Orgullo: Marianela Pepe, una joven de Neuquén comprometida con el cuidado del planeta
Con 23 años, la estudiante de la Universidad Nacional del Comahue ganó una beca para viajar a Brasil a disertar a la Conferencia Mundial sobre Cambio Climático en noviembre.
A orillas del río Chimehuín, aprendió a ver el agua como algo más que un elemento del paisaje. “El agua fue maestra, refugio y punto de partida”, cuenta Marianela Pepe, una joven estudiante de Ingeniería Química que con 23 años impacta con su conocimiento y llega cada vez más lejos.
Nació en Junín de los Andes, ahora vive en Neuquén. Se mudó a la gran ciudad para estudiar la carrera en la Universidad Nacional del Comahue (UNCo), pero jamás se olvida de sus raíces y de ellas, se nutre para seguir formándose y luchar por la conservación medioambiental, su norte.
Con su mamá, fundaron el Club de Ciencias Huechulafquen, un espacio para que los jóvenes de su pueblo puedan aprender ciencia desde la experiencia, investigando la calidad del agua de los ríos y arroyos.

“Desde chica me fascinaba entender cómo funcionaban las cosas y esa curiosidad me llevó primero a estudiar como Técnica en Alimentos en la EPET N°4 y más tarde a decidirme por Ingeniería Química”, asegura en diálogo con Diario RÍO NEGRO.
Ahora, la neuquina resultó ganadora de una beca que le permitirá participar en la “COP30”, la próxima Conferencia Mundial sobre Cambio Climático que se realizará en Belém do Pará, Brasil, el mes que viene.

El beneficio surge del proyecto “Energía Joven”, implementado por el Instituto Wuppertal de Clima, Medio Ambiente y Energía, Fundación 500RPM, Fundación Siemens con la colaboración de Sustentabilidad Sin Fronteras y el apoyo del IKI, iniciativa internacional para el clima del gobierno alemán.
“Siempre creí que la educación científica no debía quedarse en los libros, sino salir al territorio y mirar de cerca lo que queremos proteger”, asegura Marianela, quien formó parte del Youth Leadership Council de EarthEcho International, un grupo internacional de jóvenes comprometidos con la conservación del ambiente.

“La ingeniería y la ciencia en general tienen que estar al servicio de las personas, ayudando a tender puentes entre el conocimiento técnico y las realidades sociales”.
Marianela Pepe, estudiante Ingeniería Química UNCo.
Este 2025, Marianela inició una pasantía en el programa “Chau Derroche”, impulsado por la Universidad del Comahue y el Gobierno de la Provincia de Neuquén. En el proyecto fue parte del relevamiento de datos sobre el uso de recursos energéticos como agua, luz y gas, en viviendas de Neuquén capital y Picún Leufú.
A la vez, compartió recomendaciones prácticas de eficiencia energética a los vecinos, por ejemplo, cómo reducir consumos sin perder confort, usar mejor los recursos para pagar menos o mejorar la calidad del servicio.

“Fue ahí donde entendí que la eficiencia energética es una de las puertas más concretas hacia la transición energética. Porque antes de pensar en grandes cambios tecnológicos o en nuevas fuentes de energía, necesitamos aprender a usar mejor lo que ya tenemos”, plantea la joven.
“La ingeniería me enseñó que detrás de cada fórmula hay una historia humana: una comunidad que necesita agua limpia, energía sostenible o alimentos más seguros”, expone.
La beca a Brasil: un pase para llevar las voces de la Patagonia
Para ella, el pase a Brasil significa poder llevar las voces de los jóvenes y comunidades del sur argentino a uno de los espacios más importantes del planeta en materia de acción climática. “Mi aporte en la COP30 será justamente representar esas voces, compartir las conclusiones de los foros y promover la creación de espacios de diálogo entre jóvenes, comunidades vulnerables y otros actores clave del sector energético”, apunta.

No es la primera vez que disertará en el extranjero. Ya lo hizo en la COP 28 y habló sobre perspectivas oceánicas. Siempre participó de cada evento que pudo y de proyectos colaborativos a partir de los cuales fue premiada, como es el caso del Junior del Agua en 202. También viajó a Estados Unidos, Irlanda, Finlandia, entre otros países.
Desde muy joven pudo compartir experiencias con estudiantes y profesionales, referentes de distintos países del mundo que van en su misma dirección: “Cambiar el entorno, aunque sea un poco, desde la acción local”.
No hay edad para cambiar el mundo
Su meta es construir una transición energética “más humana, participativa y sostenible”, dice Marianela, donde cada territorio tenga la oportunidad de “decidir su propio camino hacia un futuro más limpio y justo”.
Para Marianela, no hay edad para empezar a cuidar el mundo. “No hay que ser grande”, dice, ni tener todas las respuestas para hacer la diferencia. La mayoría de las veces alcanza con una pregunta y las ganas de aprender como motor del cambio.

En su ADN está el gusto por los experimentos, las mezclas, mediciones y resultados, pero también está su amor por la naturaleza, que se gestó desde pequeña, en la crianza. “Cuando entendí que podía estudiar una carrera que me permitiera unir esas dos pasiones; la técnica y el ambiente; no tuve dudas”, explica.
Dentro de la química, se inclina por el tratamiento de aguas, las energías limpias y el desarrollo sustentable. Por otro lado, le apasiona el componente humano: enseñar, divulgar, acercar la ciencia a otras personas, especialmente a los más jóvenes.
Sus sueños y metas
Participar en más proyectos internacionales y aplicar lo aprendido en la región para que la ingeniería esté al servicio de cuidar el mundo en el que vivimos, es uno de sus grandes desafíos. «Mi sueño es seguir combinando la ciencia con el trabajo comunitario, especialmente en temas de calidad ambiental y uso responsable del agua, algo vital para nuestra región patagónica», sostiene.
“Quiero que mi trabajo contribuya a resolver problemas reales, especialmente en temas de energía, agua y sostenibilidad”.
Marianela Pepe, estudiante Ingeniería Química UNCo.
“Me entusiasma llevar la ciencia a la comunidad de manera informal, traducir el lenguaje técnico en algo cotidiano, cercano, que inspire a más personas a involucrarse. Me gustaría combinar investigación con educación y divulgación, porque siento que el conocimiento cobra sentido cuando se comparte”.
Qué es el proyecto Energía Joven
Se trata de un proyecto dedicado a empoderar a la juventud argentina para que juegue un rol importante en la transición hacia “una energía más justa e inclusiva”. Los pilares son tres: conocimiento, innovación, y participación, según el sitio oficial.
El objetivo es crear espacios de participación y fortalecer las capacidades de las escuelas secundarias técnicas del país, brindándoles las herramientas para abordar temas como el cambio climático y la transición energética.
A través de capacitaciones para docentes y multiplicadores del sistema educativo en las provincias de Chubut, Mendoza, y Neuquén, se enfocan en temáticas como el cambio climático, los sistemas energéticos actuales y sus emisiones, y el potencial de Argentina para basar su economía en recursos energéticos renovables.

Además, proporcionan kits didácticos y materiales pedagógicos, para la instalación de sistemas híbridos de energía renovable a pequeña escala para experimentación didáctica en las escuelas; y organizan foros.
Durante los dos últimos años, ya formaron a unos 200 docentes de 50 escuelas técnicas para incorporar la temática de transición energética en el aula y multiplicar el impacto en sus comunidades educativas de Neuquén, Mendoza y Chubut, según información que brindo la joven neuquina.
A orillas del río Chimehuín, aprendió a ver el agua como algo más que un elemento del paisaje. “El agua fue maestra, refugio y punto de partida”, cuenta Marianela Pepe, una joven estudiante de Ingeniería Química que con 23 años impacta con su conocimiento y llega cada vez más lejos.
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