es que estábamos inventando la rueda porque hay muchos compositores argentinos y latinoamericanos que componen en lenguas originarias. No es algo común, pero se hace. La idea fue darle un perfil más institucional», comentó García Albarido.
El año pasado se realizó la primer edición con obras compuestas en mapudungun. Para poder armar todo el andamiaje de este concurso se convocó a profesionales de la facultad de Lenguas para que fueran el soporte «técnico» de las composiciones.

¿Por qué es necesario esto? Los compositores tienen que sumergirse en un cuerpo lingüístico que no es el propio, deben apropiarse de una sonoridad que no es la que se maneja habitualmente. Este año, ingresó al proyecto el área de Lengua de la Universidad Nacional de Jujuy para aportar sus conocimientos sobre el quechua, que además cuenta con su propia agrupación coral. En el primer concurso participó la facultad de Lenguas de la Universidad Nacional del Comahue.
«Lo que el compositor busca es la sonoridad del lenguaje y que eso tenga un sentido semántico desde el interés. La música coral no es música más texto, es más bien música que modula a través del texto. Para un compositor es muy importante conocer muy bien la condición filológica, el origen de los textos poder interpretarlos», aseguró el director coral.
Y así se fueron armando las doce obras que se presentaron y de las cuales quedaron dos seleccionadas que serán presentadas por los coros de la región durante el segundo cuatrimestre de este año, con fecha que aún no fue confirmada. Las composiciones son «Katatay» de Daniel Vallejos, distinguida en la categoría coro mixto SATB y «Ñaupa Huarmi» de Laura Alberti, reconocida en la categoría coro infantil.
García Albarido destacó que una de las obras ganadoras esté orientada al canto infantil. «No es un dato menor. No solo para fomentar el canto coral a temprana edad, sino fundamentalmente para acercar estos acervos culturales a chicos desde muy chicos que les gusta la música y que puedan tener la experiencia de cantar en otras lenguas», confirmó.
Pero no es solo el hecho de un canto coral, sino que va más allá. «No solo es difundir la música en lenguas originarias, sino también creo que en estos tiempos es más necesario que nunca poner en valor las lenguas originarias para que no se pierdan y hacerlo desde el lugar que tenemos más a mano; en este caso, el canto coral. Es poder contradecir la lógica del link, de la redes sociales, de las plataformas. No como una batalla para combatir eso, sino para mostrar que hay algo más que eso. Son conexiones de sentido de los circuitos culturales que sacan a flote tradiciones importantísimas en momentos en que la lógica industrial no lo va a hacer. Es una acción afirmativa«, agregó.
Hacia donde transitar las obras ganadoras
«Katatay», en voz quechua que puede entenderse como “arder” o “transformarse por el calor. La obra musicaliza un poema de José María Arguedas y recrea, mediante imágenes sonoras y simbólicas, una cosmovisión en la que el fuego, el sol, el cóndor y la serpiente dorada operan como fuerzas en tensión entre lo destructivo y lo creador. Su autor, Daniel Vallejo, es pianista y director radicado en CABA, es egresado de la Universidad Nacional de las Artes (UNA), y porta una mirada comprometida con la poética latinoamericana.
«Ñaupa Huarmi» (mujer de antes o mujer ancestral) propone una delicada inmersión en el imaginario maternal andino. Evocando la cuna, la ternura y la espiritualidad originaria, la obra se despliega como un canto a lo femenino sagrado, capaz de transmitir vida, memoria y vínculo trascendente. Su creadora, Laura Alberti, cordobesa radicada en Villa María, es docente en la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) y miembro activa del Foro Argentino de Compositoras.
Aprehendiendo raíces. Un año nuevo mapuche abierto a los estudiantes primarios y secundarios desde un instituto de Fiske Menuco
Durante la celebración del pueblo mapuche por el Wiñoy Xipantv (inicio del solsticio de invierno o año nuevo), el Instituto de Formación Docente Continua de Fiske Menuco organizó actividades educativas para las escuelas primarias y secundarias y público en general para acercar a la comunidad las tradiciones del pueblo originario. Hasta mañana se realizarán actividades recreativas y culturales, obras de teatro y juegos mapuche.

La propuesta surgió como proyecto de extensión del IFDC, denominado «Caminando en la Interculturalidad» que se realiza desde el 24 de mayo pasado hasta mañana, en el Aula Residencia, ubicada en América 2.800 de la localidad. Del proyecto participan profesores y profesoras de la carrera de Educación Primaria, docentes de áreas relacionadas con las Ciencias Naturales, Lengua y Literatura, Ciencias Naturales y Educación. pero además estudiantes del profesorado de secundario que aportan saberes de Física, Química y Matemática. Es el segundo año de una iniciativa que genera entusiasmo y curiosidad por saber más entre los estudiantes participantes.
«Estamos desarrollando diferentes propuestas artísticas y recreativas para visibilizar al pueblo mapuche, en su propio territorio, en este territorio que habitamos, para dar visibilidad al año nuevo mapuche como la renovación del ciclo natural. Es ser conscientes de esos cambios que están sucediendo en nuestro alrededor», explicó Anahí, Meli, docente que forma parte de la organización de este encuentro.
El Wiñoy Xipantv coincide con el momento del año en el que el Sol se encuentra más alejado del hemisferio Sur del planeta (la estación de invierno). Para el pueblo mapuche es el momento de cerrar el ciclo de cosecha y recolección de los alimentos que naturalmente brinda la «Pachamama» y agradecerle su generosidad y esperar que las lluvias fertilicen el suelo para la próxima temporada de primavera, verano, cuando se recomenzarán las tareas de siembra.

En este contexto, es que el IFDC organizó este encuentro que acerca a todos los niños y adolescentes a una experiencia única. «Este año para las escuelas primarias ofrecemos estaciones que están relacionadas con las narrativas mapuche y hay otra estación que tienen como eje los juegos mapuches y contamos además con salas de escape con temática mapuche», agregó Meli.
Además, se sumaron dos obras de teatro a cargo de elencos de las comunidades mapuche que revelan su cosmovisión. La compañía «Kurruf» de Viedma-Carmen de Patagones lleva al espacio la obra «Kutulpan» a cargo de la actriz Celeste Ardaiz Guenumil y «Las aventuras de Pirincho» de Betiana Guentelaf, basada en la técnica del teatro de objetos.
Ambas proponen un recorrido por el interior y sentir, de su cultura y modo de vida de los pueblos originarios. Una experiencia para ser compartida y aprehendida por todos.
Comentarios