Maximiliano campeón: con su malambo revive a los gauchos en cada paso en Río Negro y el país
En el Día Nacional del Gaucho, conocé la historia de un talento de Roca: Maximiliano Castillo. Es malambista y empezó a bailar a los 10 años. Hoy deja su huella en cada escenario del país. Un "gaucho" contemporáneo, con sello propio y bien rionegrino.
Maximiliano Castillo, seis veces campeón de Malambo de Río Negro. Fotos: Andrés Maripe
El zapateo de Maximiliano levanta polvareda por todo el país. Un gaucho revive desde el suelo en cada presentación y el sonido de la guitarra hace galopar su corazón. Heroicos, independientes, sacrificados, rebeldes a las normas y a los poderosos, estos habitantes de las llanuras y hábiles jinetes se reinventan con los bailarines del presente y las tradiciones camperas.
Campeón provincial de malambo en Río Negro, Maximiliano Ezequiel Castillo es como un “gaucho” contemporáneo y valletano. Conquista públicos y escenarios. Seis veces obtuvo el título máximo provincial del Campeonato de Malambo.
De profesión docente, egresado de la carrera de Danzas Nativas y Folklore del IUPA en Roca, educa y compite en todos los festivales y certámenes a los que su cuerpo lo acompaña. Vive en Roca, también es preceptor de escuela.
Baila desde los 10 años, empezó en una agrupación folclórica popular de Roca, “Lucerito del Alba”. Conoció el género cuando era niño, en la escuela. “En cuarto grado, vi a un compañero de primaria que en un acto bailó y zapateó”, contó. Eso bastó para dejarlo anonadado y el folclore lo movilizó para aprender. A partir de ese momento, nunca más dejó de zapatear.
A sus 34 años, es la sexta vez que gana el pase directo para representar a Río Negro en el Festival Nacional de Malambo en enero 2024. Ya cosechó títulos en festivales como Ameridanza, Tandil, las Sierras de Tandil, el Festival de la Huella en Mendoza. También llegó a la final del Laborde.
“Mi carrera en el malambo empezó como solista a partir del 2009, empezando con el estilo norteño, moderno”, contó. La danza no solo es baile sino un estilo de vida. Hace muchos años se prepara día a día, hora a hora para la competencia. En ese terreno no todo es placer, hay mucho sacrificio.
“Hoy el malambo ocupa gran parte de mi vida porque entreno pensando en malambo, como pensando en malambo. Es una pasión. Lo vivo parte a parte, proceso a proceso”, reveló el artista. El gusto y la pasión se cuelan en cada detalle y en la dedicación plena a mejorar en cada detalle, sin recibir una remuneración a cambio.
“Por amor al arte”, así nace, vive y muere su rutina diaria. De una familia de trabajadores con gusto por el folclore, Maxi es el mayor de tres hermanos. Los tres desarrollaron un apego especial por el arte. Guitarra, canto y danza los unen a los tres por el mismo camino que nació también en las guitarreadas familiares y con amigos.
“Siempre hubo dificultades. He atravesado lesiones, falta de dinero para prepararme, para viajar”, contó, cómo la pasa a muchos artistas, no recuerda la cantidad de pesos que juntó con actividades durante más de dos décadas para costearse el progreso.
“Los que bailamos folklore y los que vivimos de la danza, todos somos de clase media-baja y siempre hemos hecho empanadas, rifas y eventos para juntar dinero. Siempre lo hemos hecho, no es por romantizar, pero nunca se recibe una ayuda concreta de cultura”, criticó.
“El malambo es tradicional porque si bien antes se bailaba espontáneamente, hoy en día en el marco de los festivales se mantiene vivo”
Maximiliano Castillo,
Todos los días, inclusive los fines de semana, Maximiliano va al gimnasio, entrena, realiza complementaciones con otras disciplinas como yoga, para poder obtener musculatura más laxa. En el gimnasio trabaja la velocidad. Ensayos con los músicos.
El gaucho, valores patriarcales en tensión
Si bien se asocia a la figura del gaucho y el malambo con la masculinidad, también había y hay mujeres. En la poesía gauchesca de la década de 1830 había “gauchas” rebeldes que además tenían voz. Pero luego ese término dejó de usarse y las mujeres perdieron la voz propia. Sólo quedó la figura de la “china”, muda, como acompañante del gaucho.
“Antes eran solamente los hombres los que zapateaban -según algunos recopiladores- pero también hay mujeres. Hoy en día también está el festival de Malambo Femenino” , comentó Maximiano sobre este punto.
“El criollismo, tanto el popular como el de élite, es una empresa abrumadoramente masculina. Los valores que exalta –el coraje, la violencia, la lealtad entre varones– son bastante patriarcales. En este punto, el gaucho matrero admirado por los de abajo, y el gaucho tradicionalista exaltado desde arriba estaban en coincidencia”, postuló el historiador e investigador del Conicet, Ezequiel Adamovsky, autor de El gaucho indómito.
“Tratamos de representar artísticamente al gaucho arriba del escenario, siempre con una impronta personal. Obviamente hoy no tenemos la misma forma de vida que tenía el gaucho”
Maximiliano Castillo, malambista
6 de diciembre, Dia Nacional del Gaucho
Desde su carrera universitaria, estudió e investigó las tradiciones de este personaje de antaño. “En realidad el gaucho era la persona nómade que vivía atravesando los campos y yendo a las pulperías, viviendo en donde podía. Eso para nosotros es gaucho”, expresó.
En conmemoración de la publicación de las obras “El gaucho Martín Fierro” (1872) y “La vuelta de Martín Fierro” (1879) escritas por José Hernández, se celebra en Argentina cada 6 de diciembre, el Día Nacional del Gaucho.
Desde 1993, tras la sanción de una Ley, la efeméride busca rescatar y difundir las manifestaciones culturales gauchescas, y con ellas, esta figura emblemática de la argentinidad. El gaucho aún hoy es emblema nacional.
“Para nosotros el gaucho es un personaje representativo para el folclore tradicional”, dijo Maximiliano conmemorando a la figura emblemática. Para sus presentaciones, utiliza la vestimenta acorde a principios y mediados del siglo XIX, calzoncillo cribado, chiripá, faja, tirador, camisa blanca, chaleco, chaqueta y sombrero cónico.
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